Singularidad divergente

En los tiempos oscuros del franquismo, el r¨¦gimen dise?¨® la campa?a de propaganda Spain is different. La singularidad como emblema. Muy alejada del deseo de normal convivencia de los espa?oles, que el grupo Jarcha recogi¨® magistralmente en su canci¨®n Libertad sin ira. Este tic, de ser singulares, ha reaparecido otras veces. Una ha ocurrido en la adaptaci¨®n de los programas de estudios universitarios al proceso de Bolonia.

La gran mayor¨ªa de los pa¨ªses opt¨® por una estructura temporal de tres a?os de bachelor o grado y dos a?os de m¨¢ster. Muy pocos, entre ellos Espa?a, decidieron grados de cuatro a?os y m¨¢steres, mayoritariamente, de uno. Coloquialmente, se denominaba 4+1 frente a 3+2. Colegas europeos me advirtieron del posible perjuicio. Al principio, no di m¨¢s valor al riesgo. Ahora veo lo negativo de semejante decisi¨®n. Uno de los argumentos que se daban a su favor era que cuatro a?os daban mayor posibilidad para ajustar la formaci¨®n universitaria a las demandas del empleo. Los responsables de la pol¨ªtica universitaria dijeron que era una decisi¨®n pol¨ªtica, que no se somet¨ªa a discusi¨®n acad¨¦mica.

Hay bastante consenso europeizante en cuanto a las caracter¨ªsticas que deben tener los m¨¢steres, con valores compartidos y aceptados por las mejores universidades de Europa. La duraci¨®n: dos a?os. Un primer a?o, m¨¢s b¨¢sico, y un segundo curso con especialidades y la elaboraci¨®n de una tesis realizada en los departamentos universitarios o en colaboraci¨®n con la industria. Otra caracter¨ªstica es el uso exclusivo del ingl¨¦s en su impartici¨®n. Si se usan los buscadores web para hallar buenas ofertas de m¨¢ster, la divergencia espa?ola es manifiesta. Apenas destacan o no son homologables. Los Campus de Excelencia o la consolidaci¨®n de las escuelas de postgrado se ver¨¢n lastrados por el escaso atractivo de los m¨¢steres en los campus espa?oles.

La valoraci¨®n de las universidades espa?olas, su visibilidad internacional, estar¨¢ condicionada por el valor que otorguen a sus m¨¢steres profesores y estudiantes de otros pa¨ªses. ?Cabe una posible correcci¨®n de tal divergencia? Es dif¨ªcil, pero ?es imposible? La prolongaci¨®n de todos los estudios de m¨¢ster a dos a?os, manteniendo la duraci¨®n del grado, puede estimarse en un incremento de los presupuestos universitarios comprendido entre una y dos d¨¦cimas del PIB. Ser diferente no quiere decir ser mejores. Hay que tener la humildad de aprender de otros. Habr¨ªa que recordar aquello que dec¨ªa Pio Baroja, a prop¨®sito del nacionalismo, y afirmar que las ansias de ser singulares tambi¨¦n se curan viajando.

Francisco Michavila es director de la C¨¢tedra UNESCO de Gesti¨®n y Pol¨ªtica Universitaria de la Polit¨¦cnica de Madrid