Burbujas y part¨ªculas aceleradas
El pasado ol¨ªmpico, el telef¨¦rico urbano de bolas y las calles que pis¨® Stendhal se abren a la nanotecnolog¨ªa y la arquitectura contempor¨¢nea en la agradable capital de los Alpes franceses
Doce d¨ªas de 1968 sirvieron para cambiar el destino de esta ciudad. Acogi¨® los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno y, a partir de ah¨ª, su crecimiento fue imparable. Hoy Grenoble es el centro de una bulliciosa metr¨®poli de medio mill¨®n de habitantes, potencia de investigaci¨®n tecnol¨®gica en Europa, laboratorio de algunos atrevidos ejemplos de arquitectura francesa y, junto a los caf¨¦s que frecuent¨® el escritor Stendhal, el mejor lugar para iniciar el ascenso a las cumbres de los Alpes. A simple vista, Grenoble puede parecer una capital neutra, pero aguzando la percepci¨®n, uno intuye bajo sus cornisas las huellas del pensamiento. Aqu¨ª se alumbr¨® la Revoluci¨®n Francesa y se construy¨® el acelerador de part¨ªculas. Hoy es la ciudad puntera de nanotecnolog¨ªa en Francia. Una ciudad din¨¢mica y cambiante.
09.00 Cruasanes y esqu¨ª
El d¨ªa promete emociones porque ha salido claro y despejado, algo que no suele ser lo habitual por aqu¨ª. Lo mejor es nutrirse de un buen desayuno en el viejo Grenoble. Le pain Quotidien (1) (1, Rue Lafayette) alterna panes de todos los aromas con fino chocolate belga y confituras ancestrales. Si madruga ver¨¢ que numerosos ciudadanos salen de casa a las cinco de la ma?ana con esqu¨ªs y bicicleta en las bacas de sus autos. Ascienden en un cuarto de hora a 1500 metros, pedalean hasta que aparece la nieve, esqu¨ªan un rato, vuelven, una ducha y a la oficina a empezar la jornada. Si le tienta la proximidad de los picos, debe visitar La Maison de la Montagne (3, Rue Raoul Blanchard) para proveerse de equipos, mapas y partes meteorol¨®gicos.
10.00 A 260 metros de altura
Quiz¨¢s usted no es tan andar¨ªn. Le gustan las cumbres pero a su ritmo. De uno de los muelles del r¨ªo Is¨¨re asciende el telef¨¦rico (2). (3, Quai St¨¦phane Jay; de 09.30 a 23.45; 6,80 euros ida y vuelta). Data de 1934 y fue modernizado en 1976. Unas esferas trasparentes con capacidad para seis personas cada una le colocan en pocos minutos a 260 metros sobre el c¨¦nit de la ciudad. Son apodadas como las burbujas, y su dise?o se ha convertido en uno de los referentes de la ciudad. Los usuarios se suben a ellas y acaban por tomar el fuerte de La Bastille.
Tienen ante s¨ª una prodigiosa vista sobre las tres cadenas que rodean Grenoble: el macizo de Vercors, con su impresionante precipicio del Diente del Lobo; la l¨²gubre y amenazante cresta de la Chartreuse y la cordillera de la Belledonne, con el Montblanc al fondo. Tiene tambi¨¦n abajo, a sus pies, los ocho kil¨®metros de la avenida de Jean Jaur¨¨s - C,,una de las m¨¢s largas y rectil¨ªneas de Europa. En el fort¨ªn puede visitar el museo de las Tropas de Monta?a, tomar un vino blanco en el restaurante y bajar andando a lo largo de un sendero.
12.00 A mediod¨ªa, fachadas y muelles
A mitad del descenso se abre el Museo Dauphinois (4), (30, rue Maurice Gignoux; gratis; de 10.00 a 18.00), imprescindible para conocer a los antiguos pobladores de los Alpes. Penetre de nuevo en la ciudad por el barrio de St. Laurent, con sus fachadas neocl¨¢sicas y sus muelles fluviales, y atraviese la pasarela suspendida sobre tirantes de acero en el mismo punto por el que entraron los romanos en el I antes de Cristo. El desarrollo de Grenoble es la historia de su lucha contra las crecidas del Is¨¨re. El Mus¨¦e de l'ancien ?v¨ºch¨¦ (2, Tr¨¨s-Clo?tres; gratis; de 10.00 a 19.00; cierra el martes) est¨¢ en el antiguo palacio del obispo, frente a la catedral, y en su cripta hay restos romanos. En el Museo Stendhal (13, rue Jean Jacques Rousseau) est¨¢ la casa natal del genial autor aunque, por obras, no abrir¨¢ hasta 2012.
14.00 Tentempi¨¦ en el Jard¨ªn de Ville
A lo largo del r¨ªo hay buenas pizzer¨ªas para matar el hambre. Se puede adquirir una buena raci¨®n de comida r¨¢pida en la coqueta Place Grenette y degustarla en el tranquilo Jard¨ªn de Ville (5), o subirse a un tranv¨ªa y acercarse al parque Paul Mistral, creado con la Exposici¨®n Universal de 1925 y encontrar monumentos relacionados con este evento y con los Juegos del 68: el Ayuntamiento, el recinto ol¨ªmpico, el palacio de Deportes. En una esquina se abre la alternativa asociaci¨®n cultural La Bobine (6) (42, Boulevard Clemenceau) con men¨²s interesantes y una buena terraza sobre el parque.
15.00 Destiler¨ªa gigante
Si admira la arquitectura funcionalista y ecosostenible debe visitar los barrios de Bonne, La Villeneuve o el Europole. Una vez al mes puede entrar incluso en el acelerador de part¨ªculas Synchrotron (7) (6, rue Jules Horowitz; 00 33 476 88 20 25; www.esrf.eu) y aprender sus secretos. Si gusta de los licores, debe coger un tren de cercan¨ªas o alquilar un coche y visitar Les Caves de la Chartreuse, a 25 kil¨®metros, una de las destiler¨ªas m¨¢s grandes del mundo. Pero si lo que desea es vivir la ciudad, vuelva al Viejo Grenoble y callejee por su Grande Rue (8).
17.00 Un caf¨¦ para Julio Verne
Librer¨ªas especializadas en manga, c¨®mics, literatura er¨®tica. Anticuarios, tiendas de esqu¨ª, deportes de invierno. Mercados, plazas y fachadas estilo Segundo Imperio. Este es el Grenoble que vi¨® nacer en 1783 al escritor Marie-Henri Beyle, m¨¢s conocido por Stendhal. En la colegiata de St. Andr¨¦ asisti¨® a las reuniones de los jacobinos en La Table Ronde (9) (7, Place de St. Andr¨¦), el segundo caf¨¦ m¨¢s antiguo de Francia. Se inspir¨® en un reo juzgado en la plaza para crear el personaje de Jean Sorel en Rojo y negro. El escultor Rodin lo inmortaliz¨® en el Jardin de Ville y un instituto con su nombre alberga un extraordinario reloj solar con esfera reflectante, ¨²nico en el mundo. Otro escritor de culto -aunque ¨¦l era de Nantes-, Julio Verne, tiene aqu¨ª su caf¨¦ - (7, Rue Montorge). Decorado con atrezos de sus obras, el local ofrece varios tipos de cerveza artesana. La que lleva su nombre tiene 8 grados y es servida en copas de cava.
21.00 Magret de pato pocheado
Al lado se abre el Auberge Napole¨®n (10) donde el emperador pernoct¨® dos noches en 1815. El d¨ªa ha sido intenso, as¨ª que perm¨ªtase probar la tarrina helada de foie-gras con nueces al oporto, los ravioles del Delfinado con champi?ones y vino amarillo o el magret de pato pocheado. Otras opciones exquisitas las puede encontrar en Le Modern (11, Rue H¨¦bert) o Le Gout des Autres (6, Rue Dominique Villars).
23.00 Por la noche, brindis
La noche se prolonga a la salud de la estatua del se?or de Bayard, el h¨¦roe local que acu?¨® el dicho de "caballero sin miedo y sin mancha", otra vez en la Place de St. Andr¨¦ (11), donde los caf¨¦s antiguos se trasforman en pubs de copas de la ma?ana a la noche como por encanto. Una juventud multicultural, en buena parte inmigrante, llena con sus energ¨ªas y m¨²sicas el coraz¨®n de la ciudad alpina, ante la sordina de las campanas de la colegiata.
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