Ande o no ande, cabeza grande
Ande o no ande, cabeza grande. Esas son las ¨®rdenes que al parecer dio el due?o de la ganader¨ªa de Torrestrella a sus mayorales a la hora de embarcar toros para la Feria de Pamplona. Y as¨ª salieron, con unas arboladuras astifinas como pu?ales. Pero sin lo esencial que deben tener los toros de verdad, sin la bravura adecuada, es decir, con nad¨ªsima bravura. Fueron toros con falta muy acusada de casta. Eso es una trampa ganadera. Los toros eran ideales ¨²nicamente para que les sacaran fotos los turistas. La corrida en general transcurri¨® de manera insulsa, como una espalda tatuada.
A Rub¨¦n Pinar le toc¨® el lote m¨¢s potable, en especial el cuarto, como decimos, el m¨¢s aprovechable de los seis hermanos. Al menos lleg¨® a entender al toro. La suya fue una faena con dominio de derechazos y alguno de ellos ajustado. Mat¨® a ese toro muy bien.
TORRESTRELLA / PINAR, SALD?VAR, FERN?NDEZ
Toros de Torrestrella. Excelentemente presentados, descastados, potable el cuarto.
Rub¨¦n Pinar: estocada ca¨ªda (petici¨®n y vuelta); gran estocada (oreja).
Arturo Sald¨ªvar: estocada tendida (silencio); pinchazo y estocada (silencio).
Esa¨² Fern¨¢ndez: estocada defectuosa (silencio); pinchazo, estocada ca¨ªda y dos descabellos (silencio).
Plaza de toros de Pamplona. Tercer festejo de abono. Lleno. Jueves, 7 de julio.
Estos toros son ideales ¨²nicamente para que les saquen fotos los turistas
Con Arturo Sald¨ªvar, mexicano de Aguascalientes, el p¨²blico pamplon¨¦s se comport¨® de manera injusta. No apreci¨® el enorme esfuerzo que hizo el torero en el quinto de la tarde. Un toro de salida bastote, que parec¨ªa que no ten¨ªa un pase y gracias a la entrega del torero sac¨® a relucir una faena voluntariosa porque estuvo muy entregado, instrumentando pases con cierto mando. Con anterioridad lo recibi¨® con pases por alto, muy quieto. El p¨²blico debi¨® comprender el inter¨¦s que puso el diestro por agradar. En su primero no pudo exhibir buen toreo por falta de calidad del toro. Sin embargo, a la hora de entrar a matar lo hizo decidido, entreg¨¢ndose.
Esa¨² Fern¨¢ndez en su primero elabor¨® una faena con pases cortos, como el silbato de un tren. En el sexto demostr¨® que est¨¢ bastante verde y no muy sobrado de valor. Sus muletazos eran como alfileres sin cabeza. Es verdad que los toros tampoco acompa?aron al joven sevillano de Camas.
Babelia
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