Barbacid: "Tenemos bloqueados 50 millones contra el c¨¢ncer"
Las trabas administrativas impiden a dos inversores privados poner el dinero
Mariano Barbacid se mostraba ayer sinceramente desconcertado en su despacho de director del Centro de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO). Su laboratorio acaba de publicar en Cancer Cell, una revista de referencia en biolog¨ªa molecular del c¨¢ncer, una investigaci¨®n que define una diana importante contra la que dirigir f¨¢rmacos para frenar los tumores de pulm¨®n. El paso siguiente obvio es buscar esas mol¨¦culas, y el CNIO no solo dispone de un equipo de 50 qu¨ªmicos especializados en ello, sino tambi¨¦n de dos inversores privados dispuestos a financiarlo con 50 millones de euros en cinco a?os. Pero una traba administrativa le impide usarlos.
"Tenemos bloqueados 50 millones de euros para desarrollar en los pr¨®ximos cinco a?os f¨¢rmacos candidatos contra el c¨¢ncer de pulm¨®n", dice el cient¨ªfico. "Era el dinero que dos inversores privados estaban dispuestos a aportar a nuestro Programa de Terapias Experimentales hasta que, en noviembre, el Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n decidi¨® obstaculizar la iniciativa; lo peor es que no entendemos por qu¨¦, no tiene ning¨²n sentido".
"Econom¨ªa ya lo hab¨ªa aprobado cuando Garmendia lo paraliz¨®"
El cient¨ªfico asegura que la Ley de Econom¨ªa Sostenible permite el proyecto
Barbacid no quiere revelar los nombres de las dos empresas privadas "para no perjudicarlas", aunque s¨ª confirma que no se trata de laboratorios farmac¨¦uticos, sino de dos firmas cuya actividad habitual es ajena al sector de la investigaci¨®n. Este es, de hecho, uno de los principales impedimentos aducidos por el departamento que dirige Cristina Garmendia para oponerse al proyecto.
El ministerio argumenta que la f¨®rmula elegida por Barbacid para la inyecci¨®n de capital privado, una Agrupaci¨®n de Inter¨¦s Econ¨®mico (AIE) entre el CNIO y los inversores privados, est¨¢ expresamente prohibida por la Ley de Fundaciones. El departamento de Garmendia aduce dos informes jur¨ªdicos -de la abogac¨ªa del Estado y del gabinete de Garrigues- que interpretan como "ilegal" que una fundaci¨®n p¨²blica, como la que rige el CNIO, establezca acuerdos que impliquen su participaci¨®n en una sociedad mercantil.
Pero "ni la abogac¨ªa del Estado ni el despacho de Garrigues alcanzan la conclusi¨®n de que la f¨®rmula sea ilegal", repone Barbacid apoy¨¢ndose en la literalidad de esos documentos. Ambos informes, en efecto, expresan dudas sobre la idoneidad de formar una Agrupaci¨®n de Inter¨¦s Econ¨®mico para esos fines, pero no se pronuncian taxativamente sobre su "ilegalidad". Adem¨¢s, el CNIO ya dispon¨ªa el a?o pasado de otros dos informes jur¨ªdicos -uno de G¨®mez Acebo y Pombo y otro de Enrique Rivero, catedr¨¢tico de Derecho Administrativo de la Universidad de Salamanca- que sosten¨ªan lo contrario. Barbacid tampoco entiende por qu¨¦, una vez conocidos esos dos informes favorables, Garmendia exigi¨® que se encargaran los otros dos. "Incluso lleg¨® a exigir que uno de ellos fuera de Garrigues", narra el cient¨ªfico sin poder disimular su asombro. "Todo iba sobre ruedas, incluida la aprobaci¨®n de la Direcci¨®n General de Tributos (del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda) hasta noviembre, cuando Garmendia decidi¨® paralizarlo de forma incomprensible".
Los argumentos del ministerio pierden a¨²n m¨¢s fuerza si se tiene en cuenta que la Ley de Econom¨ªa Sostenible, reci¨¦n aprobada el 4 de marzo, contradice la -supuesta- prohibici¨®n impuesta por la Ley de Fundaciones a la constituci¨®n de agrupaciones de inter¨¦s econ¨®mico (AIE) de este tipo. Los art¨ªculos 53 y 56 de la nueva ley establecen la posibilidad, seg¨²n Barbacid y sus asesores jur¨ªdicos, "de que las fundaciones del sector p¨²blico estatal, como el CNIO, participen en el capital social de sociedades mercantiles y puede entenderse, por tanto, que la Ley de Econom¨ªa Sostenible ha introducido una excepci¨®n a la prohibici¨®n expresada en la Ley de Fundaciones".
Barbacid insiste tambi¨¦n en que la AIE que propone formar estar¨ªa participada al 99% por el CNIO, y solo al 1% por los inversores privados en cuesti¨®n. "Esto garantiza dos puntos importantes", sostiene el cient¨ªfico. "Primero, que el CNIO no perder¨ªa en ning¨²n momento la propiedad intelectual (de los posibles f¨¢rmacos que lograra el proyecto en el futuro); y segundo, que no se genera deuda para la fundaci¨®n".
Ni las trabas legales est¨¢n tan claras como pretende Garmendia, ni la actitud del ministerio es la que cabr¨ªa esperar ante ellas. "Si los impedimentos son reales, bastar¨ªa un decreto para eliminarlos", concluye Barbacid.
La ciencia bajo la mara?a
Entre las mara?as jur¨ªdicas y las bocas recalentadas -el Ministerio de Ciencia ha llegado a acusar a Barbacid de faltar a la ¨¦tica cient¨ªfica por alimentar falsas expectativas para los pacientes-, lo ¨²nico bonito que se ha o¨ªdo esta semana son los resultados de la investigaci¨®n presentada por el laboratorio en la revista Cancer Cell
. Barbacid y su grupo han identificado con nitidez una
diana
implicada en un tipo de c¨¢ncer de pulm¨®n muy com¨²n, responsable del 25% de los tumores humanos que afectan a ese ¨®rgano. "La gen¨¦tica no miente", dec¨ªa ayer un Barbacid inconfundiblemente satisfecho, y hasta orgulloso del que considera uno de los trabajos m¨¢s importantes que han salido de su laboratorio en los ¨²ltimos tiempos.
Una
diana es una prote¨ªna humana esencial para el desarrollo de un tumor. El grupo de Barbacid ha demostrado, trabajando con ratones, que una prote¨ªna llamada c-Raf es imprescindible para la supervivencia de las c¨¦lulas de los tumores de pulm¨®n, y que por tanto es un blanco ideal para dirigir f¨¢rmacos contra ella.
Rastrear millones de mol¨¦culas hasta encontrar alguna que inhiba, o bloquee, la actividad de una prote¨ªna es una t¨¦cnica muy engrasada en nuestros d¨ªas. Gran parte de la actividad de la industria farmac¨¦utica se basa en esos rastreos moleculares, pero el propio CNIO cuenta con un Programa de Terapia Experimental dedicado a ello. Ocupa media ala de una de las plantas del centro de investigaci¨®n, y trabajan en ¨¦l cerca de 50 qu¨ªmicos de primer nivel, especializados en encontrar ese tipo de dardos.
"El paso cr¨ªtico es encontrar la diana", explica Barbacid. "Ahora que hemos publicado el trabajo sobre c-Raf, cualquier laboratorio farmac¨¦utico puede empezar a rastrear mol¨¦culas que inhiban esa prote¨ªna. Nosotros, naturalmente, ya conoc¨ªamos estos resultados hace un a?o, y por eso empec¨¦ a mover este asunto entonces. Todo fue bien hasta noviembre, cuando la ministra decidi¨® pararlo".
Barbacid ve peligrar el propio Programa de Terapia Experimental. "Con los presupuestos que nos quedan por recibir y los que a¨²n no hemos gastado, unos 16 millones en total, el servicio podr¨¢ tirar un par de a?os", dice el cient¨ªfico, "pero la continuidad no est¨¢ garantizada despu¨¦s de eso. El ministerio decidi¨® a finales del a?o pasado no seguir financi¨¢ndolo, pese a su ¨¦xito", dice.
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