El paro ahoga el norte de Portugal
La zona septentrional es el escenario de la batalla m¨¢s importante de la campa?a electoral - Crece el miedo a los recortes del plan de ajuste del FMI
Alda Cristina da Silva, de 35 a?os y madre de dos ni?as, perdi¨® el trabajo en enero de 2003, cuando la multinacional brit¨¢nica de calzado Clark's cerr¨® su f¨¢brica en el municipio portugu¨¦s de Castelo de Paiva, ba?ado por el Duero. "En todo este tiempo, recorr¨ª supermercados y otras empresas, me inscrib¨ª en la oficina de empleo, intent¨¦ apuntarme a cursos de formaci¨®n, a un programa de ense?anza, mantuve entrevistas... No consegu¨ª nada".
El marido trabaj¨® tres a?os en construcci¨®n civil en Espa?a, pero con la crisis ha regresado a Portugal. Clark's decidi¨® cerrar sus dos f¨¢bricas portuguesas para trasladarlas a mercados emergentes con mano de obra m¨¢s barata, como Europa del Este y Asia. Fue un duro golpe que puso en la calle a un millar largo de trabajadores, la mayor¨ªa mujeres, y del que Castelo de Paiva, con 14.000 habitantes, no se ha recuperado. Hoy es el cuarto municipio portugu¨¦s con m¨¢s paro, con el 20,7%.
"Nuestro nivel de vida se acab¨® de golpe", dice una funcionaria
El paro es, sin duda, uno de los temas m¨¢s importantes en la campa?a electoral, que afronta esta semana su recta final. El norte es el escenario donde los principales candidatos, el primer ministro en funciones, el socialista Jos¨¦ S¨®crates, y el conservador Pedro Passos Coelho, luchar¨¢n por los ¨²ltimos votos. El ganador tendr¨¢ que hacer frente a un desempleo que ha alcanzado en los ¨²ltimos a?os valores hist¨®ricos en Portugal, hasta llegar al 12,4% el primer trimestre de 2011, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). La mayor¨ªa de las 1.400 empresas que se han declarado en suspensi¨®n de pagos desde comienzos de a?o se encuentran en el norte del pa¨ªs.
A Adelia Tavares, de 44 a?os, le ha ido mejor que a su compa?era de trabajo Alda Cristina. Cuando cerr¨® Clark's ten¨ªa 37 a?os y decidi¨® reanudar los estudios que hab¨ªa dejado a los 19. "Ten¨ªa que cualificarme. Hice cursos de formaci¨®n profesional y de entrenadora de atletismo". Finalmente, encontr¨® empleo en una guarder¨ªa municipal. "Soy funcionaria, qui¨¦n sabe si una de las que el FMI quiere cortar el cuello", ironiza Adelia. El programa de austeridad impuesto por el Fondo Monetario Internacional y la Uni¨®n Europea, a cambio de un pr¨¦stamo a Portugal de 78.000 millones de euros, contempla, entre otras medidas, una reducci¨®n global del 6% de los 175.000 funcionarios de las Administraciones local y regional de aqu¨ª a 2014.
"Cuando cerr¨® la f¨¢brica est¨¢bamos acostumbrados a un nivel de vida que se acab¨® de golpe". En 2003, Adelia cobraba 850 euros mensuales. Hoy gana 487 euros, "dos m¨¢s que el salario m¨ªnimo". ?C¨®mo vive? Contesta sin dudar: "Apretando el cintur¨®n hasta el ¨²ltimo agujero". Y habla de la otra cara del desempleo. Asegura que "muchas personas se han acostumbrado a vivir de la renta de inserci¨®n social", un subsidio en vigor desde los a?os noventa, de duraci¨®n ilimitada.
A 12 kil¨®metros del municipio de Castelo de Paiva, siguiendo el r¨ªo Duero hacia el mar, est¨¢ la mina de carb¨®n de Pej?o, cerrada desde diciembre de 1994. La clausura de la Empresa Carbon¨ªfera Douro, que lleg¨® a dar trabajo a m¨¢s de 1.000 personas, fue el primer golpe. La mina aseguraba una vida sosegada, recuerda Manuel Rodrigues, antiguo minero de Pej?o. "Hab¨ªa dinero y la gente consum¨ªa. Todo desapareci¨®. Clark's iba a ser la salvaci¨®n y acab¨® siendo un espejismo".
Las cifras de paro baten r¨¦cords en estas tierras del norte de Portugal. Espinho, a media hora de distancia de Castelo de Paiva, ocupa el primer lugar, con el 24,6%, el doble de la media de desempleo en todo el pa¨ªs.
Nelson Costa, de 32 a?os, psic¨®logo, director de la Asociaci¨®n para el Desarrollo del Condado de Espinho (ADCE), explica que la entrada de China en la Organizaci¨®n Mundial del Comercio alter¨® las reglas del juego. "Los empresarios poco profesionalizados y con una mano de obra intensiva de bajo precio acabaron sintiendo el impacto". F¨¢bricas textiles y de calzado cerraron en cadena en localidades vecinas como Santa Mar¨ªa da Feira, Ovar y Gaia, y miles de trabajadores fueron al paro. La ca¨ªda en picado del comercio y el turismo fue la guinda.
La ADCE es un colch¨®n social, que promueve centros comunitarios para atender a los m¨¢s necesitados, formaci¨®n profesional en diversas ¨¢reas y apoyo al desarrollo. "En 2005 d¨¢bamos ayuda a 1.242 personas", dice Costa. "Aqu¨ª acuden muchas familias en las que el padre y la madre perdieron el trabajo y ya han dejado de cobrar el subsidio de desempleo. Es el empobrecimiento de la clase media".
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