La xenofobia penetra en Alcal¨¢

En Alcal¨¢ de Henares el 5,6% de los ciudadanos que votaron lo hicieron a una candidatura xen¨®foba: 4.549 votos para Espa?a 2000 y 671, para Democracia Nacional. Estos apoyos le han valido al cabeza de lista de la primera formaci¨®n pol¨ªtica, Juan Antonio Bueno, para conseguir un acta de concejal. ?Una sorpresa? No del todo. "Alcal¨¢ de Henares es ya el centro del movimiento de la ultraderecha en Espa?a", asegura preocupado el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra.

Espa?a 2000, cuya sede es aleda?a al local clausurado por sentencia judicial de la ilegalizada Hummerskin, ha logrado un importante avance en Alcal¨¢ gracias al lema: "Ni uno m¨¢s. Los espa?oles primero". Y con esa frase escrita en un cartel celebraron desafiantes los simpatizantes de este partido el resultado electoral la noche del 22 de mayo por las calles del municipio. Espa?a 2000 es un partido fundado en Valencia por el empresario Jos¨¦ Luis Roberto, quien hasta hace unos a?os fue el representante legal de la Asociaci¨®n Nacional de Empresarios de Locales de Alterne, la patronal de los prost¨ªbulos.

El edil electo dice que la localidad se ha convertido en una "cloaca social"

La subida de las candidaturas de ultraderecha en Alcal¨¢ ha sido de m¨¢s de 4.000 votos, lo que supone multiplicar por cinco sus resultados de las ¨²ltimas elecciones. Esto ha permitido que por primera vez en democracia un candidato ultra haya tenido representaci¨®n en el Ayuntamiento de la ciudad.

Pero Alcal¨¢ de Henares no es el ¨²nico municipio en el que una candidatura ultra ha obtenido representaci¨®n en el pleno municipal. En Galapagar, Iniciativa Habitable ha pasado de apenas una decena de votos a 683.

En la campa?a, la ultraderecha de Alcal¨¢ ha utilizado dos ideas principales. La primera es que los inmigrantes ocupan los puestos de trabajo de los espa?oles; y la segunda, que la localidad se ha convertido en "una cloaca social", en palabras del edil electo Juan Antonio Bueno. Lo llama "cloaca" por acoger a poblaciones excluidas, la mayor¨ªa gitanos, que han sido realojadas en los ¨²ltimos a?os. En 2008 en Alcal¨¢ resid¨ªan 203.645 personas, de los que 40.656 eran extranjeros.

Bueno no pierde oportunidad de sacar r¨¦dito pol¨ªtico, y en su web asegura: "Hasta ahora se ha utilizado a Alcal¨¢ y al Corredor del Henares como una aut¨¦ntica cloaca social donde agrupar a poblaci¨®n marginal y conflictiva, la mayor¨ªa de ellos no ya de otras ciudades, sino que la mayor¨ªa de las veces son extranjeros". Este pol¨ªtico llega a mencionar "el enorme gasto" que supone tener una enorme plantilla policial para controlar una "creciente delincuencia" ocasionada "en su mayor¨ªa por inmigrantes".

El principal apoyo electoral a Espa?a 2000 se encuentra en el sector II de la ciudad: en las comunidades de Puerta de Madrid, Reyes Cat¨®licos, Nuestra Se?ora de Bel¨¦n y del Pilar, en cuyas inmediaciones se concentra un importante colectivo de poblaci¨®n gitana e inmigrante. En los tres principales colegios electorales de este distrito -Manuel Aza?a, Santos Ni?os e Infanta Catalina- el voto ultra se ha disparado.

El voto en estos colegios ha basculado hacia la derecha y la extrema derecha. La vida en esas zonas es dif¨ªcil, argumentan algunos vecinos, que destacan la falta de comercios y servicios, ya que muchos de los bajos comerciales del pol¨ªgono se encuentran ocupados de forma ilegal. "Es habitual que el voto de los descontentos se concentre en las zonas en las que hay m¨¢s inmigrantes, porque la tendencia es culpar al m¨¢s cercano de los males que pueden llegar a sufrir", asegura el catedr¨¢tico Tom¨¢s Calvo Buezas, de la Universidad Complutense de Madrid, que sostiene que el auge de la ultraderecha era perfectamente previsible. "En algunas encuestas realizadas a ni?os, se ve que hasta un 14% apoyar¨ªan a partidos pol¨ªticos que propusieran expulsar a los inmigrantes", dice.

Espa?a 2000 tambi¨¦n se ha aprovechado de los intentos del alcalde de Alcal¨¢, Bartolom¨¦ Gonz¨¢lez (PP), cuya lista ha vuelto a ser la m¨¢s votada pero ha perdido la mayor¨ªa absoluta, de atraer a la comunidad rumana. Un acercamiento que, parad¨®jicamente, no ha tenido apenas r¨¦dito pol¨ªtico -de los 18.000 rumanos con derecho a voto apenas 3.000 se inscribieron- pero la ultraderecha ha utilizado este argumento como arma electoral.