Se busca a Cabeza de Cerdo
La Polic¨ªa Nacional lleva una d¨¦cada persiguiendo al rumano Ioan Clamparu, uno de los mayores traficantes de mujeres - Su rastro se perdi¨® en Madrid
Es alto, grande, fuerte. Inmenso. Por eso a Ioan Clamparu, uno de los mayores traficantes de mujeres del mundo, lo llaman Cabeza de Cerdo. Tiene otro apodo, Pap¨¢. Es uno de los fugitivos m¨¢s buscados por Interpol y por la Polic¨ªa Nacional; el criminal-empresario rumano de 42 a?os que mont¨® el negocio de prostituci¨®n de la Casa de Campo; el que cobra por cada puesto de meretriz de la colonia Marconi, en Villaverde (Madrid); el que dirige todo sin que apenas ninguno de sus centenares de empleados llegue a verle la cara. A finales de los noventa cre¨® una multinacional entre Ruman¨ªa, Espa?a e Italia que a¨²n gestiona y que mueve millones de euros. Ha traficado con miles de mujeres. Su ¨ªdolo, seg¨²n la prensa rumana, es Al Capone.
El fugitivo ha explotado a miles de prostitutas en Espa?a durante a?os
La polic¨ªa espa?ola lo tuvo cercado en 2004. Un error, quiz¨¢ un chivatazo, dio al traste con una operaci¨®n que llevaba casi un a?o en marcha. Desde entonces se le ha buscado por medio planeta. Los rumores lo han situado en Brasil, Costa Rica... Se ha dicho de ¨¦l que ha muerto, que se someti¨® a una operaci¨®n de cirug¨ªa est¨¦tica para no ser reconocido, que modific¨® su huella dactilar... La polic¨ªa de medio mundo le sigue el rastro. Es una escurridiza pieza de extraordinario valor.
Su negocio comienza en Ruman¨ªa. All¨ª capta mujeres para trasladarlas despu¨¦s a pa¨ªses como Espa?a. Cuando llegan a Madrid las llevan a un piso ocupado por una o dos madames, les quitan el pasaporte y les ense?an su nuevo lugar de trabajo, que al principio suele ser la Casa de Campo. En alguna ¨¦poca les ha dado anoraks a sus chicas para que no pasen fr¨ªo. Todos iguales. Como si fuera su equipo de f¨²tbol particular. Las distribuye tambi¨¦n por clubes en Alicante, Valencia y el sur de Espa?a.
Las mujeres traficadas son el escal¨®n m¨¢s bajo de una organizaci¨®n perfectamente jerarquizada. Cada tres o cuatro mujeres tienen una madame. Estas tambi¨¦n quedan, en peque?os grupos, bajo el mando de un jefe que a su vez tiene otro. La junta directiva no llega a una veintena de personas que visten traje, viajan como ejecutivos y hacen reuniones a plena luz del d¨ªa en sitios c¨¦ntricos como las cafeter¨ªas de El Corte Ingl¨¦s. En la c¨²spide de la pir¨¢mide solo est¨¢ ¨¦l, Cabeza de Cerdo, viviendo entre Espa?a y Ruman¨ªa, el pa¨ªs en el que invierte, en la construcci¨®n, h¨ªpicas, autom¨®viles de lujo o joyas, el dinero que obtiene de su lucrativo imperio criminal. En Ruman¨ªa, seg¨²n se?alan fuentes policiales, es una especie de padrino que acude a las bodas cargado de fajos de billetes que reparte generosamente.
Cuando Clamparu lleg¨® a Espa?a, a finales de los noventa, el mercado de la prostituci¨®n se abastec¨ªa sobre todo de colombianas y dominicanas. Introdujo lo que ¨¦l consider¨® un nuevo producto: rumanas rubias y guapas. M¨¢s tarde, adem¨¢s, Espa?a comenz¨® a exigir visado de entrada para los ciudadanos de Colombia y Rep¨²blica Dominicana. La competencia iba perdiendo fuerza mientras ¨¦l la ganaba. Una vez logr¨® el control, todas aquellas que no estaban bajo su ¨¦gida y quisieran ocupar una plaza en los sitios que gestionaba ten¨ªan que pagar por ello.
Clamparu ha sido una obsesi¨®n para la polic¨ªa espa?ola durante la ¨²ltima d¨¦cada. Tanto para la Unidad contra las Redes de Inmigraci¨®n y Falsedad Documental (UCRIF) como para la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV). "Era como El Zorro", recuerda un inspector jefe. "Sabes que existe pero nadie le ha visto". Poco despu¨¦s de llegar a Espa?a fue detenido. Por casualidad y por un delito menor de inmigraci¨®n irregular. "Ten¨ªa que firmar los d¨ªas 1 y 15 de cada mes y cada vez lo hac¨ªa en una ciudad distinta", explican fuentes policiales. "Un d¨ªa fue a los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid. Apareci¨® con cinco guardaespaldas y una caravana de coches que se dispers¨® para despistarnos. Cada uno se fue a un sitio distinto".
La persecuci¨®n de la Polic¨ªa Nacional al clan Clamparu dur¨® casi un a?o. Les dio la pista un taxista enamorado de una prostituta. Siguieron al servicio de taxis espa?oles que contrataba la red para mover a las mujeres desde la Casa de Campo hasta los pisos en los que viv¨ªan con las madames. Despu¨¦s siguieron a estas y llegaron a los pisos de sus jefes. As¨ª fueron subiendo en la escala jer¨¢rquica hasta que un d¨ªa, meses despu¨¦s de comenzar la investigaci¨®n, apareci¨® Cabeza de Cerdo en persona. Viv¨ªa con una mujer en un bajo con jard¨ªn en Boadilla del Monte (Madrid), iba al gimnasio, se reun¨ªa con sus directivos y llevaba una vida tranquila.
Estaba todo preparado para detenerlo de madrugada y actuar a la vez contra todo el entramado. Era una operaci¨®n conjunta con la polic¨ªa rumana, que iba a llevar a cabo arrestos en su pa¨ªs. "Esa ma?ana le vimos salir de la casa en coche. Todo estaba tranquilo", recuerda uno de los agentes que particip¨® en la operaci¨®n. "De repente recibimos una llamada. Era la polic¨ªa rumana. Se hab¨ªan equivocado y hab¨ªan adelantado las detenciones". No se sabe si alguien le protegi¨® o fue un error, pero la operaci¨®n entera se frustr¨®. Cabeza de Cerdo nunca regres¨® a Boadilla. Los otros 11 pisos que se iban a registrar estaban vac¨ªos. Se hab¨ªan esfumado.
Su red ha seguido trabajando en la prostituci¨®n y explotando el negocio del copiado de tarjetas de cr¨¦dito. La polic¨ªa espa?ola ha actuado contra su gente. En una operaci¨®n conjunta con Ruman¨ªa y Rep¨²blica Checa se detuvo a la c¨²pula de la organizaci¨®n. Pero ni siquiera la acci¨®n de la polic¨ªa ha dado resultado. Los jueces suelen archivar las causas si las mujeres declaran que no hab¨ªan sido forzadas a pesar de que el proxenetismo est¨¢ penado en el C¨®digo Penal haya o no haya violencia. Y a pesar de que la polic¨ªa suele presentar pruebas m¨¢s all¨¢ del testimonio de las mujeres, a las que la red amenaza incluso con matar a sus familiares si dicen algo.
Cabeza de Cerdo fue condenado en ausencia el pasado febrero en Ruman¨ªa por tr¨¢fico de mujeres, prostituci¨®n forzosa y blanqueo. La sentencia, de apenas 13 a?os de c¨¢rcel por una ingente actividad criminal, es firme. La polic¨ªa espa?ola sigue busc¨¢ndolo. Pero ha vuelto a ser El Zorro.
Fugitivo de la Interpol
- Nombre: Ioan Clamparu.
- Fecha de nacimiento: 29 de octubre de 1968 (42 a?os).
- Lugar de nacimiento: Botosani, Ruman¨ªa.
- Nacionalidad: Rumana.
- Delitos: Crimen organizado y transnacional, delitos sexuales, tr¨¢fico de seres humanos.
- Orden de arresto: Emitida en Bucarest en 2003 (Ruman¨ªa) por el tribunal de Sibiu. La justicia rumana lo ha condenado en ausencia a 13 a?os de prisi¨®n por trata de mujeres, prostituci¨®n forzosa y blanqueo de capitales. En 2004 fue localizado en Espa?a. Escap¨®.
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