"Los pol¨ªticos se pasan la pelota de la ciencia"
Amaya Moro-Mart¨ªn propone restaurante para comer: vegetariano y que no sea caro, por aquello de la crisis y de que "si hay estrecheces presupuestarias, mejor que demos ejemplo". Elige un sitio cerca del Congreso de los Diputados, donde hace unos d¨ªas entreg¨® una carta, con media docena de cient¨ªficos j¨®venes, como ella. "Y que quede claro que no es una iniciativa individual ni hay protagonismo por mi parte, por favor", recalca. Alertan sobre la situaci¨®n de incertidumbre de los investigadores j¨®venes en Espa?a y proponen mejoras en la futura Ley de la Ciencia para dar la necesaria estabilidad a la carrera cient¨ªfica.
Amaya llega a la cita con un mont¨®n de folios en la mano. Son las m¨¢s de 2.600 firmas que Plataforma de Investigaci¨®n Digna ha presentado a las m¨¢s altas instituciones pol¨ªticas. Tras un breve inciso sobre su opci¨®n vegetariana -"No me gusta la carne, desde peque?a, pero reconozco que es tambi¨¦n por empat¨ªa con los animales", dice-, entra directamente al tema de la ciencia en Espa?a. Los detalles sobre su carrera cient¨ªfica llegar¨¢n solo al final de la comida. "La idea de la carta y de recoger firmas surgi¨® por la situaci¨®n de muchos investigadores que se quedan sin contrato, que tienen curr¨ªculos muy buenos y que, como no se convocan plazas en los centros de investigaci¨®n, no tienen salida profesional", explica. Moro-Mart¨ªn, sin duda, tiene empuje. Dedicada a la investigaci¨®n en astrof¨ªsica, a sus 36 a?os no se hab¨ªa implicado en una iniciativa ciudadana as¨ª hasta ahora, pero ha aprendido r¨¢pido y habla ya con soltura de enmiendas, tr¨¢mites y plazos parlamentarios. Lo que quieren estos cient¨ªficos es que la Ley de la Ciencia -que hoy se vota en el Congreso- defina una carrera clara y que la gente sepa a qu¨¦ atenerse y qu¨¦ perspectivas hay. Que haya planificaci¨®n. "Pero me da la sensaci¨®n, cuando hablamos con los pol¨ªticos, que se pasan la pelota unos a otros", dice.
La astrof¨ªsica se ha movilizado por la cr¨ªtica situaci¨®n de la investigaci¨®n
La elecci¨®n vegetariana del restaurante es un rotundo acierto. Tras la ensalada, llegan los raviolis de boletus. "Est¨¢n riqu¨ªsimos ?verdad?", comenta.
La astrof¨ªsica ha estado 11 a?os fuera de Espa?a. Se doctor¨® en EE UU, y trabaj¨® en las Universidades de Arizona y Princeton y en la NASA, tras un periodo en Alemania. Luego decidi¨® volver a Espa?a y, desde hace dos a?os y medio, tras pasar estrictas evaluaciones, est¨¢ en el Centro de Astrobiolog¨ªa (CSIC-INTA), en Madrid, con un contrato Ram¨®n y Cajal de cinco a?os. Su marido tambi¨¦n es astrof¨ªsico y trabaja en Caltech (California) en el telescopio espacial Spitzer, pero busca la oportunidad de venir a Europa.
La acci¨®n ciudadana no aparta a Moro-Mart¨ªn de su ciencia, los sistemas planetarios alrededor de otras estrellas. "Es fascinante porque, adem¨¢s de explorar esos sistemas, podemos poner el nuestro en un contexto m¨¢s amplio", dice. Recientemente, ha publicado un destacado art¨ªculo sobre el tema con colegas de EE UU y de Jap¨®n.
Cuando acabe su contrato, no sabe qu¨¦ har¨¢. Preferir¨ªa trabajar aqu¨ª, pero las perspectivas son complicadas y cree que en EE UU tendr¨¢ m¨¢s oportunidades. ?Hay riesgo de que los j¨®venes investigadores se vayan? "Si claro, la gente est¨¢ muy quemada y opta por irse al extranjero". Entre la Ley de la Ciencia y la astrof¨ªsica ha volado el tiempo. Moro-Mar¨ªn termina con un helado de lim¨®n y no toma caf¨¦.
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