El riesgo de recesi¨®n vuelve a Espa?a mientras el petr¨®leo se dispara
El estancamiento del consumo y el paro amortiguan el impacto del alza del crudo - La situaci¨®n puede desbocarse si otros productores entran en conflicto
La gasolina nunca ha estado tan cara y los tipos de inter¨¦s vuelven a subir, lo que encarece las hipotecas. El primer balance del repunte del petr¨®leo para las familias espa?olas deja poco margen a la interpretaci¨®n. Las repercursiones en el mercado de crudo de las revueltas norteafricanas, focalizadas ahora en Libia, tampoco son halag¨¹e?as para una econom¨ªa como la espa?ola que importa el 80% de la energ¨ªa que consume. Menos a¨²n cuando esa subida del petr¨®leo se cruza con una recuperaci¨®n an¨¦mica, incapaz de bajar la tasa de paro del 20%. Los expertos dan por hecho que si la crisis libia se extiende a otros pa¨ªses productores, la recesi¨®n (dos trimestres seguidos con crecimiento negativo), apenas olvidada, volver¨¢ a hacer acto de presencia.
La apreciaci¨®n del euro tambi¨¦n rebaja la factura energ¨¦tica
Ernst & Young ve peligros notables a partir de 135 d¨®lares por barril
Hasta ahora, el impacto econ¨®mico del alza del petr¨®leo por las revueltas norteafricanas -la cotizaci¨®n en los mercados de futuros pas¨® de los 100 a los 115 d¨®lares por barril- es limitado. La Comisi¨®n Europea estim¨® la semana pasada que si ese incremento se consolida, restar¨ªa una d¨¦cima al crecimiento del PIB de la UE este a?o y otra d¨¦cima en 2011. Son c¨¢lculos muy parecidos a los que arrojan las simulaciones del Banco Central Europeo (BCE) o del Fondo Monetario Internacional. O a los que manejan los t¨¦cnicos del Ministerio de Econom¨ªa.
En el caso espa?ol, aunque parezca parad¨®jico, el estancamiento del consumo y el elevado desempleo amortiguan el impacto. "Con una tasa de paro tan alta, los trabajadores son mucho m¨¢s cautos en sus reivindicaciones salariales, no trasladan el efecto del alza del petr¨®leo en los precios del consumo", se?ala Manuel Balmaseda, economista jefe de Cemex, la tercera cementera mundial. Lo mismo deber¨ªa ocurrir con los m¨¢rgenes empresariales: con una demanda congelada, las empresas se piensan mucho las subidas de precios.
En suma, trabajadores y empresas son m¨¢s proclives a asumir sacrificios y eso corta cualquier riesgo de espiral inflacionista, una de las derivas m¨¢s da?inas de las crisis petroleras de los setenta: entonces, el alza del crudo situ¨® la inflaci¨®n espa?ola por encima del 15%. Fuentes de Econom¨ªa recalcan que el pacto entre sindicatos y patronal ya limit¨® a poco m¨¢s del 1% la subida salarial en 2010. Y recuerdan que ese pacto retrasaba a 2012 las compensaciones por p¨¦rdidas de poder adquisitivo durante la crisis.
El temor, aunque sea lejano, a una espiral inflacionista es lo que anima la decisi¨®n del Banco Central Europeo (BCE) de volver a subir los tipos de inter¨¦s. "Podr¨ªa aventurarse que esa preocupaci¨®n est¨¢ ahora en Alemania, no en Espa?a", a?ade Balmaseda. El caso es que una subida de tipos encarece la financiaci¨®n de toda la econom¨ªa, no solo las hipotecas. Otra zancadilla a un pa¨ªs muy dependiente de la financiaci¨®n exterior. "El anuncio del BCE tambi¨¦n ha apreciado el euro, y eso hace que la subida de petr¨®leo sea menos costosa para los europeos", matiza Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Campuzano, estratega de Citigroup. Mart¨ªnez Campuzano a?ade que, para los costes de financiaci¨®n de las empresas y entidades financieras, "ahora es mucho m¨¢s determinante que la prima de riesgo de la deuda espa?ola baje", un argumento que comparte el Ministerio de Econom¨ªa.
"No tiene nada que ver una econom¨ªa como la actual con la de los a?os setenta, en la industria ha habido notables ganancias de eficiencia". Es otra diferencia esencial que remarca Xavier Labandeira, director del centro de investigaci¨®n Economics for Energy. Y eso que la econom¨ªa espa?ola no est¨¢ entre los mejores ejemplos. Seg¨²n un an¨¢lisis de este centro, entre 1995 y 2008 la intensidad energ¨¦tica (gasto energ¨¦tico necesario para un aumento del PIB) de la econom¨ªa espa?ola cay¨® un 7%, mientras la de la UE se redujo un 18%. Labandeira se resiste a plantear una enmienda a la totalidad al nuevo plan de ahorro del Gobierno, centrado en reducir el l¨ªmite de velocidad en autov¨ªas e incentivar el recambio de neum¨¢ticos y alumbrado. "Pero vuelve a dejarse de lado lo fundamental: los precios", acota.
Para el catedr¨¢tico de la Universidad de Vigo, "la falta de avances en eficiencia energ¨¦tica en los transportes y la vivienda es muy preocupante". El director de Economics for Energy sostiene que "no habr¨¢ incentivos para ahorrar energ¨ªa si no se refleja el precio real de la electricidad o si no se suben los impuestos sobre los carburantes". Labandeira admite la dificultad de adoptar esas medidas ahora. "Lo que es una desgracia es no haber aprovechado la etapa de petr¨®leo barato, cuando la econom¨ªa iba bien", lamenta.
Como ocurri¨® en 2008, cuando la creciente demanda de combustible de los emergentes, amplificada por la especulaci¨®n, tir¨® de los precios del petr¨®leo, las exportaciones de los pa¨ªses occidentales sortean la crisis. Entonces, tanto emergentes como productores de petr¨®leo aumentaron tambi¨¦n la demanda de productos fabricados por los pa¨ªses occidentales y eso compens¨® con creces el repunte en los costes de producci¨®n por al alza del oro negro.
El origen de esta subida es distinto: el temor a que se produzca una interrupci¨®n del suministro. Es por ahora s¨®lo un temor, no una realidad (Arabia Saud¨ª no ha tenido problema en compensar el par¨®n de Libia). Y las econom¨ªas emergentes siguen tirando de las exportaciones. "Pero esta vez puede ser diferente", dice Manuel Balmaseda.
Lo diferente ahora ser¨ªa que las revueltas populares se extendieran a otros pa¨ªses productores como Arabia Saud¨ª (el ¨²nico capaz de aumentar de forma r¨¢pida la exportaci¨®n) o Argelia (b¨¢sico en el gas natural). Se producir¨ªa entonces una crisis de suministro, como las de los a?os setenta, solo que con los pa¨ªses emergentes en plena expansi¨®n.
Es en ese escenario, la econom¨ªa espa?ola, que importa tanta energ¨ªa ahora como en los a?os setenta, pagar¨ªa una factura muy dolorosa. Marie Diron, economista de Ernst & Young, anticipa que bastar¨ªa con que el precio del crudo se estableciera en 135 d¨®lares por barril para meter a la econom¨ªa espa?ola en recesi¨®n, un umbral de dolor que eleva a los 150 d¨®lares para la UE.
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