Frases y cupl¨¦s
Hay fechas en las que resulta dif¨ªcil esquivar su significado y remueven la bilis en las entra?as. Mejor, pues, postular el olvido, y buena f¨®rmula es llevar el recuerdo a¨²n m¨¢s atr¨¢s, escogiendo momentos apacibles, ingeniosos, ingenuos. Tenemos un tesoro los espa?oles que es el del refranero, contra el que trinan supuestos puristas, especie de eruditos a la pu?eta, que rima, quiz¨¢s por estar lleno de sabidur¨ªa, cosa de poco fiar.
Algunos se remiten a esos arco¨ªris de la sensatez, sin citar la fuente, quiz¨¢ porque la suponen. Entre ellos est¨¢n los que se apropian de lugares comunes como patrimonio familiar y nos sueltan: "Pues, como dec¨ªa mi abuela Enriqueta, no por mucho madrugar amanece m¨¢s temprano". O un "verdes las segaron", que repet¨ªan el t¨ªo Leoncio, o El Desali?ao. Viene a ser como levantar la esquina de una carta cuando se est¨¢ jugando dinero al p¨®quer, hay que ver todas las dem¨¢s.
Escritores muy serios y academicables descend¨ªan al cupl¨¦ para ganar alg¨²n dinerillo
Tambi¨¦n es s¨®lito atribuir esas obviedades a personajes amigos con los que presumir de relaci¨®n. En estas p¨¢ginas, en otro d¨ªa, un par de colaboradores unieron sus caletres no recuerdo bien sobre qu¨¦ tema, pero s¨ª la alusi¨®n hecha al desaparecido novelista catal¨¢n, un millonario criado en el Raval, V¨¢zquez Montalb¨¢n, que hizo meritorios esfuerzos por crear personajes literarios, revueltos con incursiones en otras actividades, la gastronom¨ªa en este caso. Uno se acuerda de Nero Wolfe, el gordo a quien no hab¨ªa manera de arrancar de la proximidad de sus adoradas orqu¨ªdeas. O ese genial detective y guardia municipal manchego que se invent¨® Garc¨ªa Pab¨®n, llamado, para mayor inri, Plinio. Los colegas dan como frase afortunada de Montalb¨¢n el retazo de un cupl¨¦, "De d¨®nde sacan / para tanto como destacan", y me ha crujido en el recuerdo la picante y certera letra, reconstruida acogotando la memoria, confirmada en Internet, donde se pueden encontrar las cosas m¨¢s ins¨®litas.
El fallecido escritor se refer¨ªa a la letra de una de estas pieza que a menudo han perdido el nombre del autor, pues hab¨ªa escritores muy serios y academicables que, para ganar alg¨²n dinerillo, descend¨ªan no solo al cupl¨¦, a la canci¨®n p¨ªcara, sino a escribir novelas pornogr¨¢ficas. Por eso en mis recuerdos juveniles flamean algunas de esas piezas que estaban, como es deducible, muy bien escritas, galanas e ingeniosas. En la tertulia que mantuvo durante a?os el abogado Luis Zarraluqui padre se reun¨ªan unos cuantos intelectuales que hab¨ªan vivido lo mejor de los a?os del siglo anterior, y durante el sabroso cocido hac¨ªan las delicias de los m¨¢s j¨®venes, que ¨¦ramos, por este orden, yo y Eduardo Haro, a quien llevaba cinco a?os.
Asist¨ªan el marqu¨¦s de Sangr¨®niz, don Pedro Sainz Rodr¨ªguez, D¨ªaz Ca?abate -de este, que era persona encantadora y sabia, corr¨ªa una maldad rimada: "?Qui¨¦n es ese botarate / que en todas partes se mete / y que en vez de Ca?abate / ya le dicen 'co?o, vete'?"-, viejos amigos entre ellos, con mil aventuras corridas en muchos terrenos. Charlando sobre el tema, uno recordaba la piececita teatral titulada El yate Judith y se pon¨ªan de relieve historietas personales que arrojaban unos a otros como si fueran chiquillos en la escuela. Pues de donde V¨¢zquez Montalb¨¢n sac¨® la frase no fue de su caletre, bien amueblado, sino del gracioso cupl¨¦ que no resisto reproducir, para evitar trabajo a los internautas perezosos. Se llama La chica del 17, y dice as¨ª, con una m¨²sica que siento no poder transcribir:
"La chica del 17 de la plazuela de Tribulete / nos tiene con sus toilettes / revuelta a la vecindad. / La gente ya la critica / pues hace tiempo que no se explica / a d¨®nde va la chica / tan bien plant¨¢. / Por eso a las vecinas les da por murmurar / y al verla tan compuesta, le dicen al pasar: / ?D¨®nde se mete / la chica del 17? /?De d¨®nde saca, para tanto como destaca? / Pero ella dice / al verlas en ese plan: / La que quiera coger peces / que se acuerde del refr¨¢n". Expl¨ªcitamente, mojarse el culo.
Sigue la insidiosa letra: "La chica del 17 lleva zapatos de tafilete, / sombrero de gran copete y abrigo de petit gris. / Los guantes de cabritilla, / medias de seda con espiguilla / y viste la chiquilla como en Par¨ªs. / Por eso a las vecinas les da por murmurar..." y se repite el estribillo. Aquellos ancestros se divert¨ªan m¨¢s que nosotros, creo.
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