Una olla a presi¨®n sin v¨¢lvula de seguridad
La historia econ¨®mica es una de las ciencias sociales que m¨¢s ha avanzado. A trav¨¦s de la evidencia emp¨ªrica que proporciona (datos, series largas, interpretaciones fundadas...) es posible arriesgar, con mayores seguridades, qu¨¦ puede suceder en el futuro, sin falsos determinismos. Ello sirve tambi¨¦n para estudiar la honda crisis econ¨®mica que el mundo padece en los ¨²ltimos cuatro a?os y, que se mida como se mida, por su potencial destructor, por su alcance, por sus profundos efectos, es la m¨¢s grave desde la Gran Depresi¨®n de los a?os treinta del siglo pasado. Unos la han denominado la Gran Recesi¨®n y otros (como los autores de este libro) la han calificado como la Segunda Gran Contracci¨®n que ha padecido el capitalismo en sus a?os de existencia.
Esta vez es distinto. Ocho siglos de necedad financiera
Carmen M. Reinhard y Kenneth S. Rogoff
Traducci¨®n de ?scar Figueroa
Revisi¨®n t¨¦cnica de Alejandro Villag¨®mez
Fondo de Cultura Econ¨®mica. Madrid, 2011
470 p¨¢ginas. 30 euros
Se precisa un sistema de indicadores de alerta temprana para cuando llegan las dificultades
Carmen M. Reinhard y Kenneth Rogoff son dos de los mejores economistas que hay en la actualidad. Vinculados en el pasado al Fondo Monetario Internacional (FMI), hoy dedican la mayor parte de su actividad a dar clase en algunas de las mejores universidades norteamericanas y a escribir textos seminales como Esta vez es distinto. Ocho a?os de necedad financiera, que ahora se publica en castellano despu¨¦s de dos a?os de su aparici¨®n en ingl¨¦s, y que ha devenido en uno de los libros centrales para la explicaci¨®n y el an¨¢lisis de la crisis econ¨®mica. En esta diferencia de dos a?os entre su edici¨®n inglesa y la castellana est¨¢ una de las principales debilidades del libro: aunque dedica muchas de sus p¨¢ginas a estudiar gen¨¦ricamente las muchas crisis de la deuda soberana que en el mundo han sido, los impagos de diversos pa¨ªses y las consecuencias que se derivaron de los sucesivos default de las naciones que dejaron de amortizar lo que deb¨ªan (la campeona en la lista de suspensiones de pagos es Venezuela, que desde su fundaci¨®n en 1830 ha sufrido 10 episodios de impagos de sus cr¨¦ditos), no ha podido abordar en concreto lo que en los ¨²ltimos 14 meses est¨¢ bullendo en la Europa del euro con su deuda soberana, con tres pa¨ªses -por ahora- que han debido ser intervenidos: Grecia, Irlanda y Portugal. Por cierto, en esta coyuntura en la que se especula sobre la posibilidad de que quiebre el pa¨ªs heleno, hay que recordar que no ser¨ªa la primera vez: desde 1800 y hasta varios a?os despu¨¦s de la II Guerra Mundial, Grecia incumpli¨® sus pr¨¦stamos pr¨¢cticamente de forma continua.
La teor¨ªa econ¨®mica explica que es la naturaleza vol¨¢til de la confianza, incluida su dependencia de las expectativas de la gente sobre acontecimientos futuros, lo que hace tan dif¨ªcil predecir el momento de una crisis de deuda; los economistas no tienen una idea clara sobre qu¨¦ clase de sucesos afectan a la confianza ni c¨®mo evaluar en t¨¦rminos concretos cu¨¢n vulnerable puede ser la misma. Lo que se percibe a lo largo de la historia de las crisis es que siempre que un accidente est¨¢ esperando manifestarse, al final as¨ª sucede; que cuando un pa¨ªs incurre en un endeudamiento (p¨²blico o privado, o ambas circunstancias), termina metido en problemas; que cuando una multiplicaci¨®n del precio de sus activos, incentivada por la deuda, parece demasiado buena para ser real, es porque seguramente es as¨ª.
En este contexto, Rogoff y Reinhard plantean la principal tesis del libro, la que le da el t¨ªtulo: el s¨ªndrome de "esta vez es distinto". Hemos estado aqu¨ª antes. Hay poco nuevo. Hist¨®ricamente las similitudes con experiencias pasadas suelen ser muy grandes. Las llamadas a invertir y a especular, tan comunes y al tiempo tan costosas, en medio del boom que precede a una crisis financiera en cualquiera de sus modalidades (bancarias, deuda exterior, deuda interior) se deriva de la percepci¨®n de que "esta vez es distinto". La idea de que las viejas reglas financieras han ca¨ªdo en desuso casi siempre es seguida al pie de la letra. Los analistas financieros y, sobre todo, los dirigentes de los Gobiernos explican que las cosas se est¨¢n haciendo mejor que antes, que han aprendido de los errores del pasado. Una y otra vez la sociedad se convence de modo artificial de que la bonanza que se vive en un momento determinado, a diferencia de las que precedieron, est¨¢ construida sobre bases firmes, reformas estructurales, innovaci¨®n tecnol¨®gica y buenas pol¨ªticas. ?Les suena?
As¨ª surge el s¨ªndrome de "esta vez es distinto": la firme creencia (y nunca mejor lo de creencia) en que cierta combinaci¨®n de factores deja sin efecto las antiguas leyes de la inversi¨®n. Lo esencial de este s¨ªndrome se basa en la falsa ideolog¨ªa de que una crisis financiera es algo que les sucede a otros, en otros pa¨ªses, en otras ¨¦pocas, que aqu¨ª no puede ocurrir, que las dificultades no nos llegar¨¢n a nosotros aqu¨ª y ahora. Estamos haciendo bien las cosas, somos m¨¢s inteligentes..., hasta que llega un batacazo que multiplica sus espasmos por la presencia del marco de referencia de nuestra ¨¦poca: la globalizaci¨®n.
Hay dos maneras complementarias de entender el "esta vez es distinto"; la primera, la que le dan Rogoff y Reinhard, que ironizan sobre quienes se desentienden de la historia y en una especie de voluntarismo adanista creen que lo que sucede ahora es nuevo y no se ha repetido mil veces m¨¢s; la segunda, la de quienes interpretan que en esta ocasi¨®n es diferente porque es mucho m¨¢s grave y profundo que en las sucesivas crisis c¨ªclicas menores de las ¨²ltimas d¨¦cadas, y que se une a los acontecimientos de la d¨¦cada de los treinta del siglo XX, que terminaron en una guerra mundial.
Que el libro no haya llegado a abordar los problemas del euro relacionados con la deuda soberana de algunos pa¨ªses europeos no significa que no est¨¦n presentes, aunque sea de modo premonitorio. M¨¢s bien, lo que se describe permitir¨ªa deducir lo que iba a ocurrir un poco despu¨¦s, y la enorme capacidad de contagio que tienen las dificultades relacionadas con problemas bancarios o de deuda. Hay dos tipos de contagio: el que califican como "derrame a fuego lento", y la combusti¨®n acelerada que produce una transmisi¨®n inmediata a trav¨¦s de las fronteras y cuyos efectos son r¨¢pidos y violentos. Apoy¨¢ndose en otros estudios, los autores -que pertenecen a la corriente principal de los economistas del planeta, m¨¢s conservadores que progresistas- llaman contagio al episodio que tiene efectos considerables e inmediatos en varios pa¨ªses, es decir cuando las consecuencias son "r¨¢pidas y violentas" y se despliegan en cuesti¨®n de horas o d¨ªas. La reacci¨®n "r¨¢pida y violenta" contrasta con aquellos casos en los que las primeras reacciones a escala mundial son m¨¢s bien t¨ªmidas. El desarrollo gradual y prolongado de este tipo de reacciones no est¨¢ exento de crear un efecto acumulado de graves implicaciones econ¨®micas. Llaman "derrame" a estos episodios graduales. La actual exposici¨®n de diversos pa¨ªses europeos al aumento de la prima de riesgo y la posibilidad de problemas en cadena que pudieran dar al traste con la experiencia del euro, y que son de gran actualidad ?a qu¨¦ tipo de contagio pertenecen? Por cierto que Reinhard y Rogoff incorporan tambi¨¦n un concepto del que los ciudadanos griegos hablan mucho estos d¨ªas: la teor¨ªa de "la deuda odiosa": si un prestamista da dinero a un Gobierno que a todas luces es cleptomaniaco y corrupto, los siguientes Gobiernos de ese pa¨ªs no tendr¨ªan por qu¨¦ estar obligados a saldar las deudas, ya que la responsabilidad se encuentra tanto en el prestatario como en el prestamista.
Esta vez es distinto termina con una reflexi¨®n sobre lo que se ha aprendido en ocho siglos de necedad financiera y lo que falta para mejorar el contexto en que se act¨²a hoy: no existe, por ejemplo, un marco legal supranacional que obligue al cumplimiento de los contratos de deuda a trav¨¦s de las fronteras; se precisa un sistema de indicadores de alerta temprana para cuando llegan las dificultades (aunque cuando existe ese sistema, como en el caso de la actual crisis financiera -apalancamiento elevado, d¨¦ficit de las balanzas por cuenta corriente, inflaci¨®n del precio de los activos, desaceleraci¨®n del crecimiento econ¨®mico- casi nadie le hizo caso); o la creaci¨®n de una nueva instituci¨®n financiera independiente que ayude a desarrollar y hacer valer las regulaciones a escala mundial.
Este es un libro de economistas y en ello reside su fortaleza y su debilidad. El trabajo hist¨®rico y estad¨ªstico es impecable y complementa las intuiciones que antes que Reinhard y Rogoff tuvieron otros cient¨ªficos sociales sobre la secuencia de las crisis sist¨¦micas. Pero al mismo tiempo, los autores no se salen un ¨¢pice de lo que dominan y es clamorosa la ausencia de los an¨¢lisis pol¨ªticos y sociales imprescindibles, tan importantes como los estrictamente t¨¦cnicos, para dilucidar qu¨¦ va a suceder. Y ello a pesar del reconocimiento expl¨ªcito de que esta Segunda Gran Contracci¨®n supondr¨¢ "un parteaguas en la historia econ¨®mica del mundo y su desenlace final redefinir¨¢ la pol¨ªtica y la econom¨ªa de al menos una generaci¨®n".
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