Regenerando la medicina
El nuevo C¨®digo Deontol¨®gico de la Profesi¨®n M¨¦dica es un texto no solo excelente, tambi¨¦n sorprendente. Los autores y colaboradores quiz¨¢s no se percaten por su proximidad al texto, pero, aplicando una lente de gran angular, vemos un meritorio af¨¢n de elevar el list¨®n ¨¦tico de la ciencia y el arte de la medicina. Un anticorporativo esfuerzo de autoexigencia ante los pacientes y la sociedad, y un hist¨®rico salto en la propia definici¨®n de los compromisos con la ciudadan¨ªa.
Este c¨®digo mejora pero trasciende al individualismo hipocr¨¢tico y abarca la medicina moderna colaborativa entre facultativos y el entorno de sistemas p¨²blicos de salud, entendidos como mecanismo de realizaci¨®n de la nueva responsabilidad de la medicina ante la salud poblacional, la mejor herencia de las sociedades avanzadas del siglo XX.
Pero la sorpresa no solo viene del contenido, sino sobre todo del contraste con el entorno. Este esfuerzo por regenerarse, cuando socialmente los m¨¦dicos tienen una enorme valoraci¨®n social, contrasta con la crisis de confianza de la sociedad con sus representantes pol¨ªticos e institucionales, con los bancos, la judicatura o la Universidad. Muchos de estos colectivos son refractarios a las cr¨ªticas externas e internas, y se encuentran c¨®modamente instalados en una cultura de "confortable estado del malestar".
La medicina espa?ola est¨¢ dando un enorme ejemplo; no s¨®lo de autoexigencia, sino tambi¨¦n de tolerancia interna. Porque dentro de los m¨¦dicos inevitablemente se reproduce todo el arco ideol¨®gico de la sociedad. Y tambi¨¦n se contagian las tentaciones doctrinarias, sectarias y fan¨¢ticas que tanto est¨¢n da?ando la convivencia de nuestros conciudadanos. Pero en beneficio del paciente y la sociedad, el nuevo c¨®digo ha encontrado un camino para ensanchar el espacio de encuentro y consenso, que tambi¨¦n manda se?ales de capacidad de di¨¢logo y de construcci¨®n de un discurso com¨²n desde la diversidad.
Notables, por tanto, las discordancias entre lo que las instituciones pol¨ªticas no hacen, y lo que la medicina espa?ola, de forma callada y comprometida, ha sido capaz de desarrollar en este tiempo. Las cosas se hacen a trav¨¦s de las personas; las instituciones deben ganarse el futuro con su comportamiento. En el turbulento panorama que nos rodea, la profesi¨®n m¨¦dica tiene una buena noticia: una organizaci¨®n colegial que contra viento y marea est¨¢ en clave de regeneracionismo moral. La sociedad espa?ola debe compartir esta buena nueva y usarla de ejemplo para otros procesos de contrato social pendientes, tanto en la sanidad, como en las esferas econ¨®micas, educativas, institucionales y pol¨ªticas.
Un deseo final: que este ejemplo de buen gobierno que est¨¢ dando la profesi¨®n m¨¦dica contagie al sistema nacional de salud y al funcionamiento colaborativo del Estado de las autonom¨ªas.
Jos¨¦ R. Repullo y Jos¨¦ Manuel Freire son profesores de la Escuela Nacional de Sanidad-Instituto de Salud Carlos III
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