Soros, el sorprendente
Si hay una constante en la prol¨ªfica vida del gran especulador h¨²ngaro-norteamericano George Soros es su capacidad de suscitar sorpresa. Y su caracter¨ªstica de ser, como el dios Jano, una personalidad que ofrece diversos perfiles. Soros acaba de anunciar que cierra su fondo Quantum a los socios no familiares y que seguir¨¢ mareando la perdiz en las tormentas financieras, pero ya solo en beneficio de los m¨¢s pr¨®ximos.
Lo curioso de la decisi¨®n es que se produce como reacci¨®n a una de las normativas emanadas de la ley Dodd-Frank y en su primer aniversario: aquella por la cual todos los fondos que gestionen activos por m¨¢s de 150 millones de d¨®lares deben registrarse ante la SEC, el equivalente norteamericano de nuestra Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores. Lo enjundioso del caso es que a Soros no le apetece nada lidiar con esta nueva exigencia de transparencia emanada de una Administraci¨®n, la de Obama, que cont¨® con su apoyo.
Este Soros al que tantos ciudadanos brit¨¢nicos odiar¨¢n o poco menos, es el negociante que en los primeros a?os noventa multiplic¨® su fortuna hasta los 1.000 millones de d¨®lares apostando a la baja contra la libra esterlina y logrando su expulsi¨®n del Sistema Monetario Europeo. Es el mismo maravilloso mecenas que tanto contribuy¨® al fin del apartheid en Sud¨¢frica, y a la evoluci¨®n democr¨¢tica de los pa¨ªses de Europa del Este, gracias a la actividad de las fundaciones que cre¨®, a imagen de su Open Society Foundation, que lleva por t¨ªtulo el del principal libro de su maestro Popper.
Hombre contradictorio, es capaz de criticar a la misma mano que le da de comer: "El auge de la globalizaci¨®n ha sido un proyecto del fundamentalismo mercantil; al facilitar el movimiento internacional de capitales, ha dificultado a los pa¨ªses individuales gravar o regular el capital", escribi¨®. Y no se le caen los anillos. Que se sepa, es el ¨²nico especulador intelectualmente tan prol¨ªfico y de una obra tan sustanciosa. En ella destacan, adem¨¢s, ensayos como La alquimia de las finanzas, Abriendo el sistema sovi¨¦tico o La burbuja de la supremac¨ªa norteamericana. Ninguno de ellos mediocre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.