Es hora de gobernar
La mayor novedad del Consell que acaba de nombrar Francisco Camps es que tiene toda la pinta de querer gobernar. Una obviedad, se dir¨¢. No tanto. Desde que hace algo m¨¢s de dos a?os el caso G¨¹rtel dejara catat¨®nico al presidente de la Generalitat, la inercia fue el ¨²nico motor de un Gobierno que, salvo contadas excepciones, s¨®lo destacaba por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, ocurrencias como las de impartir la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa en ingl¨¦s, jeremiadas colectivas de los miembros del gabinete y groseras descalificaciones hacia Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. La crisis econ¨®mica y el incremento del paro se contemplaba como algo ajeno al quehacer del Ejecutivo auton¨®mico, toda vez que eran consecuencia de las nefastas pol¨ªticas del Gobierno central envidioso de la pujanza de la Comunidad Valenciana a la que hab¨ªa que hundir a toda costa por el mero hecho de estar gobernada por el PP.
El mensaje victimista, la incapacidad pol¨ªtica de los socialistas m¨¢s las impopulares reformas econ¨®micas de Zapatero llevaron a Camps a revalidar por tercera vez consecutiva una mayor¨ªa absoluta que obr¨® el milagro. De la cataton¨ªa, pas¨® a la euforia. Del estupor, a la acci¨®n implacable. Ya en su investidura mostr¨® algunas pistas de su resurrecci¨®n pol¨ªtica. Despojado de la ret¨®rica barroca presidencial y un punto fallera, quedaba un discurso pegado a la realidad: las cosas van mal y hay que hacer recortes y sacrificios que ser¨¢n m¨¢s soportables con la privatizaci¨®n de los servicios p¨²blicos. Una idea que repetir¨ªa el d¨ªa de la toma de posesi¨®n del cargo de presidente, a la que a?adi¨® una propuesta que despert¨® algunas alarmas: "La microeconom¨ªa ser¨¢ la base del trabajo diario". Una afirmaci¨®n que habr¨¢ que ver c¨®mo casa con la declaraci¨®n de intenciones del nuevo consejero de Econom¨ªa, Enrique Verdeguer, que, reci¨¦n estrenado en el cargo, se mostr¨® partidario de "aunar la macroeconom¨ªa con la realidad (...) el mercado nacional se ha quedado peque?o, la salida al exterior es una necesidad estrat¨¦gica".
La frialdad con que ha actuado Camps a la hora de desprenderse de colaboradores que, como Vicente Rambla, han trabajado codo con codo con ¨¦l durante los ¨²ltimos ocho a?os ha puesto de relieve hasta qu¨¦ punto el presidente ha dejado atr¨¢s el letargo en el que viv¨ªa; pero ahora que parece m¨¢s ambicioso que nunca deber¨ªa tener presente que el rencor es un veneno que acaba por matar a quien lo administra y no a quien se dirige. El presidente ambiciona agotar la legislatura y seguir m¨¢s all¨¢: "Si hubiese mantenido buena parte del Consell", dijo para justificar los ceses, "hubiesen pensado que era un Gobierno para no acabar la legislatura. Yo hoy tengo la visi¨®n puesta en los pr¨®ximos cuatro a?os". Habr¨¢ que permanecer atentos a lo que suceda en los pr¨®ximos meses para comprobar si esta dureza y decisi¨®n se mantienen si el magistrado Jos¨¦ Flors, del Tribunal Superior de Justicia valenciano, decide sentarlo en el banquillo.
El camino que le espera a Camps no es nada c¨®modo. La crisis y la deuda de la Generalitat le van a obligar a tomar medidas muy duras y poco populares que no admiten espera. Septiembre puede ser un mes muy complicado para muchos empleados de la administraci¨®n auton¨®mica. Los gobiernos de Mar¨ªa Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha y de Luisa Fernanda Rudi en Arag¨®n van a desactivar el discurso del agua para todos, que tan buenos r¨¦ditos electorales ha dado. Y la m¨¢s que previsible llegada de Mariano Rajoy a La Moncloa dejar¨¢ al descubierto la demagogia populista de estos ¨²ltimos a?os. Ha llegado la hora de gobernar, ya no valen las jeremiadas. No queda otra alternativa.
En el organigrama del nuevo Consell hay algo que no acaba de encajar. Justicia y Bienestar Social no parece tener mucho sentido. Hubiera sido m¨¢s l¨®gico unir Sanidad con Bienestar Social y Justicia con Gobernaci¨®n, con lo que se hubiera ahorrado una consejer¨ªa. Pero no se ha hecho as¨ª. ?Por qu¨¦? ?Tal vez para apuntalar a Seraf¨ªn Castellano como un contrapeso al poder de Alfonso Rus en la provincia de Valencia? Los gobiernos, a lo que se ve, no sirven solo para gobernar, tambi¨¦n para ajustar cuentas internas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.