Merkel y Sarkozy pactan una l¨ªnea para la cumbre

La tricolor francesa ondeando en la Canciller¨ªa entre las banderas de Alemania y de Europa confirma la gravedad del momento. Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, acudi¨® ayer a Berl¨ªn para reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, y consensuar con ella una l¨ªnea com¨²n de cara a la decisiva cumbre del euro que hoy se celebrar¨¢ en Bruselas. La jefa del Gobierno alem¨¢n y el presidente franc¨¦s se entrevistaron tras varias semanas de negociaciones infructuosas sobre la soluci¨®n a la crisis griega, que ha acabado afectando a Italia y Espa?a.

Fueron seis horas de incertidumbre en la Canciller¨ªa berlinesa que terminaron entrada ya la madrugada. Merkel y Sarkozy alcanzaron una propuesta conjunta para salvar el euro, que presentar¨¢n hoy en la cumbre de Bruselas, y que fue consensuada con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, que se sum¨® a la reuni¨®n sobre la marcha en torno a las diez de la noche. As¨ª lo afirm¨® el portavoz del Gobierno alem¨¢n, Steffen Seibert, al t¨¦rmino del encuentro. Es de esperar, por tanto, que los 17 pa¨ªses del Eurogrupo confirmen hoy el segundo programa de rescate griego.

La tasa a la banca emerge como una de las opciones favoritas

Alemania y Francia negocian la mejora de las condiciones de la ayuda a Atenas

Gana peso la posibilidad de potenciar el fondo de rescate

La canciller y Sarkozy hab¨ªan acordado el encuentro a ¨²ltima hora del martes, despu¨¦s de una conversaci¨®n telef¨®nica en la que no lograron ponerse de acuerdo en diversos puntos del nuevo rescate griego. La cuesti¨®n candente es c¨®mo participar¨¢ el sector privado en el segundo paquete que ha de preservar a Grecia de la bancarrota. Para Alemania, esta participaci¨®n privada es una condici¨®n ineludible para participar en el segundo rescate multimillonario de las maltrechas finanzas helenas.

Que Sarkozy volara a Berl¨ªn a ¨²ltima hora en una visita fuera de agenda ofrece una idea de las dificultades. El portavoz del Gobierno alem¨¢n Steffen Seibert dijo que cuando las cosas superan cierto grado de complejidad, "es bueno verse las caras" para mejorar el entendimiento.

Precedieron a la cumbre de hoy una larga serie de declaraciones y advertencias sobre el peligro de encallar en la b¨²squeda de una respuesta a la situaci¨®n de Grecia. El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, asegur¨® que si la cumbre fracasa "las consecuencias negativas se sentir¨¢n en todos los rincones de Europa y fuera de ella". El ministro de Exteriores alem¨¢n, Guido Westerwelle, habl¨® de "momentos decisivos para nuestro continente", al que los Gobiernos de Alemania y Francia "no van a dejar en la estacada". El Gobierno alem¨¢n hab¨ªa obligado a posponer la cita con sus socios europeos, que la Comisi¨®n propuso celebrar el pasado viernes.

Pero ayer, antes de la reuni¨®n, lo ¨²nico que estaba claro es que en el men¨² de propuestas que tendr¨¢n sobre la mesa los 17 jefes de Estado y de Gobierno habr¨¢ esta ma?ana variedad; tal vez demasiada variedad. El nuevo plan de rescate para Grecia requerir¨¢ en torno a 70.000 millones de euros en forma de nuevos pr¨¦stamos por parte de la UE y del Fondo Monetario Internacional. Esas ayudas son en realidad pr¨¦stamos: la propuesta m¨¢s viable pasa por ampliar los plazos de devoluci¨®n y reducir los tipos de inter¨¦s que paga Atenas por esos fondos para dar un poco m¨¢s de aire a las maltrechas finanzas p¨²blicas griegas. Adem¨¢s, la eurozona se plantea potenciar y flexibilizar el fondo de rescate (EFSF, por sus siglas en ingl¨¦s) de manera que compre directamente deuda helena o preste dinero al Tesoro griego para que sea este quien recompre sus propios bonos. La deuda griega cotiza ahora con un fuerte descuento, puesto que los mercados creen que Atenas acabar¨¢ suspendiendo pagos. Con esa medida, la presi¨®n de los mercados sobre Grecia -y sobre otros pa¨ªses con problemas- se reducir¨ªa notablemente.

Pero para que eso ocurra Alemania impone condiciones. Berl¨ªn exige desde hace meses una reestructuraci¨®n de la deuda griega en manos del sistema financiero en paralelo a las nuevas ayudas europeas o a la ampliaci¨®n del fondo de rescate. Merkel y Sarkozy llevan meses negociando f¨®rmulas para tratar de que los tenedores de bonos -principalmente entidades financieras- acepten voluntariamente reinvertir parte del dinero en deuda griega a largo plazo. Esa posibilidad cuenta con un inconveniente serio: las grandes agencias estadounidenses de calificaci¨®n podr¨ªan calificar esa operaci¨®n como impago, con el consiguiente efecto contagio hacia toda Europa.

Ante la presi¨®n que imponen esas agencias, otra de las ideas -que ha ido ganando adeptos en las ¨²ltimas horas- es que el sector financiero participe en el rescate a trav¨¦s de una tasa especial. Este impuesto, que permitir¨ªa recaudar unos 30.000 millones de euros, gravar¨ªa los beneficios de todos los bancos de la zona euro, sin tener en cuenta si tienen o no deuda griega. Obviamente, los ejecutivos y los accionistas de las entidades no implicadas en la ci¨¦naga griega lo consideran una medida inaceptable.

Los analistas ni siquiera descartan que la eurozona ponga todas las cartas sobre la mesa y reconozca que Grecia, simple y llanamente, no puede pagar. Un paso tan dr¨¢stico podr¨ªa desencadenar una reacci¨®n como la que hace tres a?os puso al borde del colapso al sistema bancario internacional con la quiebra de Lehman Brothers.

Lo m¨¢s probable es que Berl¨ªn y Par¨ªs acaben poni¨¦ndose de acuerdo al menos en una cosa: la UE renegociar¨¢ las ayudas a Grecia -y puede que tambi¨¦n a Irlanda y Portugal- con la idea de abaratar los pr¨¦stamos europeos. En ese segundo plan de ayuda, adem¨¢s, Grecia conseguir¨¢ fondos adicionales: m¨¢s dinero. Pero eso es algo que el Parlamento y los ciudadanos alemanes son bastante reacios a proporcionar, al menos sin involucrar a cambio a la banca en el pago de la factura.