"Mi espect¨¢culo est¨¢ abierto a lo il¨®gico; si lo veo seguro, falta algo"
Reci¨¦n llegado de actuar en Canad¨¢, Israel Galv¨¢n (Sevilla, 1973) estrena esta noche en Madrid La curva, un espect¨¢culo en el que dice moverse, trazando una l¨ªnea que huye de lo derecho y de lo c¨®modo, entre los dos universos que siempre han definido su baile: la tradici¨®n flamenca de su hogar y el mundo contempor¨¢neo de sus inquietudes. Y digo estrena porque, aunque la obra se represent¨® durante 12 noches en Lausana (Suiza) y dos en Las Palmas, el espect¨¢culo de Madrid conserva pocos elementos de las primeras representaciones. "Nos dimos cuenta de que no era una curva, sino un camino recto. El concepto estaba diluido. No hab¨ªa que ponerlo m¨¢s derecho, sino m¨¢s interesante", explica. "Este espect¨¢culo est¨¢ abierto a lo il¨®gico, porque si lo veo seguro es que falta algo", a?ade el Premio Nacional de Danza 2005.
"La gente me dec¨ªa que estaba estropeado como bailaor", recuerda
Hoy presenta 'La Curva', un montaje entre el flamenco y el contempor¨¢neo
El nombre del espect¨¢culo surge de un cabaret parisiense, un lugar en el que Vicente Escudero, uno de los maestros del flamenco del siglo XX, present¨® en 1924 un montaje atrevido con elementos de jazz o un zapateado imitando el ruido de una pir¨¢mide de sillas al caer. Galv¨¢n, que encuentra en Escudero una de sus principales referencias, traza su curva entre el acompa?amiento del flamenco m¨¢s jondo de In¨¦s Bac¨¢n y Bobote y el piano contempor¨¢neo de Sylvie Courvoisier. "No hay un gui¨®n muy coordinado, ni ordenado. La idea es que estemos los cuatro en el escenario y transitemos, de manera casi il¨®gica, de una fiesta jonda de Lebrija a un club de jazz de Nueva York", explica. ?Y cu¨¢l es la curva? "Los cambios de ritmo, la sorpresa en m¨ª, que yo no me vea l¨®gico bailando, que me sorprenda de lo que hago".
Los dos universos del bailaor est¨¢n representados en dos mujeres: una cantaora que simboliza los valores m¨¢s sagrados del flamenco, los sonidos negros, y una pianista que le hace volar, so?ar, abrirse a otros caminos. "In¨¦s Bac¨¢n es mi familia, representa m¨¢s la tierra, profunda, mientras que Sylvie es mi amiga, est¨¢ m¨¢s en el aire, puede sonar a cualquier cosa: a piedra, a agua...". Dos extremos que se tocan: "El cante de In¨¦s es casi disonante, suena casi a m¨²sica contempor¨¢nea, que es lo que hace Sylvie", explica. ?Y Bobote? "?l es como un taxista, como mi pareja de tango".
Galv¨¢n mantiene en este montaje su gusto por hacer espect¨¢culos conceptuales. Arranc¨® su baile rupturista, despu¨¦s de ser promesa del flamenco m¨¢s ortodoxo, con Los zapatos rojos, una coreograf¨ªa que provoc¨®, sin pretenderlo, una gran pol¨¦mica. Mucha de esa incomodidad, la que ¨¦l sent¨ªa cuando sub¨ªa al escenario pensando en los pitidos del p¨²blico, enlaza con este nuevo espect¨¢culo. "Lo sufr¨ª mucho, porque yo no quer¨ªa bailar, pero me sal¨ªan contratos y ten¨ªa que hacerlo", explica sobre aquella ¨¦poca. La cosa no mejor¨® con La metamorfosis, inspirado en el libro de Kafka, que pretend¨ªa reflejar su sensaci¨®n de ser un bicho raro. "La gente me dec¨ªa que estaba estropeado como bailaor", recuerda.
A?os despu¨¦s, esa especial forma de bailar le ha granjeado el reconocimiento del p¨²blico y algunos premios, el ¨²ltimo, el Max, otorgado por el Ministro de Cultura, en la modalidad de creaci¨®n de danza, por su espect¨¢culo dedicado al boxeo y la lucha libre en La lucha libre vuelve al Price. Aunque a ¨¦l no le gustan los premios: "Hay veces que parece que en lugar de bailar para un festival o para un p¨²blico determinado est¨¢s present¨¢ndote a un concurso", aclara.
Para el p¨²blico, y para el teatro en el que va a bailar, adapta las coreograf¨ªas que presenta. Esta noche ser¨¢ en el Matadero, un escenario en el que a¨²n no ha bailado. "Creo que viene muy bien para La curva, porque nuestro ejercicio tiene lugar en un espacio cerrado, es como un estudio, una nave. Es un espect¨¢culo m¨¢s desnudo, m¨¢s abierto, utilizamos toda la atm¨®sfera que nos da el lugar".
La cabeza de Galv¨¢n no se detiene. Mientras trabaja constantemente en su nueva coreograf¨ªa, para 2012 ya prepara un espect¨¢culo que le ha encargado Gerard Mortier, director del Teatro Real, en torno al mundo de los gitanos. Mortier se enamor¨® de su baile cuando el a?o pasado le vio en La Abad¨ªa, en su actuaci¨®n de La Noche en Blanco de los teatros y le propuso esta colaboraci¨®n. "Le vi una vitalidad incre¨ªble, y me sorprendi¨® que es todo sencillez. He tratado con otros directores m¨¢s altivos, pero ¨¦l puso a mi disposici¨®n todos los recursos del Real. Con ¨¦l estoy aprendiendo que dos a?os no es nada para preparar algo".
La curva. Sala 1 de Matadero Madrid. Del 1 al 5 de junio.
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