"Prefiero morir antes que admitir mi culpa"
El preso que falleci¨® tras una huelga de hambre hab¨ªa pedido la revisi¨®n de su condena por violar a una ni?a
Muri¨® proclamando su inocencia, tras un ag¨®nico ayuno de cinco meses. Touhami Handaoui estaba condenado a 16 a?os de c¨¢rcel por robar y violar a una adolescente. "Yo no he hecho eso. Soy inocente", proclam¨® en el juicio. Hace cinco meses se declar¨® en huelga de hambre para exigir la revisi¨®n de su caso. Y llev¨® su demanda hasta las ¨²ltimas consecuencias: falleci¨® el pasado domingo en Teruel. Su protesta desesperada apenas tuvo eco. Muy diferente habr¨ªa sido de ser el etarra I?aki de Juana Chaos. Pero ¨¦l no era m¨¢s que un alba?il marroqu¨ª, un don nadie. Touhami, soltero, nacido el 1 de octubre de 1970 en Douar El Tamime (Marruecos), fue detenido en diciembre de 2003. Por pura casualidad. Fue al cuartel de la Guardia Civil de Torrevieja (Alicante) para realizar un tr¨¢mite relacionado con su coche... y all¨ª mismo fue apresado. Una menor que estaba en el cuartel reconoci¨® su voz y desde el primer momento le acus¨® de ser el hombre que le hab¨ªa violado.
El ¨²ltimo reo que pereci¨® tras un ayuno fue Albert Panad¨¦s en 2002
La menor, deportista de ¨¦lite pese a su juventud, hab¨ªa sido atacada por un hombre en la urbanizaci¨®n El Limonar de Torrevieja, cerca del restaurante El Mes¨®n. Sobre las nueve y media de la noche, el agresor le abord¨® por detr¨¢s, le tap¨® la boca y le exigi¨® que le diera una diadema de plata, un tel¨¦fono m¨®vil y los cinco euros que llevaba encima. A continuaci¨®n, forz¨® a la chiquilla a tocarle los genitales, a la vez que ¨¦l hac¨ªa lo mismo con ella. Con pu?etazos y tirones de pelo, esta fue obligada a practicarle una felaci¨®n. El violador huy¨®, dejando a la v¨ªctima herida y aterrorizada.
La ni?a describi¨® "con precisi¨®n" los rasgos f¨ªsicos de su agresor, hasta el punto de que la Guardia Civil elabor¨® un retrato-robot "en el que se aprecia el gran parecido que presenta con las fotograf¨ªas de Touhami", seg¨²n recalca el tribunal alicantino que a?os despu¨¦s le consider¨® culpable. No solo eso: la violada examin¨® 500 fotograf¨ªas y en una de ellas se?al¨® de forma tajante a este hombre como el que hab¨ªa abusado de ella. Cada vez que fue llamada al juzgado, se ratific¨®. Pese a todo, el acusado fue excarcelado en agosto de 2004 en espera del juicio, que tard¨® m¨¢s de cuatro a?os en llegar. ?Por qu¨¦ no aprovech¨® la ocasi¨®n para huir? Probablemente porque estaba convencido de que ser¨ªa absuelto.
El presidente del tribunal pidi¨® al reo: "Mire a la v¨ªctima". Tuvo que orden¨¢rselo varias veces porque ¨¦l bajaba la cara. Pero la ni?a, oculta tras un biombo, no dud¨® un ¨¢pice: "S¨ª. Es ¨¦l". Por si eso no era suficiente, una vecina declar¨® que el d¨ªa de autos hab¨ªa visto al acusado en la zona donde ocurrieron los hechos. Y a¨²n m¨¢s: un amigo del acusado testific¨® "con firmeza" que ambos hab¨ªan estado juntos en un bar de una urbanizaci¨®n pr¨®xima a El Limonar, pero que se separaron a las ocho de la tarde. Y m¨¢s todav¨ªa: la adolescente reconoci¨® sin ambages que su agresor llevaba un jersey verde y unas chillonas zapatillas de color azul fluorescente, iguales a las que la Guardia Civil encontr¨® en la casa del sospechoso.
Todo apuntaba en contra de Touhami hasta que surgi¨® una controversia a cuenta de una cazadora que vest¨ªa la ni?a aquella noche. El Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa descubri¨® en esa prenda una manchita de esperma que no correspond¨ªa al procesado. La menor explic¨® entonces que ese d¨ªa llevaba esa chaqueta porque se la hab¨ªa prestado una amiga. El tribunal consider¨® "irrelevante" este hecho, agregando que "distinto hubiera sido que la muestra de semen se hubiera obtenido en la boca de la menor". En este supuesto, claro est¨¢, las sospechas contra Touhami se habr¨ªan desvanecido por completo. Pero no era as¨ª.
Durante todo el proceso, Touhami insisti¨® a su abogada, Mar¨ªa Teresa Tirado Pel¨¢ez, que era inocente y apenas le facilit¨® pistas o datos que sirviesen para desvirtuar las acusaciones del fiscal. El 23 de febrero de 2009, los magistrados sentenciaron al marroqu¨ª a 13 a?os por agresi¨®n sexual y a tres a?os m¨¢s por robo con violencia, adem¨¢s de tener que resarcir a la v¨ªctima con 12.000 euros por da?os morales.
El condenado segu¨ªa sosteniendo su inocencia y present¨® un recurso de casaci¨®n ante el Tribunal Supremo contra algunos testimonios e insistiendo en la existencia de la cazadora con una peque?a mancha de semen que no era suyo. Cre¨ªa con terquedad que esa era una prueba que le exculpaba. Sin embargo, el Supremo inadmiti¨® el recurso. Un mazazo. Fin del proceso.
Touhami fue a dar con sus huesos a la prisi¨®n de Teruel en mayo del a?o pasado. "Era un preso de conducta adaptada y normalizada", seg¨²n su ficha penitenciaria. Jam¨¢s recibi¨® ni una visita. El pasado enero, sin embargo, le dio por exigir una revisi¨®n de su condena. Se cre¨ªa v¨ªctima de un error judicial. Repet¨ªa que su esposa y su hijo le abandonaron por ello. "Prefiero morir antes que admitir mi culpa", repet¨ªa. El 21 de enero pasado se declar¨® en huelga de hambre, con una tenaz determinaci¨®n de llevarla hasta sus ¨²ltimas consecuencias. Falleci¨® el pasado domingo. Sigui¨® as¨ª el tr¨¢gico sendero de Albert Panad¨¦s Soler, de 45 a?os, que muri¨® en junio de 2002 tras dos meses sin probar bocado en protesta por no obtener la semilibertad ni la libertad condicional.
Aparte de Hanadoui y Panad¨¦s, los ¨²nicos reclusos muertos por huelga de hambre en la democracia han sido los supuestos miembros de los GRAPO Juan Jos¨¦ Crespo Galende, en 1981, y Jos¨¦ Manuel Sevillano, en 1990.
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