ETA escribe
Lo bueno de los comunicados de ETA es que aquel que los escribe no puede al mismo tiempo amartillar el arma. Eso que salimos ganando. La literatura, incluso la aburrida literatura pol¨ªtica, comporta ventajas colaterales en el vertedero de la historia. Bien es cierto que escribir, en s¨ª mismo, tampoco garantiza un futuro con violines como m¨²sica de fondo: la memoria del mundo est¨¢ llena de escritores que han alentado, impulsado o justificado la violencia. La historia est¨¢ llena de perros que dieron lustre a causas imposibles; la historia est¨¢ llena de equivocaciones literarias, de cat¨¢strofes morales, de rimadores org¨¢nicos, de bardos que corrigieron la sintaxis de ciertos asesinos, mientras lamentaban que su pluma machadiana no valiera tanto como la pistola del otro.
Pero adem¨¢s de los intelectuales (cuya ofuscaci¨®n da pena, a lo largo de la historia) tambi¨¦n los profesionales de la pol¨ªtica, en especial los megal¨®manos, encuentran tiempo para poner sus haza?as por escrito. Hitler escribi¨® poco, pero su solitario mamotreto fue un best-seller en la Alemania de los treinta. A Franco se le atribuye el gui¨®n de la pel¨ªcula emblem¨¢tica del r¨¦gimen de Franco (?qui¨¦n podr¨ªa haberlo hecho mejor?). Con las obras de Stalin ser¨ªa posible, qu¨¦ s¨¦ yo, forrar de libros el gaztetxe. Los dirigentes comunistas escribieron tanto que hay serias sospechas de que realmente no escribieron nada. Se dice que las obras completas de Ceaucescu superan en tama?o a las de Stalin. Falta en la teor¨ªa marxista una reflexi¨®n sobre la plusval¨ªa aplicada al negro literario.
Pero nos hemos distra¨ªdo: est¨¢bamos con el comunicado. El cambio en la vanguardia del MLNV (?a¨²n se dice MLNV?) reconforta: ETA escribe y no dispara. Siquiera sea por eso, deber¨ªamos prestar atenci¨®n a sus escritos. Es como a los ni?os o a los tontos: se les da la raz¨®n para que no den guerra. Por eso el Conflicto, el c¨¦lebre Conflicto, ha parido a uno y otro lado infinidad de profesionales de la cosa: escritores, escribanos, escribidores, escritorzuelos. Un pur¨¦ ling¨¹¨ªstico cocinado por un ej¨¦rcito de escribas que nada saben de la intr¨ªnseca honradez de las palabras: catetos del lenguaje, palurdos del art¨ªculo y del comunicado.
La lengua siempre ha sido arma pol¨ªtica. La izquierda revolucionaria de los a?os setenta, a la que ETA tanto debe, hizo de la manipulaci¨®n del lenguaje una forma de lucha. Toda mutaci¨®n del lenguaje comporta una mutaci¨®n del pensamiento. Pero nuestros revolucionarios faltaron ese d¨ªa al cursillo. En las im¨¢genes difundidas esta semana, Arkaitz Goikoetxea explicaba al juez lo que iba a hacerle a un concejal socialista: "secuestrar y ejecutar".
Pero, vamos a ver, ?secuestrar? Eso suena demasiado delictivo. El eufemismo correcto habr¨ªa sido "detener". Primero "detener" y luego "ejecutar". As¨ª se altera la realidad. As¨ª se maquillan las conciencias.
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