El c¨ªrculo se cierra
Todos los que conocen los Balcanes sostienen que all¨ª la historia no es lineal, sino circular. Pero, por una vez, el c¨ªrculo se ha cerrado y la historia, avanza. La detenci¨®n de Ratko Mladic, 20 a?os despu¨¦s de la descomposici¨®n de Yugoslavia, pone un cierre simb¨®lico a las guerras balc¨¢nicas que inundaron de sangre el coraz¨®n de Europa en los estertores de la Guerra Fr¨ªa, aunque la cuesti¨®n de Kosovo y la viabilidad de Bosnia sigan abiertas. Supone tambi¨¦n el final tambi¨¦n del fantasma recurrente de la inacci¨®n europea ante la mayor carnicer¨ªa cometida en el continente desde la II Guerra Mundial hasta la intervenci¨®n de Estados Unidos, devuelve a la proscrita Serbia a la normalidad democr¨¢tica y abre la v¨ªa a su ingreso en la UE, respalda el papel de la justicia internacional y repara, aunque sea 16 a?os m¨¢s tarde, el dolor de las v¨ªctimas de episodios como Srebrenica, donde 8.000 bosniomusulmanes fueron asesinados a sangre fr¨ªa ante la retirada de los cascos azules holandeses que, en teor¨ªa, deb¨ªan protegerlos.
Ha tenido que llegar un europe¨ªsta como el presidente Tadic para romper con el pasado
La caza y captura de uno de los hombres m¨¢s buscados del planeta, el carnicero que ejecut¨® las ¨®rdenes de los cerebros y antecesores en el banquillo de La Haya, Slobodan Milosevic y Radovan Karadzic, se produce, para muchos, en un momento conveniente tras casi 16 a?os de jugar al gato y al rat¨®n con sus perseguidores, de rumores sobre su protecci¨®n por parte del Ej¨¦rcito y de la connivencia de las potencias occidentales que habr¨ªan hecho la vista gorda para no complicar la explosiva situaci¨®n en Serbia. Belgrado siempre neg¨® las acusaciones de que estaba escondido en su territorio, incluso cuando los papeles de Wikileaks sostuvieron que contaba con el respaldo de Rusia, aliado de Serbia. Ha tenido que llegar un pol¨ªtico como el europe¨ªsta Boris Tadic para romper con el pasado y abrir la v¨ªa hacia un futuro en la UE, aunque sea ahora cuando el sue?o europeo parece hecho a?icos, so pena de que el pa¨ªs quedase aislado frente a sus vecinos. Da igual si la espoleta ha sido la pr¨®xima aparici¨®n de un informe desfavorable para Belgrado del fiscal de la ONU, Serge Brammertz, sobre la escasa colaboraci¨®n de las autoridades serbias, si ha habido traici¨®n y coincidencia con la forma en que se captur¨® a Osama bin Laden o si es un gesto hacia Barack Obama, con quien Tadic deb¨ªa reunirse por primera vez este fin de semana en una cumbre en Varsovia de la que Belgrado se retir¨® en protesta por la presencia de las autoridades kosovares. En este caso, lo importante no es la realpolitik ni siquiera el que un pa¨ªs cometa el error, tantas veces repetido en los Balcanes y en otros lugares, de unir su destino al de un hombre. Lo importante es que se ha hecho justicia. "Sobreviv¨ª porque Mladic se sent¨ªa como dios ese d¨ªa", escribi¨® Emir Suljagic, un joven bosniomusulm¨¢n, ahora periodista y autor de uno de los libros m¨¢s memorables sobre la masacre, Postales desde la tumba, que sobrevivi¨® al genocidio de Srebrenica porque el general le pidi¨® el documento de identidad, le pregunt¨® qu¨¦ estaba haciendo y le dej¨® marchar. "Ten¨ªa un poder absoluto para decidir sobre la vida y la muerte. Durante meses so?¨¦ con ¨¦l, reviviendo el encuentro... Ten¨ªa miedo de volverme loco, intentando explicarme por qu¨¦ me perdon¨® (...) Nunca encontr¨¦ la respuesta". Ahora, Suljagic y el resto de v¨ªctimas tienen la soluci¨®n a tanto dolor. Han sobrevivido para verlo. ?jala con Gadafi y Bachar el Asad no haya que esperar tanto.
Cecilia Ballesteros es periodista y experta en los Balcanes
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