Una empresa pide convertir una mina ilegal en un vertedero de residuos
El Supremo paraliz¨® una explotaci¨®n que arranc¨® sin licencia en los a?os setenta
La cantera da Camanzo, en Vila de Cruces, fue clausurada definitivamente en 1996 tras un dilatado proceso judicial. El Tribunal Supremo ratific¨® entonces que la mina era ilegal, ya que hab¨ªa empezado a funcionar en los a?os setenta sin licencia ni hizo un estudio de impacto ambiental cuando se convirti¨® en obligatorio. Tambi¨¦n fueron anulados sucesivamente los permisos con los que Xunta y Ayuntamiento trataron de regularizar la explotaci¨®n durante los ochenta. La empresa que extra¨ªa la roca, M¨¢rmoles de Puenteledesma, se comprometi¨® m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s de la sentencia a restaurar el ¨¢rea a su estado original, a trav¨¦s de un plan que aprob¨® la Conseller¨ªa de Industria en 2008. Casi tres a?os despu¨¦s, la compa?¨ªa ha presentado un nuevo proyecto, con el que pretende aprovechar la situaci¨®n y hacer de la mina un vertedero de residuos.
Adega critica que la compa?¨ªa se lucre de la obligaci¨®n de restaurar la cantera
El documento est¨¢ estos d¨ªas abierto a alegaciones en la Secretar¨ªa Xeral de Calidade e Avaliaci¨®n Ambiental de la Conseller¨ªa de Medio Ambiente. La organizaci¨®n ecologista Adega ya ha presentado varias. "Ser¨ªa una indecencia que lo aprobasen", carga Daniel Vispo, representante de la asociaci¨®n, que critica que la empresa quiera convertir en una actividad lucrativa una obligaci¨®n derivada de sus propios incumplimientos legales y judiciales. "No es cualquier cosa, ellos hablan de un coste de 25 euros por tonelada para unos vertidos de 95.000 toneladas al a?o durante 10 a?os", avisa, e insiste: "Estaban obligados a rellenar el hueco de la cantera, pero no lo pueden convertir en un negocio". Aduce Vispo que el decreto de 2009 que regula la rehabilitaci¨®n de espacios afectados por actividades mineras no permite el lucro y, de hecho, exige con car¨¢cter previo a las empresas garant¨ªas financieras de que restaurar¨¢n el ¨¢rea cuando terminen de explotarla. Medio Ambiente recuerda que el tr¨¢mite de exposici¨®n p¨²blica no implica que el departamento tenga intenci¨®n de dar por bueno el proyecto.
Tambi¨¦n niegan los ecologistas la posici¨®n de la empresa, que entiende que la ubicaci¨®n es perfectamente apta para emplazar un vertedero. "Sobre las condiciones geol¨®gicas e hidrogeol¨®gicas de la zona o sobre la inexistencia de aguas subterr¨¢neas no hay en la documentaci¨®n sometida a informaci¨®n p¨²blica otra cosa que afirmaciones generales sin ning¨²n estudio in situ que las avale, y que se contradicen con la realidad", sostiene Vispo en sus alegaciones, en las que llama la atenci¨®n sobre "la existencia de manantiales de agua en las proximidades y en el mismo borde del hueco de la explotaci¨®n". Adega argumenta asimismo que el proyecto carece del estudio de impacto ambiental "o la documentaci¨®n que re¨²na los requisitos para ser considerada como tal" y que el ¨®rgano competente no es la Conseller¨ªa de Medio Ambiente, sino la de Industria.
En el Ayuntamiento tambi¨¦n se oponen al proyecto, tal como est¨¢ redactado ahora. El alcalde, Jes¨²s Otero (PP), lleva en el poder desde 1984 y nunca se opuso a la mina pero ahora desconf¨ªa del tipo de vertidos que la empresa quiere llevar a la cantera y tambi¨¦n ha presentado alegaciones. "Hablan de residuos no peligrosos; queremos que especifiquen cu¨¢les", se?ala. "Faltan tr¨¢mites esenciales, el proyecto de cartograf¨ªa no contiene lo que hay alrededor de la zona, no hay un estudio de manantiales...", enumera. Otero indica que cuando Medio Ambiente emita su informe expondr¨¢n el proyecto en el Ayuntamiento durante un mes para que los vecinos se informen, pero avisa: "Coforme est¨¢ ahora, el proyecto no cumple".
La propietaria recurri¨® a otra sociedad, Edafolog¨ªa y Miner¨ªa Gallega, para redactar el proyecto. Anxo Mourelle, ingeniero que intervino en la confecci¨®n del plan, asegura que la pol¨¦mica "es un poco artificial". "Hab¨ªa que reponer el volumen y no se puede hacer con roca. Nosotros mejoramos el plan de restauraci¨®n con un material que no tiene ning¨²n riesgo", explica. Mourelle sostiene que el tr¨¢mite de evaluaci¨®n ambiental integrada del proyecto garantiza su respeto al entorno y apunta que Minas tambi¨¦n deber¨¢ emitir un informe.
Un vecino combativo
En la batalla contra la cantera destaca la figura de Balbino Mart¨ªnez, due?o, junto a su esposa, de una explotaci¨®n de ganader¨ªa ecol¨®gica pr¨®xima a la mina. "Tuve un conflicto durante casi 20 a?os en contra de la cantera, que estaba sin permisos de apertura", rememora. "Les hab¨ªan dado la licencia municipal de aquella manera; entonces el Ayuntamiento hac¨ªa lo que le sal¨ªa de las narices", a?ade. Fue ¨¦l quien acudi¨® a los tribunales y a quien el Supremo acab¨® dando la raz¨®n. "Les cerr¨¦ la cantera", exclama orgulloso.
Mart¨ªnez se mantiene hoy atento a los movimientos de la empresa, toda vez que entiende que parte de los terrenos en los que est¨¢ situada la cantera -que le fueron expropiados en su d¨ªa- le pertenecen despu¨¦s de que el Supremo resolviese a su favor. "Soy copropietario del agujero", asegura al tel¨¦fono, molesto por los nuevos planes de explotaci¨®n. "Pedimos la restauraci¨®n, y ellos quieren meter un vertedero", se queja. "Ha salido el proyecto, pero conmigo no han hablado nada, y yo tengo el 20%", sostiene. Tambi¨¦n desconf¨ªa del alcalde, de quien recuerda que hizo m¨¢s en su d¨ªa por legalizar la mina que por clausurarla.
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