Barbacid paraliza el desarrollo del f¨¢rmaco contra el c¨¢ncer de pulm¨®n
Ciencia rechaza por "ilegal" la financiaci¨®n privada prevista por el investigador - El proyecto del CNIO puede ser abordado ahora por farmac¨¦uticas extranjeras
El laboratorio de Mariano Barbacid, del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO) en Madrid, ha identificado en ratones una diana (c-Raf) ¨®ptima para dirigir contra ella nuevos f¨¢rmacos contra el c¨¢ncer de pulm¨®n. El desarrollo de esas mol¨¦culas, sin embargo, se ve frenado por discrepancias con el Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n, que juzga "ilegal" la f¨®rmula elegida para captar 10 millones de financiaci¨®n privada. Publicado el trabajo, el proyecto puede ser abordado por farmac¨¦uticas de fuera de Espa?a.
Una diana es una prote¨ªna del cuerpo que resulta esencial para el desarrollo de un tumor, y que por tanto es ¨®ptimo para dirigir f¨¢rmacos contra ella. Barbacid y su equipo acaban de demostrar en ratones que la prote¨ªna c-Raf es imprescindible para las c¨¦lulas malignas de un tipo muy com¨²n de c¨¢ncer de pulm¨®n, que da cuenta del 25% de los casos humanos. Los ratones que carecen de c-Raf est¨¢n protegidos.La inactivaci¨®n de c-Raf se consigue por unos m¨¦todos gen¨¦ticos que son inaplicables a los humanos. Pero, una vez identificada la diana, se pueden buscar mol¨¦culas que la inactiven, es decir, candidatos a f¨¢rmacos contra el 25% de los c¨¢nceres de pulm¨®n.
El cient¨ªfico se queja: "Luego lamentamos que no entra capital privado en I+D"
El trabajo, publicado en Cancer Cell, "implica que podremos inhibir la quinasa c-Raf con inhibidores selectivos sin que se produzcan efectos t¨®xicos en el paciente", dice Barbacid, "asumiendo, por supuesto, que estos resultados gen¨¦ticos obtenidos en ratones sean extrapolables a seres humanos; los inhibidores de c-RAF no tendr¨ªan que ser 100% selectivos -muy dif¨ªcil de conseguir en los inhibidores de quinasas-, ya que una inhibici¨®n colateral de otras quinasas similares tampoco tendr¨ªa consecuencias negativas, seg¨²n nuestros resultados".
Rastrear millones de mol¨¦culas contra una diana es la actividad central de la industria farmac¨¦utica, pero el CNIO tambi¨¦n tiene un Programa de Terapias Experimentales que lleva funcionando cinco a?os con dinero p¨²blico, y ya ha desarrollado algunos candidatos a f¨¢rmacos contra otros tipos de c¨¢ncer. "La trascendencia de los resultados", dice Barbacid, "hab¨ªa planteado la posibilidad de que ese programa iniciara el proceso para obtener la s¨ªntesis de inhibidores de c-Raf; desgraciadamente, a finales de 2010 el Ministerio decidi¨® no renovar su financiaci¨®n, pese a haber generado ya mol¨¦culas de alto inter¨¦s terap¨¦utico contra otras dianas moleculares".
La alternativa obvia es financiar ese proyecto con fondos privados, pero ha chocado con obst¨¢culos legales. "El ministerio", seg¨²n el cient¨ªfico, "no ha permitido la llegada de 10 millones de euros de financiaci¨®n privada debido a un informe jur¨ªdico que interpreta que una fundaci¨®n p¨²blica no puede establecer acuerdos que impliquen su participaci¨®n en una sociedad mercantil".
"Es ir¨®nico", dice Barbacid, "que sean las propias normas de la Administraci¨®n las que impidan poner en marcha un proyecto tan innovador como este, incluso sin que le cueste un euro al Estado; luego nos quejamos de que no hay participaci¨®n privada en proyectos de I+D; esto no tiene sentido, algo habr¨¢ que cambiar".
Fuentes de Ciencia e Innovaci¨®n creen "desafortunadas" las declaraciones de Barbacid. Dicen que el proceso de negociaci¨®n "est¨¢ abierto" para buscar formas alternativas de financiaci¨®n privada. El problema, explican, es que la f¨®rmula elegida por el cient¨ªfico para atraer ese dinero es "ilegal", seg¨²n han determinado los informes encargados tanto a la abogac¨ªa del Estado como a la firma de abogados Garrigues.
La f¨®rmula que propone Barbacid es la constituci¨®n de una agrupaci¨®n de inter¨¦s econ¨®mico (AIE) para explotar las patentes conseguidas por el CNIO. Seg¨²n los informes jur¨ªdicos, una fundaci¨®n p¨²blica no puede formar una AIE. Barbacid aduce otros dos que dicen lo contrario, uno de G¨®mez Acebo y Pombo y otro de Enrique Rivero, catedr¨¢tico de Derecho Administrativo de la Universidad de Salamanca.
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