La medida del ¨¦xito o el fracaso
El principal objetivo de la reforma era poner coto al abuso de la contrataci¨®n temporal. Por esta v¨ªa se col¨® la intensa destrucci¨®n de empleo. Y a ella apunt¨® el Gobierno en la reforma, para cerrarla. Al menos, as¨ª lo hac¨ªa en el pre¨¢mbulo, que habla de impulsar "la creaci¨®n de empleo estable y de calidad".
Para lograrlo, el Gobierno generaliz¨® el uso del contrato indefinido que cuenta con una indemnizaci¨®n por despido m¨¢s barata (33 d¨ªas por a?o trabajado) y bonific¨® hasta finales de 2010, con esta figura, las conversiones de trabajadores temporales en fijos.
El resultado ha sido un impulso de este contrato, un 31% m¨¢s; importante, pero insuficiente para empujar el conjunto de la contrataci¨®n indefinida, que no ha dejado de perder peso.
Adem¨¢s, cuando el contrato de 33 d¨ªas ha dejado de estar subvencionado, su uso ha ca¨ªdo. "Hemos propuesto encima que el periodo de transformaci¨®n de temporales en fijos se ampl¨ªe, en principio, hasta diciembre de 2011", explica Mari Luz Rodr¨ªguez, secretaria de Estado de Empleo, admitiendo la idea de queque este contrato necesita ayuda para funcionar.
"Lo que se hizo en temporalidad no es muy distinto de lo que ten¨ªamos antes", explica Florentino Felgueroso, de Fedea. Jes¨²s Cruz Villal¨®n, catedr¨¢tico de Derecho Laboral, precisa d¨®nde se centra uno de los problemas: "La reforma tuvo un impacto marginal en el contrato de obra o servicio [en referencia a la mayor¨ªa de los de duraci¨®n determinada]".
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