Excesivo DSK
La s¨¦ptima personalidad m¨¢s influyente del mundo est¨¢ acusada ahora de intento de agresi¨®n sexual. Hipnotizados, los franceses se preguntan qui¨¦n es de verdad el brillante economista y socialista millonario a quien parec¨ªan dispuestos a elegir como jefe del Estado
El ayudante del fiscal de Nueva York, John McConnel, un tipo de unos 40 a?os, repeinado y de piel sonrosada, le explic¨® al juez que el acusado no merec¨ªa la libertad condicional porque pod¨ªa escapar de Nueva York y adolec¨ªa de una suerte de "conducta compulsiva". Dominique Strauss-Kahn, de 62 a?os, ojeroso, sin corbata, cansado, envejecido brutalmente tras su paso por la c¨¢rcel de Rikers Island, inexpresivo durante la alocuci¨®n, alz¨® entonces la ceja derecha con cierto desprecio y neg¨® con la cabeza. Poco despu¨¦s, el abogado del ya ex director gerente del Fondo Monetario Internacional, William Taylor, uno de los penalistas m¨¢s famosos de Nueva York, se vio en la necesidad de explicar al juez por qu¨¦ su defendido se encontraba en un avi¨®n rumbo a Par¨ªs cuando le arrest¨® la polic¨ªa. "No es que quisiera huir, se?or¨ªa", dijo Taylor. "Es que ten¨ªa una cita al d¨ªa siguiente. Una cita... con la canciller alemana Angela Merkel", concluy¨®.
Su esposa ha pagado el mill¨®n de d¨®lares de fianza y aporta las dem¨¢s garant¨ªas exigidas por la juez en Nueva York
Amigos de juventud recuerdan su madera de l¨ªder, la pasi¨®n por las matem¨¢ticas y su memoria de mago
"Enviar aqu¨ª a la bragueta m¨¢s r¨¢pida del Partido Socialista era suicida", advirti¨® 'Wall Street Journal' en 2008
Strauss-Kahn estaba convencido de que el Ministerio franc¨¦s del Interior le espiaba por orden de Sarkozy
Hace menos de un mes, DSK anunci¨® en privado que iba a ser candidato a la presidencia de Francia en las elecciones de 2012
Todo en este caso es excesivo. Francia entera asiste entre estupefacta e incr¨¦dula a la aniquilaci¨®n fulgurante de la figura de quien, hasta el domingo, era su pol¨ªtico m¨¢s popular y el s¨ªmbolo puro del ¨¦xito, el poder, la inteligencia y el futuro. El hombre con m¨¢s posibilidades de suceder a Nicolas Sarkozy en las elecciones presidenciales de 2012, el economista brillant¨ªsimo que desde hac¨ªa tres a?os gobernaba -junto a un pu?ado de personas- el destino econ¨®mico del mundo, el l¨ªder encargado de salvar a Grecia, a Portugal, a Irlanda y al euro, la s¨¦ptima personalidad m¨¢s influyente del planeta -seg¨²n Time Magazine-, el socialista millonario que ganaba por goleada en todos los sondeos, ha sido formalmente acusado de intento de violaci¨®n y de secuestro, entre otros siete cargos, y se enfrenta a 72 a?os de c¨¢rcel. Se le imputa haber asaltado en la suite del hotel Sofitel en Nueva York a una empleada de la limpieza que acababa de entrar con su carrito para barrer la habitaci¨®n. Seg¨²n el testimonio de la v¨ªctima, a la que el fiscal y el Gran Jurado han dado cr¨¦dito, DSK sali¨® del cuarto de ba?o, desnudo, y la empuj¨® a la cama. Despu¨¦s trat¨® de que la mujer, de 32 a?os, de origen guineano, con una hija de 15, residente en un edificio pobre del Bronx, le practicara una felaci¨®n. Posteriormente la encerr¨® en el cuarto de ba?o y volvi¨® a intentarlo.
Ahora, tras pasar cuatro d¨ªas en una celda solitaria de 12 metros cuadrados y haber aparecido en todas las televisiones del planeta esposado y saliendo de una comisar¨ªa de Harlem, con la mirada perdida y el abrigo descolocado, este exvip del mundo ha conseguido una libertad condicional especial y vivir¨¢ encerrado en una c¨¢rcel de oro en Nueva York. Se encuentra vigilado las 24 horas del d¨ªa por una c¨¢mara de seguridad para que no se fugue y custodiado por un guardia armado pagado por ¨¦l mismo. Ah¨ª preparar¨¢ su defensa, tras asegurar que rechaza todas las acusaciones.
Mientras, los franceses, hipnotizados por la historia, se preguntan qui¨¦n es en verdad ese hombre que lo ten¨ªa todo el domingo pasado y a quien estaban dispuestos a entregar la presidencia de la Rep¨²blica. O dicho de otra manera, cu¨¢ntas personalidades escond¨ªa. "Un seductor, pero no un violador; un tipo transparente, que vive como respira", escrib¨ªa Michel Taubmann en su reciente (y ya anticuada) biograf¨ªa La verdadera novela de Dominique Strauss-Kahn. Un "chimpanc¨¦ en celo", como le describi¨® Tristane Banon, una escritora que le acus¨® de haber tratado de abusar de ella. Sus amigos pol¨ªticos dieron al principio la cara por ¨¦l, asegurando que no se imaginaban a un Dominique violento. Sin embargo, el peri¨®dico France Soir revel¨® el testimonio de uno de esos colaboradores que, hace tres meses, y aunque de forma an¨®nima, le cont¨® a un periodista: "Durante muchos meses he pedido que Dominique se desplace siempre con un par de guardaespaldas. No hay que dejarle solo. No porque haya que defenderle de una agresi¨®n de alguien, sino para que, bueno, para impedir que sucumba a los problemas de su vida sexual. Eso, claro, siempre que opte a la presidencia de la Rep¨²blica".
Strauss-Kahn naci¨® en 1947 en Neuilly-sur-Seine, en el seno de una familia jud¨ªa de abogados fiscalistas ligada a la izquierda socialista francesa. Creci¨® en Agadir y en M¨®naco, viaj¨® mucho con su abuelo paterno, fue un ni?o feliz, confiado, apoyado por una familia liberal y abierta que siempre dio importancia a las decisiones personales de sus hijos. Sus amigos de infancia le recuerdan como un joven inteligent¨ªsimo, con temperamento de l¨ªder, apasionado de las matem¨¢ticas y el ajedrez y con una memoria de mago. Se cas¨® a los 18 a?os con su novia de toda la vida, H¨¦l¨¨ne Dumas, con la que tuvo tres hijos. Mientras estudiaba en la prestigiosa Escuela de Altos Estudios Comerciales, dudaba entre aspirar a ser ministro de Hacienda o premio Nobel de Econom¨ªa. Por entonces gastaba melena y gafas de pasta, y so?aba con emigrar a California a dar clases. Pero pasaron los a?os y cuando tuvo la oportunidad de hacerlo, no lo dud¨®: prefiri¨® quedarse en Francia, con Fran?ois Mitterrand reci¨¦n elegido jefe del Estado y con todas las oportunidades al alcance de la mano. Acababa de elegir: adi¨®s al Premio Nobel. Prefer¨ªa ser ministro. Se cas¨® por segunda vez con una asesora de comunicaci¨®n, abandon¨® las gafas, las barbas de progre, y se atornill¨® al Partido Socialista gracias a su talento. "Enamorado a los 14 a?os y casado a los 18, padre de familia muy joven, absorbido por los estudios, el trabajo y la militancia, siempre fiel a su primera mujer, DSK no conoci¨® las delicias de la solter¨ªa", escribe Taubmann en su biograf¨ªa. "Despu¨¦s lleg¨® la treintena y descubri¨® su poder de seducci¨®n. Levant¨® la cabeza de los libros y descubri¨® un mundo lleno de mujeres hermosas", a?ade el bi¨®grafo, para explicar la transformaci¨®n de Strauss-Kahn.
Fue un buen ministro de Econom¨ªa entre 1997 y 1999, presidente de la Comisi¨®n de Econom¨ªa de la Asamblea Francesa, gan¨® a¨²n m¨¢s reputaci¨®n de economista brillante y pol¨ªtico eficaz, aunque fue derrotado en las primarias socialistas de 2007 por S¨¦gol¨¨ne Royal. Fue entonces cuando se le ofreci¨® la oportunidad de presidir el Fondo Monetario Internacional. Logr¨® el acuerdo de Nicolas Sarkozy, que as¨ª cre¨ªa desactivar a un posible adversario para las elecciones de 2012. En la despedida, antes de que DSK saliera hacia Washington para hacerse con el cargo, el jefe del Estado franc¨¦s le advirti¨®: "Ten cuidado. No te montes ni en el ascensor con una becaria. All¨ª no bromean con esas cosas. T¨² ya me entiendes. Francia no puede permitirse un esc¨¢ndalo".
DSK arrastraba una fama consentida de mujeriego imparable, de lig¨®n insistente y algo pesado, de perseguidor infatigable de mujeres. Pero tambi¨¦n se dec¨ªa que las atosigaba a base de mensajes terminantes y recurrentes lanzados desde su abrasante tel¨¦fono m¨®vil: "Te quiero". Y tambi¨¦n que no sab¨ªa aceptar un "no" por respuesta, de que se pasaba de la raya...
El ¨²nico periodista que se atrevi¨® a hacer p¨²blico ese aspecto de Strauss-Kahn fue el corresponsal de Lib¨¦ration en Bruselas Jean Quatremer. En 2007, en plena campa?a para nombrar al nuevo director gerente del FMI, este periodista, que hab¨ªa conocido mucho a DSK en sus desplazamientos a la capital belga, public¨® en su blog lo siguiente: "El ¨²nico problema de Strauss-Kahn es su relaci¨®n con las mujeres. Es demasiado pesado y roza con frecuencia el acoso. Algo conocido por los medios, pero de lo que nadie habla (estamos en Francia). Pero el FMI es una instituci¨®n internacional de costumbres anglosajonas. Un gesto mal interpretado, una alusi¨®n demasiado precisa y se desencadenar¨¢ una tormenta medi¨¢tica".
Lib¨¦ration, que en su d¨ªa rechaz¨® la publicaci¨®n de ese texto, public¨® esta semana un art¨ªculo de Quatremer relativo al caso. Como otros medios franceses, ese peri¨®dico se pregunta -espoleados por las cr¨ªticas de sus colegas estadounidenses- si no deber¨ªan haber sido m¨¢s cr¨ªticos y expl¨ªcitos con el controvertido comportamiento de DSK hacia las mujeres. La omert¨¢ se mantuvo pese a que los autores del libro Sexus politicus, publicado en 2006, ya hab¨ªan dedicado un cap¨ªtulo al comportamiento de Strauss-Kahn; pero lo que se contaba eran solo detalles de seducci¨®n.
Un a?o despu¨¦s de la advertencia de Quatremer (y de la de Sarkozy) saltaba el esc¨¢ndalo en el epicentro del FMI. El 18 de octubre de 2008, cuando la crisis mundial amenazaba ya con desestabilizar el planeta, el Wall Street Journal revelaba que el organismo hab¨ªa iniciado una investigaci¨®n para aclarar si hab¨ªa existido "abuso de poder" por parte de Strauss-Kahn hacia una economista h¨²ngara de 40 a?os, Piroska Nagy, con la que hab¨ªa mantenido relaciones sexuales. La investigaci¨®n se cerr¨® absolviendo al director gerente, que, con todo, se disculp¨® ante el mundo por su "comportamiento inapropiado". Su tercera esposa, Anne Sinclair, una popular periodista pol¨ªtica francesa, de la misma edad que DSK, nieta y heredera del m¨ªtico y multimillonario marchante de arte y amigo de Picasso Paul Rosenberg, defendi¨® a su marido por primera vez en p¨²blico. En una entrada de su blog personal asegur¨®: "Todo el mundo sabe que estas cosas pueden pasar en todas las parejas. Por mi parte, esta aventura de una noche es ya una cosa pasada".
DSK volvi¨® a ocuparse de la crisis mundial y, de paso, de su propia ascensi¨®n casi ilimitada. Pas¨® la tormenta medi¨¢tica, incluyendo ciertos comentarios del Wall Street Journal ("enviar aqu¨ª a la bragueta m¨¢s r¨¢pida del Partido Socialista era suicida"), pero se cerr¨® el caso. ?Del todo? No del todo. Unas semanas m¨¢s tarde, la revista L'Express public¨® una reveladora carta escrita por Piroska Nagy a su abogado: "Dominique Strauss-Kahn abus¨® de su posici¨®n en su manera de acercarse a m¨ª. Me convoc¨® muchas veces para hacerme proposiciones inapropiadas. A pesar de mi vida profesional, no estaba preparada para sus tentativas. (...) Es un hombre agresivo. (...) El tipo de hombre que no puede trabajar con mujeres a sus ¨®rdenes".
Con todo, ninguna mujer ha denunciado en Francia a DSK. Tristane Banon, la periodista y escritora de 32 a?os que lo ha definido como un chimpanc¨¦ en celo, estuvo a punto de hacerlo en 2003 y vuelve a estarlo ahora. Hace ocho a?os acudi¨® a una cita con el por entonces diputado Strauss-Kahn para entrevistarle sobre un libro que escrib¨ªa, que acab¨® apareciendo ese a?o, titulado Errores confesados, en el que una quincena de personajes p¨²blicos famosos hablaban de alguna sonada metedura de pata. "Llegu¨¦ al apartamento de la cita, un lugar casi vac¨ªo, coloqu¨¦ la grabadora y ¨¦l me pidi¨® que le diera la mano porque lo que me iba a contar era muy ¨ªntimo. De la mano pas¨® al brazo y...". Acabaron peleando en el suelo. "Le di varias patadas, ¨¦l me desgarr¨® el sujetador y trataba de bajarme el pantal¨®n. Me fui. Luego, durante varios d¨ªas, recib¨ª en el m¨®vil mensajes suyos que siempre dec¨ªan lo mismo: "?Te doy miedo?". La periodista cont¨® esto en febrero de 2007 en un programa de televisi¨®n. Nunca denunci¨® a la polic¨ªa la supuesta agresi¨®n porque, seg¨²n asegura ahora, su madre, Anne Mansouret, consejera regional socialista de la regi¨®n de L'Eure, le convenci¨® para que no le hiciera. Esta ¨²ltima, que ahora se arrepiente de la decisi¨®n, pensaba que acudir a la polic¨ªa equivaldr¨ªa a acabar con la carrera de su hija. Ramzy Khiroum, uno de los cuatro poderosos consejeros de comunicaci¨®n que colaboran con DSK desde hace a?os, replic¨® que el comentario televisivo de la chica obedec¨ªa simplemente a una venganza. "Yo llam¨¦ a la editorial para pedir que retiraran la entrevista que hab¨ªa hecho porque no estaba de acuerdo con el contenido", ha explicado Khiroum. "Ella prometi¨® que DSK lo iba a pagar".
Todo esto, lo de su fama, se sab¨ªa. Y ¨¦l tambi¨¦n sab¨ªa que se sab¨ªa. El pasado 28 de abril, hace menos de un mes, Strauss-Kahn, en la cima de su poder y su proyecci¨®n como exitoso director gerente del FMI, comi¨® en un restaurante de Par¨ªs junto a algunos redactores de Lib¨¦ration. Antes de sentarse a la mesa, aquejado de cierta man¨ªa persecutoria, les pidi¨® que extrajeran las bater¨ªas de los m¨®viles a fin de que la conversaci¨®n no acabara grabada en manos del ministro del Interior, que seg¨²n ¨¦l, y por orden de Sarkozy, le espiaba. Habl¨® en privado de sus posibilidades para ser presidente: "Ser¨¦ candidato, es un deber en un pa¨ªs que va muy mal", "En m¨ª se re¨²ne todo lo que los franceses buscan en un pol¨ªtico: la competencia, la calma y la experiencia internacional". Y luego a?adi¨® que se esperaba golpes bajos: "Mi juda¨ªsmo, las mujeres y el dinero". El dinero de la pareja, que posee casas en Par¨ªs, Washington y Marrakech, proviene de su mujer. Es ella la que ha pagado el mill¨®n de d¨®lares de fianza, la que ha desbloqueado los cinco millones de d¨®lares de garant¨ªa bancaria que le ha pedido la juez del Tribunal de Nueva York.
Strauss-Kahn sab¨ªa que ese dinero constitu¨ªa un aparente punto d¨¦bil. Dos semanas atr¨¢s, una foto en la que aparec¨ªa mont¨¢ndose en el Porsche Panamera de 100.000 euros de su colaborador Ramzy Khiroum dio la vuelta a Francia al convertirse en el s¨ªmbolo del obsceno tren de vida de un socialista que trataba de agrupar a la izquierda francesa. Despu¨¦s de lo que ha pasado, la pol¨¦mica del Porsche se antoja casi infantil. En aquella sintom¨¢tica comida con reporteros de Lib¨¦ration, DSK tambi¨¦n habl¨® con suficiencia de su otro punto d¨¦bil. "Me gustan las mujeres, s¨ª. ?Y qu¨¦? Desde hace a?os se habla de fotos de org¨ªas descomunales, pero yo no las he visto nunca. Que las saquen...".
Dos semanas despu¨¦s de esta balandronada, a¨²n en la cima, DSK abandonaba Washington y su despacho en el FMI y se dispon¨ªa a volver a Europa para discutir los detalles del rescate de la deuda griega con Angela Merkel y otros amos del universo. Antes recalaba en Nueva York, en una suite de un hotel de lujo donde, a mediod¨ªa del 14 de mayo, entraba una empleada empujando un carrito lleno de productos de limpieza. -
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