Un lastre muy pesado
La impericia de Zapatero con la pol¨ªtica econ¨®mica no es la ¨²nica, y tampoco la principal, causa de la gravedad de la crisis que azota Espa?a. Pero sus errores se han convertido en un lastre demasiado pesado para su valoraci¨®n p¨²blica y sus expectativas electorales. El Gobierno ha cometido muchas equivocaciones en el manejo de la crisis, pero ante la opini¨®n p¨²blica todos se resumen en uno: un optimismo tan injustificado que los hechos acabaron convirtiendo en rid¨ªculo.
Ese error empez¨® con la negaci¨®n de la crisis, antes y despu¨¦s de las elecciones de 2008. Para cuando el Gobierno se atrevi¨® a pronunciar la palabra maldita ya casi empezaba a proclamar, tropezando en la misma piedra, que sal¨ªamos de ella, y al mismo ritmo que el resto de Europa. Cuando estall¨® la bomba griega, Zapatero cre¨ªa que Espa?a podr¨ªa librarse de la onda expansiva. "Reducci¨®n del d¨¦ficit, s¨ª; dr¨¢stica no", dijo tras reunirse con Rajoy en mayo de 2010 para anunciar d¨ªas despu¨¦s un ajuste m¨¢s que dr¨¢stico.
No est¨¢ claro que aprendiera la lecci¨®n, y ha seguido confundiendo la realidad con sus deseos, como cuando proclam¨® el fin de la crisis fiscal europea poco antes del rescate irland¨¦s. A¨²n hoy, nadie es tan optimista como el Ejecutivo en sus previsiones de crecimiento, pero incluso si se cumplieran no dar¨ªa tiempo a que se notase antes de las elecciones. En las urnas puede pesar la impresi¨®n (simplista e injusta, pero extendida) de que por segunda vez un Gobierno socialista deja a Espa?a al borde de la ruina. Y no parece f¨¢cil para el PSOE soltar ese lastre solo con que Zapatero no sea el nuevo cartel electoral.
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