De encuestas y realidades
La encuesta que hoy publica EL PA?S sobre las elecciones auton¨®micas dibuja un panorama que no puede ser m¨¢s desolador para los socialistas valencianos que quedan por debajo de la barrera psicol¨®gica del 30%. Un golpe que, si se confirma el pr¨®ximo domingo, abrir¨¢ un periodo de inestabilidad e incertidumbre en un partido que no levanta cabeza en la Comunidad Valenciana desde 1993. Solo si ese 20% de votantes socialistas indecisos se moviliza a ¨²ltima hora rebajar¨ªa la prepotencia de un PP que pronostica una victoria "hist¨®rica". Pero a¨²n es pronto para anticipar acontecimientos. Como reza el t¨®pico, la ¨²nica encuesta v¨¢lida es el escrutinio de los votos. Por eso es importante acudir a las urnas. Por eso y para elegir a los mejores y m¨¢s honestos para gobernar.
?Si la Generalitat no sirve para solucionar los problemas para qu¨¦ sirve entonces?
Pero ser¨ªa est¨²pido ignorar todos los sondeos que vienen public¨¢ndose desde hace tiempo y que son coincidentes en se?alar la c¨®moda victoria del PP y el hundimiento del PSPV. En octubre del a?o pasado este peri¨®dico ya dio a conocer un estudio de Metroscopia que anticipaba el que hoy publicamos. Ocho meses despu¨¦s queda claro que el mapa pol¨ªtico valenciano no ha variado. La estrategia de los socialistas de centrar el grueso de su discurso en la denuncia de la corrupci¨®n del PP, dejando en un segundo plano su mensaje propositivo, se ha revelado muy poco eficaz. Pero atribuir la hipot¨¦tica debacle del principal partido de la izquierda valenciana solo a los errores del equipo que dirige Jorge Alarte es un an¨¢lisis parcial am¨¦n de injusto.
Hay hechos que no se pueden ignorar a la hora de explicar la postraci¨®n del PSPV. Est¨¢n los de siempre: la ausencia de un discurso potente y articulado, la divisi¨®n interna del partido, la p¨¦rdida de conexi¨®n con la sociedad y la entrega de todo el universo simb¨®lico-emotivo a la derecha, entre otros. El actual candidato socialista a la presidencia de la Generalitat no ha podido o no ha sabido resolver unos problemas que vienen de lejos, desde antes de que Joan Lerma perdiera las elecciones en 1995.
Pero a esa realidad hay que sumar otras: el control de los medios de comunicaci¨®n que tiene en la indecente manipulaci¨®n de Canal 9 su m¨¢xima expresi¨®n, el establecimiento de redes clientelares, la demagogia, el populismo descarado, una financiaci¨®n que est¨¢ siendo investigada por la justicia y que desequilibra la balanza a favor de la derecha, m¨¢s una Generalitat que, m¨¢s que gobernar, se ha convertido en una maquinaria para perpetuarse en el poder. Todos estos hechos existen. Hurtarlos al an¨¢lisis es ignorar una buena parte de la realidad. Y si, adem¨¢s, se a?ade la crisis econ¨®mica y el lastre que supone para el PSOE el descr¨¦dito del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, con la consiguiente desmovilizaci¨®n del electorado socialista, se puede tener una idea cabal de las dificultades del PSPV para lograr un resultado aceptable.
Los socialistas solo van a poder encontrar un cierto consuelo en las municipales. Parece claro que los ciudadanos van a discriminar el voto de forma muy clara, apoyando a los alcaldes y alcaldesas que han hecho una buena gesti¨®n y castigando a quienes no han sido merecedores de su confianza. Y lo van a hacer con independencia de las siglas. As¨ª, al menos, lo recogen las encuestas que manejan los partidos. Por el contrario, las elecciones auton¨®micas se van a convertir en unas primarias de las generales y el voto se va a utilizar para castigar a Zapatero. Es probable, incluso, que hasta Camps reciba un cierto castigo porque mientras que el PP avanza, y no poco, en el resto de Espa?a, en la Comunidad Valenciana es probable que retroceda en votos y en porcentaje y que, pese a ello, aumente los esca?os. Y frente a esa imagen no hay numerolog¨ªa que valga. En la foto final no hay grises: La derecha aumenta sus esca?os, la izquierda retrocede.
La estrategia de los populares para alcanzar este ¨¦xito es, sin duda, eficaz, pero tambi¨¦n tramposa y deshonesta. La persecuci¨®n judicial de la que fue objeto el portavoz del grupo socialista en las Cortes Valencianas s¨®lo ten¨ªa un objetivo: presentar a todos los pol¨ªticos como no ajenos a la corrupci¨®n. Y aunque ?ngel Luna result¨® absuelto, el PP logr¨® su objetivo a costa de su indignidad. Por otra parte, cuesta creer que los populares no sean conscientes del deterioro que su campa?a ha representado para la autonom¨ªa al declararse sistem¨¢ticamente irresponsables de cuanto sucede en la Comunidad Valenciana. ?Si la Generalitat no sirve para solucionar los problemas de los valencianos, para qu¨¦ sirve entonces?
Todo indica que el PP va a volver a ganar las elecciones auton¨®micas por amplia mayor¨ªa, pero resulta muy dif¨ªcil saber para qu¨¦ quieren ganar. Solo est¨¢ claro que quieren mantenerse en el poder a cualquier precio. Y es muy caro.
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