Conmoci¨®n nuclear
Los da?os de Fukushima exigen prudencia y decisiones meditadas sobre el futuro energ¨¦tico
La situaci¨®n en las centrales nucleares de Jap¨®n afectadas por el terrible se¨ªsmo, de grado 9, del pasado 11 de marzo y el tsunami subsiguiente, evoluciona r¨¢pidamente y obliga a cambiar perspectivas y previsiones sobre los da?os potenciales a las personas y sobre el futuro de la tecnolog¨ªa nuclear. Si hasta anteayer hab¨ªan sido dos los reactores m¨¢s afectados, el 1 y el 3, ayer se produjo una nueva explosi¨®n en un tercer reactor, el 2, con posibles efectos sobre la integridad del confinamiento o recinto de contenci¨®n donde se halla el n¨²cleo del reactor, y otra m¨¢s en el 4, hasta el momento en parada segura, que se produjo en la piscina del combustible usado aunque, de nuevo con muchas dudas, sin afectar a su n¨²cleo. Estas dos ¨²ltimas explosiones diseminaron material radiactivo al exterior en una nube que fue detectada en Tokio y en lugares todav¨ªa m¨¢s alejados del continente asi¨¢tico.
La gravedad de estos sucesos depender¨¢ de que la liberaci¨®n al ambiente de contaminantes radiactivos haya sido meramente puntual o pasajera, de forma que los niveles de radiaci¨®n disminuyan r¨¢pidamente conforme la nube expulsada se disperse, o bien se trate de una liberaci¨®n continuada, por el momento no confirmada, en cuyo caso los efectos sobre la salud de los ciudadanos ser¨ªa grave.
A falta de informaciones m¨¢s precisas, que se echan de menos por parte de las autoridades japonesas, cabe decir que las plantas nucleares de Fukushima han sufrido un considerable da?o debido a la violencia inusitada del terremoto y a la destrucci¨®n provocada por el tsunami, junto con la devastaci¨®n total de todo el entorno, incluyendo suministro el¨¦ctrico, accesos y facilidades de transporte, pero se mantienen por el momento con el grueso de su material radiactivo confinado en los recintos de contenci¨®n, aunque seguramente con una parte de las barras de combustible fundidas o deterioradas.
Los efectos sobre el futuro de la energ¨ªa nuclear son, por ahora, dif¨ªciles de predecir y depender¨¢n del desarrollo de los acontecimientos, pero ya se puede afirmar que se est¨¢n produciendo en el sentido de frenar el incipiente debate sobre su conveniencia en un marco de dificultades energ¨¦ticas y medioambientales derivadas de nuestra dependencia de los combustibles f¨®siles, y podr¨ªan llegar a bloquear su utilizaci¨®n como ocurri¨® tras el accidente de Chern¨®bil. Las iniciativas de Alemania, paralizando temporalmente el proceso de alargamiento de sus plantas nucleares, y las que se est¨¢n produciendo en la Uni¨®n Europea, van en este sentido.
En todo caso, no ser¨ªa prudente tomar decisiones irreversibles o que marcaran el futuro por d¨¦cadas en una situaci¨®n de conmoci¨®n, con grandes incertidumbres sobre lo que en realidad ha pasado en Jap¨®n. Habr¨ªa que tomar decisiones de forma meditada sobre las modificaciones que se imponen tanto en la seguridad de las instalaciones como en las ubicaciones id¨®neas, as¨ª como sobre la propia supervivencia de esta tecnolog¨ªa energ¨¦tica.
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