Todo el pueblo en el juzgado
Ribadulla, una parroquia de Santiso (A Coru?a), no llega a los 60 habitantes, los mismos que se re¨²nen a celebrar sus verbenas y otras cuchipandas en el terreno que rodea la iglesia. Siempre lo hicieron as¨ª, en la iglesia antigua, que qued¨® bajo las aguas de un embalse y en la nueva que levant¨® a cambio la constructora con el terreno circundante. El alumbrado p¨²blico lo ha puesto el Ayuntamiento, los ¨¢rboles, los vecinos. Hasta que la di¨®cesis de Lugo dijo basta. Y se mont¨® la de Dios. "En el obispado nos han tratado como si fu¨¦ramos aldeanos ignorantes, pero hombre, tontos no somos", dice Luis Garc¨ªa Campos, portavoz de los vecinos.
En plena batalla por la posesi¨®n del terreno unos curas for¨¢neos leyeron a los fieles una carta en la iglesia, "que ven¨ªa a decir que si no d¨¢bamos nuestro brazo a torcer, nos qued¨¢bamos sin misas". Como en una pel¨ªcula de Berlanga, los curas encargados de leer el mensaje se comieron las hostias, apagaron la luz y cerraron con llave. Unos tres meses estuvieron los fieles sin o¨ªr misa. Pero no se arredraron. El obispo pleite¨® y el pueblo entero acab¨® declarando en el juzgado.
-Ver¨¢ se?or juez, d¨¦jeme que yo le cuente c¨®mo ha sido esto desde siempre...
Pero el juez no permiti¨® a uno de los m¨¢s viejos del lugar que se explicara, solo que contestara las preguntas del abogado demandante. Garc¨ªa Campos lo recuerda bien. "Todos declararon y no hubo contradicci¨®n alguna entre ellos. El abogado del obispado pretend¨ªa que no estuvieran todos en la sala, sino que declararan uno a uno, pero el juez tampoco acept¨® esto". El juicio se gan¨® y lo celebraron con gran bullicio, "pero han recurrido".
Como se ha dicho, el agua de un embalse ahog¨® para siempre la antigua iglesia -la de ahora es de nueva construcci¨®n, "muy fea, la verdad"- pero antes de que eso ocurriera, "el cura vendi¨® las piedras, la pila, el retablo. Y los vecinos las acarrearon. Tambi¨¦n hicieron la casa rectoral, en un terreno cedido, con la madera que cortaron del monte. Todo era p¨²blico. En los a?os sesenta la Iglesia la puso a su nombre".
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