La Iglesia de EE UU culpa de los abusos a la revoluci¨®n sexual
Un estudio oficial atribuye la ola de pederastia al cambio social que confundi¨® al clero - Los obispos admiten que su lenta reacci¨®n agrav¨® el problema
Ni la homosexualidad, ni la pederastia, ni el celibato, ni la prohibici¨®n de que las mujeres lleven los h¨¢bitos. Un estudio oficial encargado por la Conferencia Episcopal norteamericana y publicado ayer acusa a la llamada revoluci¨®n sexual de los a?os sesenta y setenta, y su efecto entre unos curas poco preparados para ella, de la lacra de abusos y violaciones a ni?os en parroquias y colegios cat¨®licos norteamericanos.
El informe, encargado en 2006, ha costado 1,8 millones de d¨®lares (1,26 millones de euros), pagados en su mayor¨ªa por la Conferencia Episcopal y organizaciones cat¨®licas y en una menor parte por el Gobierno, a trav¨¦s del departamento de Justicia.
"El aumento de los casos de abuso entre los a?os sesenta y setenta lo influenciaron factores de la sociedad en general", se asegura en el informe, elaborado por el Colegio de Justicia Criminal John Jay de la City University de Nueva York. "Otros factores que se mantuvieron invariables a lo largo del periodo de tiempo analizado, como el celibato, no son responsables del incremento o el decrecimiento de casos de abuso en ese espacio de tiempo".
Una v¨ªctima clama: "Trasladaban al depredador para que siguiera abusando"
Durante d¨¦cadas, el clero en EE UU se ha escudado a veces en el hecho de que hab¨ªa sido infiltrado por homosexuales y pederastas. El estudio tambi¨¦n rechaza esa tesis: "La conclusi¨®n m¨¢s significativa de esta informaci¨®n es que no hay un rasgo psicol¨®gico, de desarrollo o de comportamiento, que diferencie a los curas que abusaron de menores de los que no lo hicieron".
Las agrupaciones de v¨ªctimas se sent¨ªan ayer indignadas. "No puedo creer que acusen a la revoluci¨®n sexual de que a m¨ª me violara un cura en 1969", asegura a este diario Barbara Blaine, que en 1988 fund¨® la Red de Supervivientes de Abusos por parte del Clero. "Si hay alguien a quien culpar es a las di¨®cesis y a los obispos, que sab¨ªan de esos depredadores y los destinaban a otros colegios, para que siguieran abusando. Nunca, durante esos a?os, les llevaron a la polic¨ªa o a los tribunales. Ese estudio del John Jay College ha sido elaborado con informaci¨®n que han autorizado los obispos. A los investigadores no se les dio la autoridad legal para entrevistar a los curas abusadores. Por eso ha llegado a ese tipo de conclusiones rid¨ªculas. Es un informe pagado por los obispos, con informaci¨®n de los obispos, que llega a las conclusiones que quieren los obispos".
El estudio explica que los curas que se incorporaron al clero en los a?os sesenta y setenta se enfrentaban a un cambio social de enormes dimensiones, alimentado por la llamada revoluci¨®n sexual, que les sumi¨® en un estado de confusi¨®n que pudo facilitar los abusos. Asegura el informe que, adem¨¢s, la lenta reacci¨®n de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, que prefiri¨® transferir a los curas a otros destinos e ignorar las quejas de los abusados, agrav¨® el problema.
Un momento de inflexi¨®n en esa tradici¨®n de mirar hacia otra parte lleg¨® con la visita papal de Benedicto XVI a EE UU en 2008, en que se reuni¨® con v¨ªctimas de abusos e hizo contrici¨®n ante ellos.
"Culpan al contexto social porque se autoenga?an, no asumen sus responsabilidades", opina el abogado Jeff Anderson, de Minnesota, que representa a cientos de v¨ªctimas en demandas colectivas en Estados Unidos y otros pa¨ªses. "Siempre han tratado de culpar a los curas de forma individual diciendo que son homosexuales y que es un problema de conducta, o ahora, que estaban influenciados por el contexto social. Pero no es as¨ª. Es un problema de negaci¨®n de la realidad por parte de la jerarqu¨ªa cat¨®lica, que escondi¨® los abusos, y por tanto fue c¨®mplice. Se comportan como un alcoh¨®lico que no se da cuenta de su dependencia, que no ve el problema. Ese informe, que en realidad es un gran anuncio publicitario que sirve a sus intereses, identifica algunos errores. Y no son errores: encubrir a un violador es participar en un crimen como c¨®mplice".
El a?o pasado, la m¨¢xima instancia judicial de EE UU, el Tribunal Supremo, rechaz¨® considerar si el Vaticano podr¨ªa quedar amparado por la inmunidad diplom¨¢tica, algo que solicit¨® para evitar tener que enviar a miembros de la Curia a declarar sobre qu¨¦ se sab¨ªa en Roma acerca de los abusos perpetrados en Estados Unidos. Al desestimar la apelaci¨®n, el Supremo permiti¨® que siguiera una demanda hist¨®rica contra la jerarqu¨ªa cat¨®lica por un caso de abuso en Oreg¨®n en los a?os sesenta.
6.700 denuncias y 1.820 millones de euros de indemnizaci¨®n
Tan lejos como se pueda estar del Vaticano, a 7.200 kil¨®metros, Estados Unidos ha sido un vivero de abusos a menores por parte de unos curas que han sido amparados, durante d¨¦cadas, por la Conferencia Episcopal estadounidense.
Un estudio de 2004 del John Jay College estimaba que entre 1950 y 2002 hab¨ªa habido en el pa¨ªs 10.667 denuncias de abusos sexuales contra el clero. De ellas, se consideraron cre¨ªbles unas 6.700 (4.392 contra curas). El 4% del total del clero fue acusado, con pruebas de alg¨²n tipo, de haber abusado de ni?os.
Solo entre 2004 y 2008 la iglesia se gast¨® 2.100 millones de d¨®lares (1.470 millones de euros) en acuerdos extrajudiciales, servicios psiqui¨¢tricos para v¨ªctimas y en gastos de litigaci¨®n, seg¨²n un informe de la Conferencia Episcopal de EE UU publicado en 2009. El coste total de los abusos para la iglesia cat¨®lica estadounidense se estima en unos 2.600 millones de d¨®lares (1.820 millones de euros).
Fue en 2002, cuando The Boston Globe comenz¨® a informar de diversos casos de abusos y demandas judiciales en Massachusetts, cuando la iglesia comenz¨® a enfrentarse seriamente a esa lacra. Las muchas v¨ªctimas llevan d¨¦cadas denunciando que, en los casos de abusos perpetrados entre los a?os sesenta y noventa, los obispos simplemente trasladaron a los curas sospechosos de una di¨®cesis a otra, facilit¨¢ndoles el contacto con nuevas presas sexuales.
En el ¨²ltimo caso de relevancia nacional en Estados Unidos, en marzo, la archidi¨®cesis de Filadelfia suspendi¨® a 21 curas al haber recibido pruebas suficientes que podr¨ªan incriminarles en diversos casos de abusos ocurridos en parroquias y colegios entre 1975 y 2006. Una investigaci¨®n judicial revel¨® que dichas agresiones sexuales eran conocidas entre el clero y que el propio cardenal las toleraba y escond¨ªa.
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