Jap¨®n lucha por evitar otro Chern¨®bil
La opacidad informativa revela el desconcierto del Gobierno ante la crisis nuclear
La gravedad de la situaci¨®n en la central nuclear de Fukushima, tras la nueva explosi¨®n y el incendio desatados en la madrugada de ayer en los reactores 2 y 4, ha puesto contra las cuerdas al Gobierno japon¨¦s. El primer ministro Naoto Kan compareci¨® ante la naci¨®n, a trav¨¦s de un comunicado por televisi¨®n, en el que, tras pedir calma a los ciudadanos, reconoci¨® que "est¨¢ creciendo el peligro de m¨¢s fugas radiactivas". Los japoneses, a¨²n conmocionados por la inmensa p¨¦rdida de vidas humanas -unas 10.000, seg¨²n datos no oficiales- que han causado el terremoto y el tsunami, recibieron con poca simpat¨ªa sus palabras, que muchos consideran que han llegado tarde y que han levantando m¨¢s alboroto que tranquilizado.
Cr¨ªticas contra la empresa propietaria de la central por la gesti¨®n de los da?os
Al mismo tiempo, la Compa?¨ªa de Electricidad de Tokio (TEPCO, en ingl¨¦s), propietaria de las dos centrales de Fukushima da?adas por el terremoto, parec¨ªa tirar la toalla y retiraba de la planta siniestrada, en las que ya se han producido tres explosiones y dos incendios, a casi todos los 800 ingenieros y t¨¦cnicos que estos d¨ªas han tratado de evitar una cat¨¢strofe. TEPCO ha dejado solo a 50 operarios, cuya tit¨¢nica lucha logr¨® extinguir a mediod¨ªa de ayer el incendio en el reactor 4 -que se volvi¨® a declarar a ¨²ltima hora del d¨ªa- y reactivar la refrigeraci¨®n con agua de mar en los otros tres reactores accidentados. Los niveles de radiaci¨®n, que se hab¨ªan disparado a primera hora de ayer, bajaron sensiblemente, al menos de momento, gracias a las labores de esos operarios.
Los expertos, sin embargo, consideran que no deber¨ªa haberse dejado semejante tarea en manos de un pu?ado de hombres y echan en falta que el Gobierno no se haya colocado al frente de esta batalla. Especialmente despu¨¦s de que el portavoz, Yukio Edano, reconociera que los problemas se extienden a los dos ¨²ltimos reactores de la planta, el 5 y el 6. Ha comenzado a calentarse el agua de las piscinas de estos, que, como el 4, tambi¨¦n estaban desconectados para una revisi¨®n antes de que ocurriera el tsunami. No se descartan nuevas explosiones.
"?Qu¨¦ demonios est¨¢ pasando?", le espet¨® Naoto Kan al director de TEPCO por no haberle informado de la explosi¨®n. El primer ministro ha decidido formar una c¨¦lula de crisis -en la que est¨¢ integrada TEPCO- y se ha colocado al frente de ella. Poco despu¨¦s le llam¨® el gobernador de Fukushima, Yuhei Sato, para advertirle de que "el miedo y la rabia de los habitantes de esa prefectura est¨¢ llegando al l¨ªmite".
La Bolsa de Tokio recibi¨® el incendio y la nueva explosi¨®n como si de un bombazo se tratara. Lleg¨® a bajar un 14%, y para limitar las p¨¦rdidas -quedaron en un 10%-, el Banco de Jap¨®n ya ha insuflado casi 200.000 millones a la econom¨ªa en 72 horas.
La pol¨ªtica informativa es un absoluto fracaso. Despu¨¦s de que todos estos d¨ªas el Gobierno haya tratado de mantener en un perfil bajo la informaci¨®n sobre lo que estaba ocurriendo en la central de Fukushima, el giro radical de ayer ha desconcertado a la tradicional sociedad japonesa. "Cuanto m¨¢s lejos est¨¦n de la central, m¨¢s seguros estar¨¢n", se le ocurri¨® decir a Edano en una conferencia de prensa tambi¨¦n televisada. "Ahora hablamos de niveles [de radiaci¨®n] que pueden tener un impacto en la salud", subray¨®.
El caos no se apoder¨® del norte del pa¨ªs ni de Tokio, una megal¨®polis de 30 millones de habitantes, porque el extremado civismo de los japoneses fren¨® la onda expansiva de las palabras del portavoz. Sin embargo, muchas empresas extranjeras se hicieron eco de la explosiva advertencia y ordenaron a sus expatriados que abandonaran Jap¨®n lo antes posible, informa Reuters. A la huida de empresarios, turistas y residentes extranjeros contribuy¨® la Escala Internacional de Sucesos Nucleares y Radiol¨®gicos que elev¨® la situaci¨®n de Fukushima al nivel 6 de alerta nuclear, tan solo uno por debajo de la calificaci¨®n de Chern¨®bil, la m¨¢xima jam¨¢s alcanzada.
Las autoridades de Tokio, mientras tanto, indicaban que en algunas partes de la ciudad la radiactividad era 40 veces superior a la habitual, lo que no representa un riesgo para la salud, y se hab¨ªan detectado part¨ªculas insignificantes de yodo y cesio.
"Nuestra preocupaci¨®n ha sido saber qu¨¦ hab¨ªa pasado con nuestros familiares y amigos. Estamos desconcertados. El Gobierno nos ha dicho que corremos peligro, pero no nos da explicaciones ni directrices sobre lo que podemos o debemos hacer", se?ala la int¨¦rprete Rika Yoshida, que ha optado por irse de vacaciones a Espa?a.
Naoto Kan no puede ocultar su p¨¢nico a que se funda el n¨²cleo de alguno de los reactores da?ados o reviente alguno de los sarc¨®fagos que contienen a los reactores -como sucedi¨® en Chern¨®bil en 1986- y lance a la atm¨®sfera una nube radiactiva 500 veces superior a la de la bomba at¨®mica sufrida por Hiroshima en 1945. Por ello, ha decidido prohibir los vuelos sobre Fukushima en un radio de 30 kil¨®metros. Ayer tambi¨¦n se acab¨® de evacuar a todos los habitantes en un radio de 20 kil¨®metros y se pidi¨® a los que viven entre los 20 y los 30 kil¨®metros de la central que se mantuvieran en sus casas con las ventanas y las puertas cerradas.
"Toda mi familia es de Kioto [sur de Jap¨®n] y est¨¢n muy inquietos porque aqu¨ª en Niigata estamos cerca de Fukushima. Me he tomado cuatro d¨ªas de vacaciones y me bajo a verles", afirma Tanaka, empleado de un hotel.
La mayor¨ªa de los 127 millones de habitantes de Jap¨®n pasan estos d¨ªas pegados a los m¨®viles y al televisor. Por el m¨®vil reciben las alarmas de terremoto superior a 6. Ayer mismo sonaron dos veces, pero los se¨ªsmos no tuvieron consecuencias. Y a la televisi¨®n por la amplia cobertura que est¨¢n dando diversos canales a lo ocurrido y a lo que puede a¨²n llegar. Muchas personas han hecho acopio de agua, comida deshidratada, arroz y otros alimentos. En Niigata, una ciudad de medio mill¨®n de habitantes situada 150 kil¨®metros al oeste de Fukushima, pueden verse estanter¨ªas vac¨ªas y cierta escasez en los supermercados. Pero conforme se viaja del oeste al este, hacia la zona siniestrada, la escasez es m¨¢s palpable, para hacerse extrema en la costa en que ocurri¨® el tsunami. As¨ª, en Sendai, una ciudad de un mill¨®n de habitantes, los restaurantes y los supermercados est¨¢n cerrados porque est¨¢n vac¨ªos. Igual sucede en el entorno de la zona de exclusi¨®n de Fukushima, en cuyos albergues y escuelas se refugian los desplazados.
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