El amo del retablo
En Navarra la Iglesia cat¨®lica ya ha hecho suyas 1.087 propiedades
Miles de pueblos en toda Espa?a construyeron hace d¨¦cadas una casa para el cura, otra para el maestro y otra para el m¨¦dico. Unos y otros se fueron yendo y esas viviendas volvieron al pueblo, que dispuso de ellas para otros usos. Pero de la casa rectoral, o casa curato, ya se pueden olvidar, el obispado es su due?o. Si todas ellas estuvieran en Madrid, no habr¨ªa problemas para alojar a los j¨®venes que vienen a ver al Papa en agosto.
En el registro de la propiedad ahora le toca el turno a los templos de culto. Navarra parece ser la comunidad m¨¢s afectada, pero de eso no hay certeza cabal. S¨ª es, desde luego, donde se ha formado el frente de lucha m¨¢s estructurado en defensa del patrimonio. Cuentan con documentaci¨®n exhaustiva sobre lo "expoliado" y los alcaldes est¨¢n alertados de lo que ocurre. La plataforma Ekimena ha recurrido a expertos jur¨ªdicos y ha llamado a la puerta de los partidos pol¨ªticos en busca de ayuda para embridar el apetito inmobiliario de la Iglesia.
"Muchos edificios los han construido los Ayuntamientos", dice una asociaci¨®n
A falta de jueces que den un paso al frente o de Gobiernos que encaren el tema, la batalla se libra entre la pulga y elefante: Ayuntamientos de decenas de habitantes contra la poderosa di¨®cesis. Y va ganando el paquidermo. Vean si no. Inmatriculaciones: 651 templos parroquiales, 191 ermitas, 9 bas¨ªlicas, 42 viviendas y casas, 26 locales comerciales, almacenes, garajes, 2 atrios, 8 cementerios, 107 fincas, solares y terrenos, 38 prados, pastos y helechales, 12 vi?as, pinares, olivares y arbolado, y un front¨®n. Total, 1.087 desde 1998. El inventario de santos, c¨¢lices, angelitos, bordados, retablos, cristos y v¨ªrgenes ha de ser inn¨²mero.
La plataforma se constituy¨® en 2007 cuando se detect¨® "la privatizaci¨®n de iglesias y ermitas", recuerda Josemari Esparza, miembro de la misma. Y se hizo un llamamiento a todos los alcaldes. A partir de 1998, cuando el Gobierno abri¨® la v¨ªa para inmatricular tambi¨¦n lugares de culto, se desat¨® el furor. Lo mismo daba un humilladero que un parque infantil adosado a la iglesia. "Muchos de estos edificios los han construido los ayuntamientos, los han mantenido, han pagado los gastos, las reparaciones. Pero, si seguimos el razonamiento de la Iglesia de que los lugares de culto son suyos, ?c¨®mo explican entonces los que no son de culto?", reta Esparza. "Los pueblos est¨¢n indefensos. Urge conocer al detalle, y para eso solo hay que pedirlo al Ministerio de Justicia, de cu¨¢ntos edificios y lugares estamos hablando, el esc¨¢ndalo es monumental". Esparza lo sabe porque en la plataforma se reciben correos electr¨®nicos y llamadas de decenas de pueblos, de Galicia, Castilla y Le¨®n, Andaluc¨ªa, Valencia; de todas partes.
"El obispado registra una iglesia por el precio de una campana, pero la reclamaci¨®n es por el valor de lo reclamado", lamenta Esparza. "Necesitamos que se ponga un recurso de inconstitucionalidad", ruega. Cree que deben conocerse las cifras de inmatriculaciones de toda Espa?a, "que la gente sepa lo que est¨¢ pasando con el patrimonio".
"Es inmoral", se indigna ?lvaro Calder¨®n. Es "creyente y practicante". As¨ª se lo dijo al juez y al cura. Ha sido secretario de Garisoain y protagonista en el conflicto con la ermita del Pilar, juicio que gan¨® el Ayuntamiento y que la Iglesia ha recurrido. "Si son tan sensibles, que convoquen a la gente, por lo menos a los que somos cristianos, y no como lo han hecho, subrepticiamente. Investigu¨¦ en los archivos y esa ermita la construy¨® el pueblo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.