El ¨¦xito fulgurante de Arianna
En tan solo seis a?os, 'The Huffington Post' ha logrado que su combinaci¨®n de noticias, opini¨®n y cotilleo sea uno de los productos m¨¢s visitados de la Red
La inesperada apuesta del AOL por The Huffington Post dice mucho sobre c¨®mo est¨¢n las cosas en el panorama de los medios de comunicaci¨®n en Estados Unidos y, por extensi¨®n, en todo del mundo. Pero, sobre todo, es una declaraci¨®n en voz alta sobre el nuevo valor de la noticia como producto de consumo de masas en la era digital y de unos contenidos cargados de opini¨®n.
La publicaci¨®n electr¨®nica de Arianna Huffington, al igual que The Daily Beast, que acaba de fusionarse con Newsweek, y los blogs Mediaite o Gawker tienen una forma peculiar de elaborar sus contenidos, que combinan informaci¨®n relevante con chismorreos, comentarios llamativos hechos por pol¨ªticos y noticias del mundo de la cultura y el entretenimiento. Es una nueva forma de producir y de distribuir noticias al instante con la que The Huffington Post, de tendencia progresista liberal, como dicen en EE UU, es capaz de atraer 25 millones de visitas ¨²nicas al mes, suficientes como para colocarse entre los 10 portales de noticias m¨¢s seguidos, seg¨²n cifras de diciembre de la firma comScore.
Arianna Huffington es, de hecho, una de las caras m¨¢s conocidas y respetadas en el mundo de las noticias en Internet, donde los ciudadanos buscan cada vez m¨¢s informaci¨®n, an¨¢lisis y opini¨®n sobre cuestiones de actualidad, desde la actual crisis en Egipto hasta el complejo debate fiscal en EE UU. A pesar de su inmensa estructura, AOL no tiene ese reconocimiento.
Cuando se cierre la compra, en primavera, Arianna Huffington estar¨¢ al frente de toda la f¨¢brica de contenidos de la compa?¨ªa pionera de Internet. Un paso de gigante para la fundadora de un medio con apenas seis a?os de vida que naci¨® con un respaldo financiero de un mill¨®n de d¨®lares y que debe buena parte de su ¨¦xito al hecho de ser una plataforma que aglutina a 6.000 blogueros dispuestos a escribir gratis. La opini¨®n, por tanto, funciona en la web. Por eso no ser¨ªa extra?o ver a Yahoo!, otro de los grandes iconos de Internet en apuros, lanzarse a por un portal como Politico.
The Hunffington Post creci¨® como una alternativa a los portales conservadores. B¨¢sicamente se dedica a agregar art¨ªculos y v¨ªdeos de otros medios, en combinaci¨®n con los blogs de colaboradores estrella que buscaban una plataforma para expresar su opini¨®n. El medio fue adquiriendo poco a poco una estructura m¨¢s s¨®lida y ahora cuenta con 210 personas en plantilla.
Pero los 100 millones que se embolsar¨¢ Arianna Huffington, que con el paso de los a?os fue virando desde el conservadurismo hacia el progresismo, est¨¢n levantando ahora ampollas entre sus colaboradores. Las cr¨ªticas tampoco faltan desde fuera y est¨¢n relacionadas con el modo de practicar el periodismo de este tipo de medios, donde prima la cantidad de art¨ªculos y la rapidez sobre la calidad, la veracidad y la originalidad de la informaci¨®n. Por eso, algunos analistas prefieren hablar de "la era de los datos" que de "la era de la informaci¨®n", en una red saturada.
Las operaciones protagonizadas por The Huffington Post y The Daily Beast son, adem¨¢s, la se?al de que el modelo de negocio en la era digital madura. Y la explicaci¨®n de los expertos es la siguiente: mientras las cabeceras tradicionales con plantillas numerosas y altos costes de producci¨®n barajan la idea de instaurar peajes para recuperar parte de los ingresos que pierden en sus peri¨®dicos de papel, algunos de los nuevos medios atraen publicidad y ganan dinero gracias a la reducci¨®n al m¨ªnimo de sus gastos y al uso de informaci¨®n ajena.
En este momento, la publicidad digital ocupa el tercer lugar como generador de ingresos, por detr¨¢s de la de los medios impresos y de la televisi¨®n. Pero va ganando cuota de mercado a una velocidad de v¨¦rtigo, hasta el punto de que en el sector ya dan por descontado que en un plazo de dos a?os estar¨¢ en lo m¨¢s alto. Con The Huffington Post, AOL podr¨¢ atraer a nuevos anunciantes.
La publicidad electr¨®nica permite a los anunciantes tener una idea m¨¢s clara de la informaci¨®n que consume una audiencia joven, muy metida en la tecnolog¨ªa y m¨¢s informada que anteriores generaciones. Es decir, se puede seguir mejor el rastro de lo que le interesa al lector y, de esta manera, dise?ar campa?as m¨¢s efectivas y directas para atraer su inter¨¦s.
Lo que est¨¢ por ver ahora es si la estrategia de ofrecer contenido gratuito, como la seguida por The Huffington Post, y el de pago, por NewsCorp (The Wall Street Journal, The Times), crea dos tipos de lectores: unos con mayor formaci¨®n y poder adquisitivo y otros menos formados y con menor capacidad de compra. Y tambi¨¦n si la tendencia pol¨ªtica de The Huffington Post puede restar el inter¨¦s de determinados anunciantes por aparecer en esa plataforma. Pero al final, lo que buscan es poner su dinero en los portales que generan m¨¢s clics.
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