"Las drogas, los mercenarios y las apuestas ilegales pueden acabar con el deporte"
Tiene una mirada amable y una sonrisa educada, que mantiene hasta cuando se muestra agresivo contra los que considera los grandes males del deporte y del olimpismo mundial: el dopaje, los mercenarios y las apuestas ilegales. Como cirujano y como deportista, a Jacques Rogg¨¦ le gustar¨ªa extirpar ese c¨¢ncer que suponen las drogas, "que no es solo un problema para el deporte, sino sobre todo para la salud de las personas", dice.
El 2 de mayo cumplir¨¢ 69 a?os y el 16 de julio celebrar¨¢ 10 a?os como presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI). Su antecesor, el espa?ol Juan Antonio Samaranch, que llevaba m¨¢s de veinte a?os en el cargo, le aup¨® hasta la presidencia del m¨¢ximo ¨®rgano deportivo del mundo, en una elecci¨®n muy re?ida, y tras ocho a?os se volvi¨® a presentar, como ¨²nico candidato, en 2009 para lo que ser¨¢ su ¨²ltimo mandato. "Doce a?os es m¨¢s que suficiente", explica; "en 2013, un a?o despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres, dejar¨¦ el testigo a un nuevo presidente que siga poniendo creatividad y entusiasmo".
"Las drogas, los mercenarios y las apuestas ilegales pueden acabar con el deporte"
"Como en toda sociedad, el deporte necesita leyes, polic¨ªas y sanciones"
"Estamos estrechando la brecha deportiva entre pa¨ªses pobres y Ricos"
Rodeado de buena pintura moderna (dos cuadros de Mondrian y T¨¤pies le observan), Rogg¨¦ se muestra feliz en su luminoso despacho de Lausana, junto al lago Leman, por trabajar en una de las pasiones de su vida: el deporte. Naci¨® en Gante (B¨¦lgica) en 1942 y estudi¨® medicina en la Universidad de esa ciudad. Compiti¨® en vela en los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨¦xico (1968), M¨²nich (1972) y Montreal (1976), y aunque no consigui¨® ninguna medalla ol¨ªmpica, lleg¨® a ser campe¨®n del mundo en los a?os setenta. Era un deportista amateur, que compaginaba su afici¨®n con la carrera de medicina, lo que le permiti¨® ejercer como cirujano ortop¨¦dico cuando dej¨® la vela. De hecho, estuvo operando hasta el d¨ªa anterior de trasladarse a Suiza, en 2001, para ocupar su despacho de presidente del COI.
En estos dos lustros que va a cumplir al frente del cargo ha tenido momentos felices, pero tambi¨¦n dif¨ªciles. Y de estos, a lo largo de su vida, recuerda con horror la matanza de M¨²nich en 1972 (11 deportistas y entrenadores israel¨ªes fueron secuestrados y muertos a tiros por terroristas palestinos del grupo Septiembre Negro) y la decisi¨®n que tuvo que tomar de seguir o no compitiendo tras los asesinatos en la ciudad alemana. "La mayor¨ªa decidimos seguir compitiendo, porque pensamos que si nos ¨ªbamos, los terroristas habr¨ªan ganado la batalla".
Le resulta inc¨®modo, aunque no lo evita, hablar de elecciones de sedes ol¨ªmpicas. Fue el blanco de muchas cr¨ªticas, en 2009, cuando Madrid perdi¨® por segunda vez consecutiva la opci¨®n a organizar los Juegos Ol¨ªmpicos. Le llegaron a acusar de traidor. Pero Rogg¨¦ no se inmuta cuando se le pregunta y dice que las decisiones son siempre muy dif¨ªciles. "La candidatura de Madrid era magn¨ªfica y en el COI estar¨ªamos encantados de que se volviera a presentar, como R¨ªo, que lo consigui¨® a la tercera".
Reconoce que su cargo y su trabajo es claramente pol¨ªtico ("pero no ideol¨®gico", matiza) y presume de ser probablemente el ¨²nico l¨ªder de una organizaci¨®n mundial que abarca a los 205 pa¨ªses del mundo. Toma m¨¢s de 150 aviones y visita 40 pa¨ªses cada a?o, aunque se reserva las vacaciones para ir a Cadaqu¨¦s, en la Costa Brava, en donde lleva veraneando desde que era un cr¨ªo.
A Jacques Rogg¨¦ le gusta hablar de valores cuando se le pregunta por los retos de su cargo. "Nuestra misi¨®n es apoyar los valores sociales del deporte. En primer lugar, el deporte es una base firme para la educaci¨®n a todos los niveles. Adem¨¢s, ayuda a la integraci¨®n social, ya que es la mejor forma de igualar a personas de distinta capa social. Y como tercer punto yo destacar¨ªa que el deporte aporta salud. As¨ª que nuestros retos son promover educaci¨®n, integraci¨®n social y salud a trav¨¦s del olimpismo. Y lo hacemos a trav¨¦s de todas las categor¨ªas de nuestros Juegos Ol¨ªmpicos: la Olimpiada, los Juegos de Invierno, los Juegos para J¨®venes y los Paral¨ªmpicos".
Uno de sus objetivos, o casi de sus obsesiones, es la lucha contra el dopaje. ?Se est¨¢ haciendo lo suficiente?
Es dif¨ªcil de saber. Pero hay que ser muy ambiciosos en esa tarea. Yo dir¨ªa que se ha hecho mucho, pero que es necesario continuar e intensificar estas acciones. En los ¨²ltimos diez o quince a?os se han realizado muchos progresos en este camino. Me refiero especialmente al test sobre los atletas dentro y fuera de la competici¨®n y al hecho de que ahora guardamos las muestras durante ocho a?os y las volvemos a testar al cabo del tiempo. Adem¨¢s, se ha avanzado mucho en la ciencia para detectar el dopaje, como por ejemplo el test para detectar la EPO. Y, sobre todo, ha sido muy importante la creaci¨®n de la Agencia Mundial Antidopaje, en 1999, que ha ayudado mucho a avanzar ese camino.
?Los Gobiernos nacionales apoyan esa pol¨ªtica?
Lo mejor de la creaci¨®n de esta agencia es que contamos con su apoyo. Los necesitamos porque son ellos los que tienen el poder policial y judicial, y sin eso es imposible actuar. Pongamos como ejemplo la Operaci¨®n Puerto en Espa?a. No se podr¨ªa haber probado nada sin las escuchas telef¨®nicas, las inspecciones de equipajes o los registros domiciliarios. Y los comit¨¦s ol¨ªmpicos no pueden hacer eso; solo los Gobiernos tienen poder para ello.
?Pero se siente usted realmente apoyado por los pa¨ªses en esta cruzada contra el dopaje?
S¨ª, yo me siento apoyado y creo que hay una buena actitud por parte de los Gobiernos. Los pa¨ªses est¨¢n convencidos de que tienen que hacer todo lo que est¨¦ en sus manos, porque el dopaje no es solo un problema de trampas en la competici¨®n, sino que es sobre todo un serio problema de salud p¨²blica. El problema ha llegado a los gimnasios de todo el mundo, en donde los j¨®venes ingieren productos prohibidos para mejorar su musculatura o su apariencia. Estamos hablando de un grave problema de salud p¨²blica, y los Gobiernos lo han entendido y est¨¢n actuando contra ¨¦l.
El deportista ha sido siempre un ejemplo a seguir por los ciudadanos, aunque el excesivo profesionalismo y el propio dopaje est¨¢n cambiando la percepci¨®n de la gente. ?Qu¨¦ papel deben desempe?ar los deportistas en una sociedad global?
Primero me gustar¨ªa decir que el 99% de todos los deportistas no son profesionales, sino amateurs. Solo hay un peque?o grupo de profesionales, pero esos son los que tienen m¨¢s visibilidad p¨²blica. Es un poco injusto, pero esa es la realidad. Estos deportistas profesionales se benefician de muchas cosas. Tienen recursos financieros, buenos ingresos, prestigio social y son admirados por la poblaci¨®n. Pero a cambio de todo ello tienen una responsabilidad y la obligaci¨®n moral de ser modelo para los dem¨¢s y, por tanto, respetar las reglas del juego limpio. Y eso no es siempre f¨¢cil para un hombre o una mujer de 20 o 25 a?os. Pero deben aceptarlo, porque son un modelo social. El p¨²blico no mira ni se identifica con los amateurs, sino con los profesionales.
Usted ha dicho en ocasiones que su principal objetivo como presidente del COI es luchar por los valores. ?Qu¨¦ valores representa el deporte en la actualidad?
B¨¢sicamente, deporte y deportistas representan, en primer lugar, el respeto por sus competidores, y eso supone respetar otras culturas, razas, sexos y religiones. En segundo lugar, los deportistas deben cumplir las reglas del juego mientras desarrollan su trabajo. Y por ¨²ltimo tienen que mostrar juego limpio en todas sus actuaciones. Adem¨¢s, hay otra serie de valores intr¨ªnsecos al deportista que compite que yo dir¨ªa que son consustanciales a su esencia. Me refiero a llegar a tus propios l¨ªmites y a reponerte ante la adversidad y seguir luchando y compitiendo cuando has tenido un fracaso. Y ello sin olvidar que los deportistas profesionales tienen que reflejar los sue?os de la juventud, que los est¨¢n observando.
?Qu¨¦ contravalores acechan al deporte y a los deportistas?
Los contravalores y riesgos que lo acechan tienen que ver con hacer trampas mediante el dopaje o la corrupci¨®n. Hay un elemento a?adido y nuevo, que son las apuestas ilegales, que est¨¢n haciendo mucho da?o. Adem¨¢s, hay otros asuntos sociales, como el racismo y la violencia, que surgen en los estadios. Y por ¨²ltimo, y no menos importante, el problema de determinados deportistas que se comportan como aut¨¦nticos mercenarios, sin importarles el grupo o el pa¨ªs al que pertenecen, y que no devuelven nada de lo que han recibido, sino que se mueven solo por motivos econ¨®micos. No son muchos, pero cada vez vemos m¨¢s mercenarios en el deporte.
Si tuviera que valorar todos ellos, ?cu¨¢l cree que es el principal problema?
El mayor problema es, sin duda, el dopaje, porque todos los dem¨¢s afectan a aspectos ¨¦ticos, pero el dopaje afecta sobre todo a la salud de los atletas. No hay que olvidar que han muerto muchos deportistas como consecuencia de haber ingerido sustancias dopantes. Adem¨¢s, el dopaje adultera la competici¨®n y su propia credibilidad. La competici¨®n est¨¢ basada en jerarqu¨ªas y clasificaciones, y si estas no est¨¢n basadas en el juego limpio, no tiene ning¨²n sentido competir.
?Hay algo que se podr¨ªa hacer y que no se est¨¢ haciendo en la lucha contra las drogas en el deporte?
La estrategia en la lucha contra el dopaje es muy clara. Por un lado, tenemos la educaci¨®n y la prevenci¨®n, que consiste en convencer a los atletas y a sus entrenadores de la maldad y el peligro de esa actividad. Pero, adem¨¢s de la divulgaci¨®n y la prevenci¨®n, hace falta perseguir a los culpables. En todas las sociedades hacen falta leyes, polic¨ªas y sanciones, y en el deporte, tambi¨¦n. Por eso estamos aumentando los test antidopaje en todas las competiciones y, lo que es m¨¢s importante, continuamos con la investigaci¨®n cient¨ªfica que nos permita detectar las conductas irregulares y colaboramos con los Gobiernos para que sean m¨¢s activos contra el dopaje.
El problema es que igual que ustedes avanzan en la investigaci¨®n cient¨ªfica, los tramposos van descubriendo nuevas f¨®rmulas para sortear los controles...
Es verdad. Hay momentos en que los tramposos toman la delantera y otros en los que nosotros estamos a su altura. El caso m¨¢s significativo es el de la EPO. A principios de los noventa sab¨ªamos que se estaba utilizando y no ten¨ªamos test para detectarlo. Los controles no llegaron hasta 2000, justo antes de los Juegos de Sidney. Ese fue un asunto importante y frustrante, porque durante casi diez a?os no pudimos hacer nada. No pod¨ªamos testarlo y sab¨ªamos que las mejoras obtenidas no eran naturales. El desarrollo del test de la EPO fue un gran acontecimiento para el deporte limpio, como tambi¨¦n lo ha sido el hecho de poder guardar las muestras durante ocho a?os; ahora podemos testar algunas de ellas con m¨¦todos que no ten¨ªamos cuando se tomaron y detectar as¨ª sustancias irregulares. As¨ª que tengo que decir que hemos avanzado mucho en ese sentido.
Otra de sus obsesiones ha sido la idea de estrechar la brecha deportiva entre pa¨ªses ricos y pobres. ?Es eso posible realmente?
Este es realmente uno de los objetivos que se marc¨® en su d¨ªa Juan Antonio Samaranch hace ahora 20 a?os y creo que hemos avanzado mucho en su legado. Cuando el COI empez¨® a generar ingresos por su actividad, tuvo muy claro que ten¨ªa que realizar un reparto solidario de los beneficios entre los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Nosotros redistribuimos el 94% de nuestros beneficios y en su mayor¨ªa van a parar a pa¨ªses pobres.
?A qu¨¦ se dedica ese dinero?
Ese dinero se destina a becar a los atletas de esos pa¨ªses y a construir infraestructuras deportivas. Por darle solo una cifra: antes de que el marketing y los derechos televisivos aparecieran en el mundo ol¨ªmpico, tan solo el 60% de los pa¨ªses del mundo pod¨ªan participar en los Juegos Ol¨ªmpicos. El resto no pod¨ªa, porque no ten¨ªa recursos. Pero cuando empezamos a generar ingresos y a distribuirlos de forma solidaria, esto cambi¨® y en estos momentos los 205 Estados del mundo participan en los Juegos Ol¨ªmpicos. No tienen que pagar por los viajes, ni por acomodaci¨®n, ni por equipamiento... as¨ª que claramente estamos contribuyendo a estrechar la brecha deportiva entre pa¨ªses ricos y pobres.
Tambi¨¦n se fij¨® usted entre sus objetivos al frente del COI luchar por la igualdad de la mujer en el deporte. ?Se ha avanzado en esa l¨ªnea?
Sin duda, estamos avanzando en este camino. Yo dir¨ªa que la igualdad entre hombres y mujeres empieza a ser un hecho en el deporte. En 1980, en los Juegos de Mosc¨², hab¨ªa un 18% de mujeres compitiendo. En estos momentos, las mujeres que participan en los Juegos suponen el 46% del total. Ya solo nos falta un 4% para alcanzar el objetivo de mitad y mitad. Eso es un elemento positivo.
?Y en los puestos directivos?
Ese es un segundo factor a tener en cuenta. Y aqu¨ª tambi¨¦n se han dado pasos importantes. Cuando Juan Antonio Samaranch fue elegido presidente del COI, en 1980, no hab¨ªa ninguna mujer en el Comit¨¦ y ¨¦l empez¨® a trabajar en el tema. Cuando yo le sustitu¨ª hab¨ªa 10 mujeres en el COI y ahora hay 20. As¨ª que hemos doblado el n¨²mero de mujeres en nuestro m¨¢ximo ¨®rgano directivo. Es verdad que todav¨ªa es solo el 20% de mujeres en posiciones importantes en nuestro ¨®rgano de gobierno, pero vamos a seguir avanzando en ese camino.
A usted le toc¨® vivir como deportista la tragedia de los Juegos de M¨²nich. ?Qu¨¦ recuerdos tiene de esos d¨ªas?
Son unos recuerdos terribles. Muchas veces me preguntan cu¨¢les han sido mi mejor y peor momento como deportista y yo siempre digo que el peor es la matanza de M¨²nich. Fue un shock fort¨ªsimo cuando supimos que hab¨ªan asesinado a 11 atletas. Los Juegos se interrumpieron durante dos d¨ªas y en ese tiempo no sab¨ªamos qu¨¦ iba a pasar. As¨ª que esperamos en la Villa Ol¨ªmpica y yo, como muchos otros atletas, ten¨ªa dudas sobre si deb¨ªa continuar o no.
?Qu¨¦ pensaban?
Por un lado, no ve¨ªamos sentido a esos Juegos despu¨¦s de la matanza. Pero, por otro, pens¨¢bamos que hab¨ªamos trabajado mucho para llegar hasta all¨ª, con enormes esfuerzos de tu familia y tu pa¨ªs, y quer¨ªamos seguir. As¨ª que, despu¨¦s de muchas dudas, algunos deportistas decidieron abandonar, y otros, la mayor¨ªa, seguir adelante. Cuando ahora pienso en lo que hicimos, creo que fue lo correcto, porque si hubi¨¦ramos parado, supondr¨ªa que los terroristas hab¨ªan ganado la batalla, y el terrorismo nunca debe ganar una batalla. As¨ª que continuamos, aunque en un ambiente de pesar enorme. Yo tengo muy buenos recuerdos de todos los Juegos en los que he participado, menos de los de M¨²nich, que me producen una gran tristeza.
Siempre hay pol¨¦mica con la adjudicaci¨®n de las sedes ol¨ªmpicas, y el caso de Madrid es un caso claro de frustraci¨®n, despu¨¦s de no haberlo conseguido tras dos intentos y una gran preparaci¨®n. ?C¨®mo se decide sobre las sedes ol¨ªmpicas?
Es muy dif¨ªcil estar en la cabeza de 115 personas que tienen que votar. Pero por lo que s¨¦ o he experimentado en los ¨²ltimos a?os, hay tres elementos que afectan en las decisiones de los que deciden. El primero es la calidad t¨¦cnica de la candidatura. Es decir, si la villa ol¨ªmpica es buena, si las instalaciones son de calidad, las infraestructuras, la seguridad... ese es definitivamente el elemento m¨¢s importante. Un segundo aspecto es claramente subjetivo y que no se puede poner en un papel; me refiero a la confianza que tienes en las personas que presentan la candidatura. Aqu¨ª no hay objetividad, sino qu¨ªmica con las personas. ?Conf¨ªo en su capacidad para gestionar los Juegos? Y el tercer factor es la creaci¨®n de valor a?adido, su identidad. Por ejemplo, cuando se decidi¨® adjudicar los Juegos Ol¨ªmpicos a Atenas para volver al lugar en donde se inventaron y devolver a Grecia todo lo que nos hab¨ªa dado. O ir a China porque es el pa¨ªs m¨¢s poblado del planeta. O ir a Londres porque supon¨ªa ir al pa¨ªs en donde se inventaron los deportes modernos, en el siglo XIX. O, recientemente, ir a R¨ªo de Janeiro significaba ir por primera vez a un subcontinente, como Sudam¨¦rica, que nunca hab¨ªa organizado los Juegos. As¨ª que tienes estos tres elementos, cada uno con su peso, y la decisi¨®n siempre es muy dif¨ªcil de tomar.
?En qu¨¦ fall¨® Madrid?
Nunca se sabe. Estamos hablando de una diferencia de tres o cuatro votos en la primera ronda de un total de 115 personas. Y no se puede plantear en t¨¦rminos de ¨¦xito o fracaso. Obviamente, si hay mucha diferencia se puede pensar en fallos, pero no en el caso de Madrid. Est¨¢ claro que cuando hay una competici¨®n solo gana uno. Pero tengo que insistir en que Madrid present¨® una magn¨ªfica candidatura.
?Y usted recomendar¨ªa a Madrid que se volviera a presentar?
Esa es una cuesti¨®n que tiene que decidir Madrid. Pero el COI claramente estar¨ªa muy contento con que se volviera a presentar, porque ya ha demostrado que desde el punto de vista t¨¦cnico es una candidatura muy potente. Adem¨¢s, la experiencia de los dos intentos anteriores puede ayudar mucho, como le ha ayudado a R¨ªo, que consigui¨® su victoria a la tercera, en un espacio de 12 a?os.
?Es el suyo un trabajo pol¨ªtico?
S¨ª, por supuesto. Yo me considero un pol¨ªtico, en el mejor sentido de la palabra. Este es un trabajo pol¨ªtico, sin ser ideol¨®gico. El movimiento deportivo solo tiene una ideolog¨ªa: que el deporte es educaci¨®n, integraci¨®n social y salud. Y tenemos que convencer a los pol¨ªticos para que apoyen esa filosof¨ªa y los valores de los que hemos hablado antes. Cada vez que viajo a un pa¨ªs, suelo visitar a sus mandatarios y les pido apoyo. Yo me considero un embajador del deporte en todo el mundo. Pero el deporte no es de derechas o de izquierdas. Yo tengo que vender el deporte a pol¨ªticos de todas las ideolog¨ªas. Tenemos presencia en la Uni¨®n Europea, en Naciones Unidas, en la Uni¨®n Africana... en la mayor¨ªa de las instituciones supranacionales y tratamos con todos los Gobiernos del mundo.
Usted ha dicho que en el a?o 2013, cuando acabe su mandato, no se va a volver a presentar al cargo. ?Qu¨¦ va a hacer despu¨¦s?
Todo aquello que no puedo hacer en mi vida actual. Lo primero que har¨¦ ser¨¢ volver a navegar, porque lo echo mucho de menos. Podr¨¦ hacer mucho m¨¢s deporte, leer m¨¢s, visitar exposiciones y llevar a mis nietos a competiciones deportivas.
Entrevista| L¨ªderes globales
Nueva entrega de los encuentros con grandes l¨ªderes de un mundo globalizado para conocer de primera mano su trabajo, retos y preocupaciones. Hoy se trata del presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI), el m¨¢ximo ¨®rgano deportivo del mundo.
Cocinero antes que fraile
Jacques Rogg¨¦, nacido en Gante (B¨¦lgica) en 1942, ha sido cocinero antes que fraile; mejor, navegante y cirujano ortop¨¦dico antes de ponerse al tim¨®n del COI. Creci¨® como deportista de vela (en la imagen, en 1972), donde lleg¨® a ser campe¨®n del mundo y a participar en distintas ediciones de los Juegos Ol¨ªmpicos, se asegur¨® estudios universitarios por si algo fallaba y se hizo miembro activo del COI en los noventa.
La lucha contra la corrupci¨®n, el dopaje y el juego sucio se ha convertido en eje de su mandato desde que empez¨® en 2001. Fue criticado en los Juegos de Pek¨ªn por no pronunciarse m¨¢s en pro de los derechos humanos, asunto poco cuidado por el Gobierno chino.
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