Europa, utop¨ªa demediada
Las potencias del antiguo orden geopol¨ªtico salen a distinto ritmo y en diferentes condiciones de la larga crisis de los ¨²ltimos tres a?os. EE UU crece pero todav¨ªa no crea los puestos de trabajo suficientes para volver al pleno empleo; Jap¨®n ha de reconstruirse de su terrible terremoto, del desastre nuclear y, m¨¢s all¨¢, de sus d¨¦cadas perdidas. Y la UE trata de reinventarse para llegar a ser una uni¨®n econ¨®mica.
Esta semana es decisiva para que Europa avance en esa direcci¨®n. Comienza con una reuni¨®n del Eurogrupo y finaliza con la cumbre de jefes de Gobierno de los Veintisiete. En la primera se han de dirimir los detalles de lo que tres d¨ªas despu¨¦s aprobar¨¢ el Consejo Europeo. Entonces solo faltar¨¢, para algunas de las medidas m¨¢s significativas, el visto bueno del Parlamento Europeo. Las reglas del juego del gobierno econ¨®mico de la UE estar¨¢n en funcionamiento en junio. Se habr¨¢ cumplido as¨ª el calendario que se fij¨® en octubre, en la reuni¨®n bilateral de Merkel y Sarkozy en Deauville, cuando se juramentaron para que, una vez m¨¢s, el directorio franco-alem¨¢n, esta vez comandado por dos pol¨ªticos conservadores, sacase de la intemperie a una UE asediada por los ataques especulativos sobre el euro, remendase la uni¨®n monetaria y diese pasos decisivos hacia una determinada forma de concebir la uni¨®n econ¨®mica.
B¨¢sicamente, lo que se va a acordar en el Consejo Europeo es una reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) en el sentido de una acentuaci¨®n de la estabilidad (el d¨¦ficit p¨²blico de cada uno de los pa¨ªses no sobrepasar¨¢ el 3% del PIB so pena de sanciones monetarias que, parad¨®jicamente, abundar¨ªan en ese mismo d¨¦ficit; y la deuda p¨²blica que exceda el 60% del PIB deber¨¢ reducirse a un ritmo anual de al menos la veinteava parte de su cuant¨ªa). Esta reforma va en la misma direcci¨®n de los anteriores intentos: reforzamiento obsesivo de la estabilidad (que violentaron cuando quisieron los pa¨ªses que hoy la proponen) y olvido del concepto del crecimiento econ¨®mico, al que consideran una mera consecuencia autom¨¢tica del ajuste, pese a que la historia reciente ha demostrado suficientemente que ello no es as¨ª.
Tambi¨¦n se reduce la autonom¨ªa presupuestaria de los pa¨ªses, una vez perdida la soberan¨ªa monetaria. Ni se ha ampliado el presupuesto de la UE ni se ha llegado a una armonizaci¨®n fiscal (m¨¢s all¨¢ de determinar la base impositiva, que no la cuota, del impuesto de sociedades), pero los Gobiernos habr¨¢n de pasar sus Presupuestos nacionales por el cedazo de la Comisi¨®n antes de llevarlos a los respectivos Parlamentos. Un control ex ante, que deval¨²a la opini¨®n de sus diputados. ?Qu¨¦ ocurrir¨ªa en caso de que ¨¦stos expresasen una diferencia sustantiva con los comisarios y sus equipos t¨¦cnicos?; ?qu¨¦ prevalencia le queda a la democracia representativa directa en el caso del instrumento m¨¢s importante de la pol¨ªtica econ¨®mica de un pa¨ªs?
A cambio del Pacto del Euro, que marca las tendencias en la indexaci¨®n de los salarios, la centralizaci¨®n de la negociaci¨®n colectiva, la limitaci¨®n por ley de los d¨¦ficits, la edad en la jubilaci¨®n,... se ampl¨ªa la cuant¨ªa del fondo de rescate de los pa¨ªses con problemas -y de su heredero a partir de junio de 2013, el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera- y se mejora su flexibilidad: ambos fondos podr¨¢n intervenir, excepcionalmente, en el mercado primario dentro de un programa de condicionalidad pol¨ªtica, y los pa¨ªses con problemas podr¨¢n emitir deuda, que ser¨¢ comprada por sus socios directamente, sin tener que pagar tipos de intereses desorbitados.
Los l¨ªderes europeos no han mencionado en las ¨²ltimas semanas ni las pol¨ªticas de crecimiento econ¨®mico ni las f¨®rmulas para combatir un desempleo que afecta a 23 millones de ciudadanos de la zona. Como escrib¨ªa el fil¨®sofo Jos¨¦ Luis Pardo en estas mismas p¨¢ginas ("D¨ªas de invierno", EL PA?S de 19 de marzo) todo indica que quienes comenzamos nuestra vida en aquella larga noche del franquismo y vivimos con despreocupaci¨®n la llegada de la democracia terminaremos nuestros d¨ªas con gobierno econ¨®mico de la UE pero tambi¨¦n con pensiones recortadas, sueldos congelados, empleos precarios, derechos disminuidos y unos servicios p¨²blicos deteriorados y debilitados. Esta Europa no es la utop¨ªa factible que so?amos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.