"Jam¨¢s dejar¨¦ de buscar a mi mellizo. Es mi otra mitad"
Eva lo proclama con una rotundidad pasmosa: "No voy a dejar de buscar nunca a mi hermano. Jam¨¢s. Que lo encuentre... No lo s¨¦. Pero es que ¨¦l es mi otra mitad. Es la mitad que me falta". A sus 37 a?os, Eva Mar¨ªa Garc¨ªa D¨ªaz est¨¢ firmemente convencida de que el 10 de diciembre de 1973 no lleg¨® al mundo sola, sino que lo hizo en uni¨®n de un chico que qui¨¦n sabe d¨®nde estar¨¢. Adem¨¢s, hay un informe hospitalario donde consta que su madre pari¨® a "un var¨®n vivo" de 3,5 kilos y otro papel, posterior, en el que se dice que hab¨ªa alumbrado a una ni?a de 2,4 kilos. ?C¨®mo se explica esto? ?Fue una simple e inocente confusi¨®n? No parece tal.
Dolores D¨ªaz Cerpa, Loli, tiene fresca su propia imagen en el Hospital Virgen del Roc¨ªo de Sevilla. Adormecida, tras el parto, pregunt¨® a una enfermera qu¨¦ hab¨ªa tenido. Esta le dijo: "Esp¨¦rate. Lo voy a mirar". Esa mujer se acerc¨® a la cunita que hab¨ªa junto a su cama y le inform¨® alborozada: "?Hay dos. Un ni?o y una ni?a!" Al poco, irrumpi¨® otra enfermera que cogi¨® al chiquillo y se lo llev¨®. Nunca m¨¢s volvi¨® a saber de ¨¦l.
"Cuando pregunt¨¦ d¨®nde estaba, me respondieron: 'El ni?o no es tuyo'. Y me call¨¦", explica casi con gesto de arrepentimiento. Lleva 37 a?os obsesionada con aquel d¨ªa y con la inexplicable desaparici¨®n de su hijo. "Me lo robaron", afirma sin el menor atisbo de duda. Pero nadie la crey¨®. Durante a?os se dedic¨® a ir a los parques infantiles buscando obsesivamente un rostro, un gesto, algo que le revelase que hab¨ªa encontrado a su hijo desaparecido. Ahora est¨¢ obstinada en buscarle entre los hombres con los que se cruza por la calle.
"Hace 20 a?os, mi madre puso una denuncia en la polic¨ªa, pero no sirvi¨® para nada. No le hicieron ning¨²n caso porque dijeron que el asunto no iba a ninguna parte. La polic¨ªa ni siquiera se molest¨® en ir al hospital a averiguar nada", recalca Eva. Hoy, en cambio, todo el mundo le pregunta si ha habido alg¨²n avance, sobre todo los vecinos de Olivares y Valencina de la Concepci¨®n, municipios en los que reside la familia.
La tortura punzante y permanente que padece Loli por el robo de uno de sus mellizos solo le ha conducido al fracaso y a la melancol¨ªa. Pero ella no desespera: ya ha entregado una muestra de su saliva para que le extraigan su ADN y que este puede ser contrastado en caso de que aparezca alg¨²n hombre que pueda ser su hijo. Adem¨¢s, ya ha declarado ante la polic¨ªa que investiga el caso. "Antes de morirme, me gustar¨ªa encontrarlo para poder decirle que yo no lo abandon¨¦, sino que me lo robaron". Loli tiene cuatro hijos (Agust¨ªn, Manuel Jes¨²s, Pedro y Eva) pero le falta uno. Y su ausencia se le hace agobiante. Sobre todo, cuando Eva celebra su cumplea?os, lo que hace que ineludiblemente se haga presente el recuerdo de su gemelo.
"Desde el primer momento hemos estado convencidos de que la trama ten¨ªa pensado robarme a m¨ª. Era yo a la que iban a llevarse. Por eso creemos que a mi madre le dieron inicialmente un papel donde se dec¨ªa que hab¨ªa dado a luz a un var¨®n. M¨¢s tarde, al subirla a una habitaci¨®n, hicieron otro parte m¨¦dico en el que constaba que lo que hab¨ªa tenido era una hembra", explica la joven. "Mi padre muri¨® en 1992 con la certeza de que le hab¨ªan quitado a uno de sus hijos".
Eva conf¨ªa en que la difusi¨®n de su foto sirva para que alguien pueda reconocerse en ella como en un espejo. Espera que alguien tenga sus mismos ojos grandes, sus mismos labios gruesos, sus mismos dientes ligeramente salientes. Y que las pruebas gen¨¦ticas confirmen que son hermanos gemelos. Id¨¦nticos como dos gotas de agua.
Durante d¨¦cadas miles de beb¨¦s en Espa?a fueron sustra¨ªdos o separados irregularmente de sus padres. Sigue la serie de EL PA?S sobre este tr¨¢fico de ni?os y ofrece el relato de las v¨ªctimas y de quienes participaron en las tramas. | Consulta el especial: Vidas robadas. | Participa en Eskup. ?Crees que eres un ni?o robado o conoces a alg¨²n caso? Env¨ªanos un correo electr¨®nico.
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