"No era la primera amenaza, pero Silvia no se esperaba esto"
Un hombre mata al padre, al hermano y al novio de su expareja y hiere a esta y a su madre en presencia de sus hijos en una comarca minera asturiana
A las 5.44 de la madrugada de ayer son¨® el tel¨¦fono de Vicky Fern¨¢ndez y al otro lado la voz de su amiga Silvia Brugos: "Ven a por mis ni?os, que este desgraciado ha entrado y nos ha acuchillado a todos".
-?Pero est¨¢is bien, qu¨¦ pasa?
-No, ven a por los ni?os.
Vicky dijo que sal¨ªa inmediatamente pero no pudo. Ya la Guardia Civil estaba dando instrucciones para que no saliera nadie de las casas. El asesino pod¨ªa estar escondido por all¨ª. Unos minutos antes, Jos¨¦ Manuel ?lvarez Fern¨¢ndez, minero de 42 a?os, separado de Silvia, de 36, hab¨ªa llegado a Dega?a, el pueblito asturiano donde vive Silvia, su exmujer y los dos ni?os de la pareja. Pinch¨® las ruedas de los coches, sac¨® el machete, quiz¨¢ tambi¨¦n un cuchillo y revent¨® la puerta de la casa familiar. Mat¨® al novio, al hermano y al padre de Silvia: Jos¨¦ Marqu¨¦s, profesor de Educaci¨®n F¨ªsica de 36 a?os, Roberto Brugos, de 33 a?os, y Manuel ?ngel Brugos, de 61. Uno de los vecinos lleg¨® vomitando a casa y le dijo a Vicky: no hay un muerto, hay tres. Se salvaron los hijos, un ni?o y una ni?a, de 6 y 11 a?os, la abuela y la madre, Silvia. La madre tiene problemas del coraz¨®n pero sus heridas no parecen de cuidado. Silvia, trasladada ayer al hospital de Cangas de Narcea, tiene algo m¨¢s, pero tampoco su vida corre peligro, "est¨¢ sedada, pero lo sabe todo".
El agresor pinch¨® los coches y entr¨® de noche en la casa con un machete
La mujer atacada es la cuarta en las listas del PSOE, que ha logrado sendos ediles
Salvo las dos mujeres y los ni?os, nadie conoce muy bien los detalles de la carnicer¨ªa que puso fin de madrugada a la noche festiva de Silvia. Su partido, el PSOE, logr¨® cuatro concejales en el pueblo, ella era la cuarta, y tienen posibilidades de gobernar con acuerdos. Pero los compa?eros socialistas no estaban ayer para recuentos ni estrategias electorales. "Ayer Silvia estaba feliz. Se hab¨ªa implicado mucho en este proyecto, se lo cre¨ªa. Estuvo en el pueblo de al lado celebrando y luego se volvieron a dormir, ella y su novio". El padre de los ni?os, separado de Silvia, los hab¨ªa tenido con ¨¦l el fin de semana y por la tarde los devolvi¨® a Dega?a. Se quedaron con la abuela mientras Silvia alargaba la noche electoral.
La casa familiar tiene dos plantas y est¨¢ escoltada por la soberbia monta?a asturiana, estos d¨ªas m¨¢s verde que nunca. Silvia se cas¨® muy joven y march¨® del pueblo. Hace algo m¨¢s de dos a?os, al separarse, volvi¨® con su familia y con los ni?os. No constan denuncias en el Ayuntamiento por malos tratos, pero la separaci¨®n no estaba siendo un proceso agradable, seg¨²n dice Vicky. "Ella es una persona t¨ªmida y dulce, no cuenta muchas cosas, ni yo le pregunto. La recuerdo de peque?a, con el aparato en la boca, luego se fue y la perd¨ª la pista".
Cuando volvi¨® al pueblo su antigua red de amigos era cosa del pasado, pero Vicky trab¨® amistad con ella porque hicieron juntas un curso de ayuda a domicilio, para atender a dependientes. Despu¨¦s, Silvia hizo otro curso de geriatr¨ªa con la hija de Vicky, precisamente. Cuando Vicky decidi¨® que ya no se presentaba m¨¢s a las elecciones, Silvia fue la candidata. La vida pol¨ªtica le ha devuelto una red de compa?eros. En las fotos que tiene de ella su amiga, se ve a Silvia contenta pegando carteles al abrirse la campa?a, y tambi¨¦n feliz con su novio, que ahora est¨¢ muerto, de viaje por Espa?a. "Creo que ya ten¨ªan pensado irse a vivir juntos". ?l hab¨ªa sacado una plaza de maestro en Toreno (Le¨®n). Es una mujer muy guapa. "Tiene un tipazo y esa ropa que lleva, yo creo que la conserva, es la ropa de cuando estaba con el otro, la que a ¨¦l le gustaba", sigue diciendo Vicky, a¨²n atontada y casi sin dormir. Su casa fue ayer durante todo el d¨ªa el cuartel general donde se juntaron los amigos y compa?eros de partido a compartir la consternaci¨®n, la misma que ha sacudido a todo el pueblo, una aldea peque?a.
Tambi¨¦n el Facebook de Silvia, dice su amiga, es privado. "Por ¨¦l". Vicky apenas recuerda al presunto asesino, no le pone cara, sabe que es alto y que ten¨ªa la cabeza rapada. La Guardia Civil le persigui¨® ayer de ma?ana, por la carretera privada de la mina. El Opel Astra del huido se salt¨® un muro y sigui¨® hasta que le dieron caza en Matarrosa. "Lo ten¨ªa todo planeado, espero que se pudra. No era la primera vez que la amenazaba, ni que la incordiaba o le pinchaba el coche, pero yo creo que ella no se esperaba algo como esto", lamenta.
Los vecinos ten¨ªan ayer un aspecto fantasmal, entre periodistas aqu¨ª y all¨¢. En el Ayuntamiento se emitieron los manifiestos de rigor, condena y condolencias, y se decretaron tres d¨ªas de luto. El alcalde en funciones, Jaime Gareth Fl¨®rez, un minero a punto de jubilarse, recuerda que su mandato empez¨® hace a?os con otra muerte brutal en el pueblo, la de Sheila, una chica a quien encontraron muerta con un tiro. Todav¨ªa hay carteles en la zona que piden justicia. El caso no se ha resuelto. Y ahora deja la alcald¨ªa con tres muertos a cuchilladas. No, ayer no tuvo un buen d¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.