"La se?orona le dijo a mi madre: '?Para qu¨¦ quieres dos ni?os?"
"Una se?ora adinerada se llev¨® a mi hermano". Pepi Rodr¨ªguez Ib¨¢?ez no tiene la menor duda de que hay "por ah¨ª" un ni?o -un hombre ya- que es su hermano mellizo, al que lleva buscando "desde hace 40 a?os".
La madre de Pepi, Manuela Rodr¨ªguez Ib¨¢?ez, se traslad¨® sola desde Espera (C¨¢diz) al Hospital Mora Provincial, por recomendaci¨®n de su m¨¦dico. Al poco de quedar ingresada, en febrero de 1957, empez¨® a visitarla "una se?orona" que le regalaba galletas, chocolates y "de todo lo mejor de comer". Esta misteriosa mujer estaba convencida de que Manuela llevaba en su vientre dos criaturas y constantemente le dec¨ªa: "?T¨² para qu¨¦ quieres dos ni?os? Me das uno para m¨ª y otro para ti". As¨ª lo escucharon una y otra vez las enfermas con las que compart¨ªa habitaci¨®n, que todav¨ªa hoy no se explican por qu¨¦ esa extra?a dama enjoyada ten¨ªa la certeza de que Manuela esperaba un parto gemelar, cuando ni ella misma sab¨ªa tal cosa.
Al final, el alumbramiento se produjo el 22 de febrero. Y "la se?orona" hab¨ªa acertado: nacieron dos beb¨¦s, Jos¨¦ y Pepi. Tras el parto, la misteriosa dama, que continuaba sus visitas a Manuela, decidi¨® a qui¨¦n de los dos prefer¨ªa: a Pepi. "Ella quer¨ªa llevarme a m¨ª, pero una monja le dijo que no, que la ni?a le har¨ªa mucha falta a su madre", declara.
"Yo nac¨ª muy endeble, muy poquita cosa; pero mi hermano estaba muy sano", cuenta Pepi. "De repente, una monja se llev¨® al ni?o, cuando solo ten¨ªa tres d¨ªas, y luego le dijeron a mi madre que hab¨ªa muerto", explica. Ni la madre ni nadie vio jam¨¢s el cad¨¢ver.
Antonia Ramos Bellido, vecina de Espera, estaba postrada por unas fiebres de malta en una cama pr¨®xima a la que ocupaba Manuela en el hospital. Por eso fue testigo de aquellas visitas de "una se?ora muy arreglada" y de c¨®mo esta le insist¨ªa una y otra vez a Manuela: "T¨² vas a tener un ni?o para ti y otro para m¨ª". Antonia, pese a los muchos a?os transcurridos, recuerda hoy con precisi¨®n: "Cuando a Manuela le dijeron que el chiquillo hab¨ªa muerto, la pobrecita intentaba gritar, pero como es sordomuda, solo pod¨ªa balbucear: '?la guapa!, ?la guapa!' Se refer¨ªa a esa mujer muy arreglada que hab¨ªa ido muchas veces a verla. Estaba segura de que esa persona se llev¨® a su ni?o", agrega Antonia.
Dos a?os despu¨¦s del parto y de la supuesta muerte del peque?o Jos¨¦, Manuela se puso enferma y su madre la llev¨® al m¨¦dico a Arcos de la Frontera. All¨ª se encontraron con una mujer que tambi¨¦n hab¨ªa estado ingresada en el Hospital Mora en los mismos d¨ªas de febrero de 1957. "Esa se?ora le pregunt¨® c¨®mo estaban sus mellizos. Mi abuela le cont¨® entonces que el ni?o hab¨ªa muerto. Y la se?ora le replic¨®: '?Qu¨¦ va a morir! El ni?o no muri¨®. Al ni?o se lo llevaron. Y eso que la se?ora que iba por all¨ª en realidad era a la ni?a a la que quer¨ªa..."
Desde siempre, Manuela, ahora octogenaria, ha tenido el convencimiento de que le robaron a su hijo. ?Pero qu¨¦ pod¨ªa hacer ella, a qui¨¦n pod¨ªa recurrir una mujer sola, madre soltera, poco instruida y, adem¨¢s, sordomuda? Sufrir en silencio. "Cuando yo ten¨ªa 12 o 13 a?os, no hac¨ªa m¨¢s que pensar d¨®nde estar¨ªa mi hermano... Unos se?ores de Espera me llevaron a C¨¢diz y en el Registro Civil me dieron un certificado de defunci¨®n", relata Pepi. En ese documento figura que el beb¨¦ muri¨® por "debilidad cong¨¦nita" el 25 de febrero de 1957. En otro papel consta que su cad¨¢ver fue enterrado ocho d¨ªas despu¨¦s en una fosa com¨²n. Pero Pepi no se lo cree: "Llevo 40 a?os busc¨¢ndolo. He pedido ayuda a maestros, pol¨ªticos, curas... Estoy harta, pero lo buscar¨¦ toda la vida".
Durante d¨¦cadas miles de beb¨¦s en Espa?a fueron sustra¨ªdos o separados irregularmente de sus padres. Sigue la serie de EL PA?S sobre este tr¨¢fico de ni?os y ofrece el relato de las v¨ªctimas y de quienes participaron en las tramas. | Consulta el especial: Vidas robadas. | Participa en Eskup. ?Crees que eres un ni?o robado o conoces a alg¨²n caso? Env¨ªanos un correo electr¨®nico.
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