La imagen tapada

Tradicionalmente, de forma espont¨¢nea, algunos cuadros, a trav¨¦s de la mutaci¨®n natural de los pigmentos y los barnices, han ido revelando el trasfondo que contienen las pinturas. Son las huellas de lo que se suele llamar pentimenti o arrepentimientos, cuyo testimonio ha sido siempre muy ¨²til para descubrir el proceso de la creaci¨®n de un cuadro. A esta ¨²til informaci¨®n sobre el trasfondo de lo que aparece en la superficie pintada, se ha a?adido, durante las ¨²ltimas d¨¦cadas, el complemento del an¨¢lisis radiol¨®gico de la misma, lo cual ha permitido que podamos, en el laboratorio, contemplar simult¨¢neamente lo que todo el mundo ve y lo que est¨¢ oculto; esto es: todo lo que el artista ha ido colocando sobre el lienzo en blanco hasta el resultado final, lo cual nos proporciona todo el proceso completo de la creaci¨®n, que no se limita solo a los antes citados arrepentimientos, sino que nos muestra c¨®mo se ha podido reutilizar un lienzo ya pintado o dibujado para otro fin.

Este es el caso del reciente descubrimiento de una figura femenina como trasfondo del cuadro de Jovellanos (1780-1784), de Goya. Es un descubrimiento importante no solo porque confirma este complejo proceso de la creaci¨®n de un cuadro que es aplicable a muchos otros maestros, sino porque, en el caso concreto de Goya, se trata de uno de los primeros retratos femeninos, aunque hasta ahora estuviese oculto. Por de pronto, se abre el apasionante enigma de identificar cu¨¢l podr¨ªa ser la identidad de esa mujer, pero tambi¨¦n reafirma esta reutilizaci¨®n de im¨¢genes por parte de Goya, de la cual ten¨ªamos alg¨²n otro antecedente como, entre otros, el de las im¨¢genes tapadas tras la efigie del retrato de La condesa de Chinch¨®n. En cualquier caso, este descubrimiento no hace sino recalcar c¨®mo el conocimiento de un gran maestro es una aventura que nunca tiene t¨¦rmino.