Miami vertical

Durante muchos a?os, los residentes de Miami Beach han mirado con desd¨¦n al otro lado de la bah¨ªa Vizca¨ªna, a la zona de grandes rascacielos que se recortan contra el horizonte de los atardeceres tropicales. All¨ª se alza la ciudad de Miami como tal, una de las metr¨®polis m¨¢s castigadas por la crisis hipotecaria, que qued¨® vac¨ªa durante a?os. Sus calles, dec¨ªan en las playas, guardaban el mismo encanto de un solar o un aparcamiento. Parec¨ªa que nadie viviera all¨ª y, a tenor de las grandes torres que languidec¨ªan en la oscuridad, no daba la impresi¨®n de que nadie lo fuera a hacer en un futuro pr¨®ximo. Y de repente, por sorpresa, el centro de Miami renaci¨®. Ahora bulle con hoteles, restaurantes, clubes privados, spas y tiendas de arte. Despu¨¦s de muchos a?os siendo la hermana fea, Miami puede mirar ahora a South Beach, Coconut Grove y Coral Gables con cierto aire de superioridad.

Miami ha despertado de su letargo con aires de Manhattan tropical. Le ha copiado a la gran manzana ideas como los resplandecientes rascacielos de cristal. Su silueta la define un edificio que es al sur de Florida lo que el Empire State es a Nueva York. Tradicionalmente se ha llamado la Torre de Bank of America. Hoy se conoce como Torre Miami. Lo proyect¨®, en los ochenta, el arquitecto chino I. M. Pei, padre de la pir¨¢mide del Louvre en Par¨ªs. Ya aparec¨ªa en los t¨ªtulos de cr¨¦dito de Corrupci¨®n en Miami, apuntando a una tendencia que se ha convertido en norma 30 a?os despu¨¦s: Miami es ciudad de rascacielos. Como el Empire State, la Torre Miami se ilumina por la noche con los colores que requiere la ocasi¨®n: rojo para Navidad, verde por San Patricio y azul, blanco y rojo el 4 de julio.

Los nuevos desarrollos se centran en el sur del distrito financiero, en la zona conocida como Brickell, nuevo centro neur¨¢lgico de la noche miamense. Le debe su nombre a William Brickell, cofundador de Miami en el siglo XIX. A su muerte, su viuda, Mary, pobl¨® esas calles de grandes mansiones, por lo que recibi¨® en un d¨ªa lejano el nombre de Millionaire Row. Sin embargo, la ¨²ltima millonaria en comprar una casa all¨ª fue Madonna, en 1992. Y la vendi¨® en 2000. Desde entonces solo se han construido grandes torres, entre ellas, la m¨¢s alta de Florida, la Four Seasons, que alberga un hotel de lujo, tres restaurantes y una piscina con servicio de c¨®cteles. M¨¢s impactantes son las vistas desde la terraza del hotel Conrad, en el 25 piso de la torre hom¨®nima, con vistas a South Beach, Fire Island y Key Biscayne.

Gran parte del estilo cosmopolita y a la vez colorista de Miami es obra del estudio Arquitectonica, liderado por Bernardo Fort-Brescia y Laurinda Hope Spear, que ha dise?ado una quincena de edificios en Miami. Todos tienen un marcado sentido del dramatismo en sus fachadas, con colores s¨®lidos y l¨ªneas contundentes. El m¨¢s reconocible es el American Airlines Arena (estadio del equipo de la NBA Miami Heat, de 1998) y uno de los ¨²ltimos, el Icon Brickell, un complejo de tres rascacielos al borde de la bah¨ªa. En los ¨²ltimos pisos de uno de ellos se encuentra el muy exclusivo Club 50 de Viceroy, un lounge con piscina, decorado en estilo retro, abierto por la noche de mi¨¦rcoles a s¨¢bado, ideal para ver atardecer.

Miami ha copiado a Nueva York otro concepto cosmopolita: el de un hotel escondido dentro de otro hotel. Esta es una ciudad donde los d¨ªas de fr¨ªo son casi inexistentes y se ha convertido en destino de numerosas celebridades, como Matt Damon, Eva Mendes o Leny Kravitz. El hotel boutique Beaux Arts (que est¨¢ dentro de un Marriott de mayores dimensiones) es un refugio ideal para famosos. Todo en ¨¦l es exclusivo, comenzando por la recepci¨®n, que se halla oculta. Tiene ¨²nicamente 44 habitaciones y sus instalaciones solo est¨¢n abiertas a los hu¨¦spedes. No ofrecen descuentos, pero en cada habitaci¨®n hay iPad y cafeteras Illy. Para los muchos jugadores de la NBA que visitan la ciudad hay camas de 215 cent¨ªmetros.

Una feria de dise?o

Como cualquier metr¨®poli que se precie, Miami tendr¨¢, en un futuro, su tienda Louis Vuitton. Es el pr¨®ximo y esperado a?adido a la vibrante zona del Design District, 18 manzanas de edificios industriales, del periodo de entreguerras, que la constructora Dacra convirti¨® a lo largo de la d¨¦cada pasada en un valioso enclave de arte y dise?o. En la revitalizaci¨®n de esa ¨¢rea, contigua al llamado Peque?o Hait¨ª, ha tenido mucho que ver la feria Design Miami, centrada en dise?o y mobiliario de interior del siglo XX y que se celebra cada mes de junio desde 2005. Entonces era una zona depauperada y de edificios desocupados. Hoy ostenta tiendas como Fendi Casa, Y3 o Christian Louboutin.

Una de las joyas del Design District es el edificio Moore, que en 1921 abri¨® como tienda de muebles y en cuyo interior la arquitecta iraqu¨ª Zaha Hadid cre¨® la instalaci¨®n Elastika, de aspecto org¨¢nico y compuesta por grandes hebras enlazadas a lo alto de cuatro plantas. No muy lejos est¨¢ el museo que alberga la colecci¨®n de Rosa y Carlos de la Cruz, 3.000 piezas de arte moderno en un preclaro edificio dise?ado por John Marquette y abierto al p¨²blico en diciembre de 2009. En el Design District hay peque?as casas de dise?o, tiendas y restaurantes de todo tipo. Hace a?os, esas calles eran un oasis en Miami. Hoy son parte central de un nuevo car¨¢cter y una renacida personalidad.