El origen secreto de Nueva York
En los libros de historia de Nueva York existe un vac¨ªo. Son los primeros cuarenta a?os de la ciudad. Los que van del asentamiento holand¨¦s original, en 1625, a la conquista por los ingleses, en 1664. Entonces se llamaba Nueva ?msterdam y ocupaba la punta sur de Manhattan, donde se alzan hoy los rascacielos de Wall Street. Su recuerdo no suele ocupar m¨¢s que un par de l¨ªneas en los manuales, aunque aquella comunidad forj¨® el car¨¢cter de la ciudad. Compuesta por "empresarios, exploradores, piratas, prostitutas y p¨ªcaros" de toda Europa, fund¨® la esencia comercial y multi¨¦tnica de la urbe. Toda una anomal¨ªa en el origen de Estados Unidos, tal y como resurge en el ensayo Manhattan, la historia secreta de Nueva York (Duomo), del historiador Russell Shorto, que rescata un pasado casi ignorado durante tres siglos. Es la cr¨®nica de la ¨¦pica fundaci¨®n de Nueva York.
El l¨ªder local Adriaen van der Donck intu¨ªa que la colonia, codiciada por Inglaterra y Holanda, superar¨ªa a la metr¨®poli
"La diferencia entre la colonia holandesa y la brit¨¢nica explica las dos Am¨¦ricas, la urbana y la rural", se?ala el autor
Del tiempo anterior a la dominaci¨®n inglesa se desconoc¨ªa hasta ahora casi todo. Hace una d¨¦cada, Shorto (Pensilvania, 1959) se puso a seguir la pista. "En el East Village, ante la tumba de Peter Stuyvesant, me di cuenta de que no sab¨ªa casi nada de aquel pasado", recuerda Shorto, por tel¨¦fono, desde ?msterdam, donde dirige el Instituto John Adams, que difunde la cultura de EE UU en los Pa¨ªses Bajos. Ni lo sab¨ªa ¨¦l ni los historiadores con los que consult¨®. Quedaban algunos top¨®nimos (Brooklyn, Harlem, Yonkers, Staten...) y la novela Historia de Nueva York (1809), de Washington Irving, que satirizaba aquel pasado. Pero poco m¨¢s hab¨ªa. "No se debe a ning¨²n silenciamiento. La historia la escriben los vencedores, y los ingleses solo se fijaron en la suya". As¨ª, la colonia segu¨ªa siendo una inc¨®gnita.
Hasta que dio con el erudito Charles Gehring, de la Biblioteca del Estado de Nueva York. ?l le descubri¨® un tesoro de archivos in¨¦ditos de la colonia: unas 12.000 p¨¢ginas de cartas, sentencias, escrituras, diarios... Como director del New Netherland Project, Gehring lleva 30 a?os traduci¨¦ndolos. Con esa materia prima, Shorto da cuerpo narrativo a la epopeya del nacimiento de Nueva York, en una ambiciosa cr¨®nica fiel a los hechos y escrita con el nervio y el ingenio de un guionista de la HBO. Atenta tanto a los grandes movimientos hist¨®ricos y culturales como a las haza?as individuales de los primeros manhatanitas. Publicada en 2004, llega ahora a Espa?a.
La colonia de Nuevos Pa¨ªses Bajos, capital Nueva ?msterdam, vivi¨® medio siglo escaso, pero muy convulso. Asentada en el conf¨ªn del mundo como avanzada comercial de la poderosa Compa?¨ªa Holandesa de las Indias Occidentales, sus colonos se rebelaron contra el tir¨¢nico gobierno de la empresa, se?ala Shorto. Fue la batalla judicial de un pu?ado de empleados por convertirse en ciudadanos de pleno derecho. De entre los archivos, Shorto rescata la in¨¦dita historia de su l¨ªder, Adriaen van der Donck, un joven abogado que quer¨ªa un gobierno representativo para la colonia. Estaba convencido de que un d¨ªa aquel enclave superar¨ªa a la metr¨®poli, Holanda, la potencia mercantil mundial. As¨ª que cruz¨® el Atl¨¢ntico y present¨® la demanda ante el Gobierno holand¨¦s. Lleg¨® a tocar su sue?o americano, pero el estallido de la guerra anglo-holandesa (1652) lo trunc¨®. La estrat¨¦gica colonia, que a trav¨¦s del r¨ªo Hudson daba entrada al continente, se convirti¨® en la presa de dos imperios mundiales.
Shorto da voz al descontento de los colonos ante la draconiana compa?¨ªa, que los implic¨® en una desastrosa guerra contra los ind¨ªgenas. En 1647, la empresa impuso un director general m¨¢s firme: el adusto militar Peter Stuyvesant. Ante ¨¦l se alz¨® Van der Donck, que administraba el latifundio de un comerciante, y se convirti¨® en su n¨¦mesis. De pel¨ªcula. "S¨ª", admite Shorto, "de hecho, una productora de cine se ha interesado por el libro". ?Preferencias? "Russell Crowe ser¨ªa un buen Stuyvesant, y mi sobrina dice que para Van der Donck ve a Ryan Gosling". Aquel letrado encabez¨® un consejo local y recopil¨® las quejas de los colonos. Con ellas "construy¨® el que acaso es el documento m¨¢s famoso de la colonia, la Reconvenci¨®n de los Nuevos Pa¨ªses Bajos, una queja formal de 83 p¨¢ginas" que present¨® ante el Gobierno de La Haya en 1650 y que, "con el tiempo, consolidar¨ªa la estructura de la colonia de Manhattan en el derecho holand¨¦s y conferir¨ªa a la ciudad de Nueva York una forma y un car¨¢cter ¨²nicos".
La singularidad de Nuevos Pa¨ªses Bajos proced¨ªa de la metr¨®poli. "La colonia era una sociedad multi¨¦tnica y comercial porque la Rep¨²blica Holandesa lo era y lo incentivaba". Era un Estado de burgueses comerciantes reci¨¦n liberado del yugo del imperio espa?ol, que resplandec¨ªa con su Siglo de Oro: potencia hegem¨®nica del comercio mundial y excepci¨®n liberal en una Europa de monarqu¨ªas y fundamentalismos. All¨ª bull¨ªan las revolucionarias ideas de Descartes, Spinoza y Grocio, padre del derecho internacional. Atrajo a inmigrantes de todo el continente. "Era el crisol de culturas de Europa".
Ese esp¨ªritu fluy¨® a Nuevos Pa¨ªses Bajos y de all¨ª hacia el futuro Estados Unidos. "Es lo que hace a Nueva York tan diferente del resto de colonias inglesas, cuya historia es una sola y se remonta al mito de los peregrinos puritanos, con su religi¨®n ¨²nica. La de Nueva York es m¨¢s compleja; re¨²ne muchas historias de varias procedencias". El descubrimiento de los archivos de la colonia supone un cambio en la forma de ense?ar la historia de Estados Unidos, subraya Shorto. "Cuesta renovar algo que est¨¢ tan arraigado, pero se va modificando poco a poco". Un cambio que, junto a la herencia inglesa, a?ade la holandesa y revela as¨ª la heterogeneidad original del pa¨ªs.
Los registros, adem¨¢s, recuperan muchas peque?as historias. Como la de Harmen van de Bogaert, cirujano homosexual y pionero explorador del territorio de los mohawk de Albany. Acusado de sodom¨ªa, huy¨® junto a su compa?ero esclavo y falleci¨® ahogado mientras intentaba cruzar un r¨ªo helado. Son relatos rescatados del olvido con los que Shorto muestra que Nueva ?msterdam era una ciudad que oscilaba entre la tiran¨ªa y la anarqu¨ªa. Permit¨ªa, por ejemplo, que algunos esclavos negros se establecieran por libre como herreros, granjeros o barberos. "Las colonias inglesas y holandesas representaban los extremos conservadores y liberales del XVII". A ellas -a?ade- se remontan las dos Am¨¦ricas de hoy, la urbana y la rural, la republicana, unitaria, y la dem¨®crata, formada por muchos grupos. "Es una generalizaci¨®n ¨²til para entender el pa¨ªs".
La batalla de Van der Donck por conseguir un autogobierno era un trabajo herc¨²leo porque desafiaba a la Compa?¨ªa, un organismo imbricado en la Rep¨²blica. Shorto contextualiza magistralmente aquel momento clave. En una Europa estable tras la paz de Westfalia, La Haya aprob¨® el proyecto. Convertir¨ªa la colonia en ciudad, como centro de un gran territorio de ultramar. Pero justo en 1652, Inglaterra lanz¨® una guerra comercial contra Holanda. La Haya rechaz¨® probaturas y revoc¨® el plan. Derrotado, el letrado regres¨® a Am¨¦rica y, al parecer, muri¨® en 1655, durante un ataque indio. "Pero, en un giro ir¨®nico, ser¨ªan los ingleses quienes llevar¨ªan a cabo su sue?o", a?ade.
Aquel obstinado picapleitos lo hab¨ªa logrado. En 1653, Nueva ?msterdam consigui¨® el estatuto de ciudad. Luego los pragm¨¢ticos ingleses respetaron cierto autogobierno, el comercio libre y la libertad de culto. "Unos privilegios sin precedentes". Funcionaba, ?por qu¨¦ cambiarlo? Y la ciudad despeg¨®. "Estos cimientos sobre los que se construy¨® Nueva York", concluye Shorto, "te?ir¨ªan y modelar¨ªan el continente y el car¨¢cter estadounidenses". Algo de ello vislumbr¨® el propio Van der Donck. En su apasionante y exitosa Descripci¨®n de la colonia, escrita para atraer inmigrantes, interpelaba al lector: "Un territorio como Nuevos Pa¨ªses Bajos, ?no deber¨ªa, con las iniciativas y la direcci¨®n apropiadas, acabar prosperando? Juzgue usted mismo". -
Manhattan, la historia secreta de Nueva York. Russell Shorto. Traducci¨®n de Marta Pino Moreno. Duomo. Barcelona, 2011. 518 p¨¢ginas. 24 euros. www.russellshorto.com.
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