Los humores de Waugh

Es un espect¨¢culo ver comprimido en un cuento el humor expansivo de Waugh. Sus humores, habr¨ªa que decir, porque en estas casi setecientas p¨¢ginas de recopilaci¨®n exhaustiva (se recogen hasta sus ejercicios escolares) se dan, junto a la farsa pol¨ªtica, la alegor¨ªa grotesca y el vodevil, otros registros, incluido el grave en una de las mejores piezas, 'Compasi¨®n', cr¨®nica autobiogr¨¢fica sobre los campos de refugiados en la Yugoslavia de la Segunda Guerra Mundial; una historia de "personas desesperadas", muchas de ellas jud¨ªas, que el protagonista, un comandante brit¨¢nico de origen escoc¨¦s, aprende a respetar, a entender, y se esfuerza por salvar. 'Compasi¨®n' es significativo, adem¨¢s, porque contrasta no s¨®lo con la crueldad ir¨®nica dominante en la escritura de Waugh sino con su persona altanera, mis¨®gina y m¨¢s de una vez antisemita. La mordacidad del autor brilla muy pronto en el libro, asociada con el fantasma de la infidelidad, que tanto le marc¨® personalmente: Evelyn Waugh se cas¨® con Evelyn Gardner en 1928, pero la Evelyn de la pareja se enamor¨® enseguida de otro hombre, y el Evelyn pidi¨® el divorcio al a?o siguiente. De 1932, cuando Waugh a¨²n no ha cumplido los treinta, es el divertido 'Amor en plena crisis', corrosiva estampa de adulterio femenino casi inmediato a la boda de Tom con Angela, "guapa, de buen car¨¢cter, vivaracha, inteligente y popular: la clase de chica a la que, por alguna misteriosa causa profundamente arraigada en la psicolog¨ªa anglosajona, le resulta dif¨ªcil casarse bien". Los enga?os amorosos ser¨¢n frecuentes despu¨¦s en la obra de Waugh, no s¨®lo la breve, y en estos Cuentos completos aparecen destacadamente en la comedia de ambiente f¨ªlmico -muy agudamente retratado- 'Incursi¨®n en la realidad', con su memorable personaje del productor hist¨¦rico que quiere adaptar al cine las obras de Shakespeare; por figura interpuesta, la de un caniche encargado de asegurar la fidelidad de la novia del protagonista, en 'Montando guardia'; y tambi¨¦n en uno de los grandes cuentos del autor, 'El hombre al que le gustaba Dickens', antiepopeya en la que el narrador Henty se enrola, por culpa de una mujer traicionera, en una arriesgada expedici¨®n al Amazonas cuyo peor peligro ser¨¢ el amable anfitri¨®n que le acoge en la selva y le somete al tormento inescapable de tener que leerle en voz alta las obras completas de Dickens. Junto a ese cuento de 1933, las obras maestras de la colecci¨®n son 'La peque?a salida del se?or Loveday' (1935) y 'La Europa moderna de Scott-King', que data de 1946, el a?o siguiente a la publicaci¨®n de su novela m¨¢s c¨¦lebre, Retorno a Brideshead. De los dos, el primero es un ingenioso relato de exc¨¦ntricos, con un contundente final macabro, y el segundo una alta comedia sat¨ªrica situada en el imaginario pa¨ªs centroeuropeo de Neutralia donde se re¨²nen pol¨ªticos de pacotilla, damas aventureras y uno de los estamentos m¨¢s frecuentados por Waugh, el docente. El ¨¢mbito africano centra el estupendo 'Incidente en Azania', aunque decepcione su desenlace, y el espl¨¦ndido primer cap¨ªtulo, parcialmente situado en Fez, de su novela incompleta 'Trabajo pendiente'. Sus dos fantas¨ªas en clave de ciencia-ficci¨®n, 'Perdiendo pie' y 'Amor entre los escombros', resultan, por el contrario, acartonadas. Esta edici¨®n bellamente presentada y bien traducida por Luis Murillo Fort habr¨ªa sido redonda si RBA hubiese incluido las fechas de composici¨®n de los cuentos. Puestos a desear, a¨²n nos habr¨ªa hecho m¨¢s felices que el modelo seguido hubiera sido el de la mejor edici¨®n inglesa, la de Everyman's (1998), con el excelente pr¨®logo de Ann Pasternak Slater (frente al m¨¢s bien tontorr¨®n de Anthony Lane aqu¨ª impreso) y los bonitos dibujos del propio Waugh que tanto realzan las vi?etas juveniles y las f¨¢bulas gore de Oxford.