El acuerdo sobre la deuda consolida a Obama en el centro pol¨ªtico de EE UU
Tras la aprobaci¨®n en las dos C¨¢maras, el presidente convierte el pacto en ley
La crisis que durante semanas ha agotado las energ¨ªas de EE UU ha servido para situar a los dos grandes partidos norteamericanos en sus posiciones de salida de cara a la campa?a de 2012 y, especialmente, para confirmar a Barack Obama como aspirante a la reelecci¨®n con la etiqueta de centrista. Dem¨®cratas y republicanos inician ahora lo que ser¨¢ una dura y apasionante competencia entre dos modelos muy diferentes de Estado y dos visiones contradictorias sobre los EE UU del futuro. "Reducir el d¨¦ficit es parte de la agenda, pero no es toda la agenda. Hay que hacer mucho m¨¢s para asegurar el crecimiento econ¨®mico", dijo ayer el presidente como anuncio de la principal misi¨®n que hay por delante.
"Reducir el d¨¦ficit es parte de la agenda, pero no es toda", dice el mandatario
El Tea Party pondr¨¢ dif¨ªcil al Partido Republicano elegir un l¨ªder moderado
Con la ratificaci¨®n del Senado (74 a favor y 26 en contra) y la firma del presidente, se consum¨® ayer el proceso de convertir en ley el acuerdo que permite la extensi¨®n del techo de deuda y evita la suspensi¨®n de pagos de EE UU. Se aborta el cataclismo que se tem¨ªa, y eso en s¨ª ya es motivo de celebraci¨®n y justifica las concesiones que hayan tenido que hacerse en este proceso. Pero, al margen de eso, poco se ha avanzado en cuanto a la soluci¨®n de los grandes problemas nacionales.
Por esa raz¨®n, este es un acuerdo que no ha dejado satisfecho a nadie. Es una criatura hu¨¦rfana. Cuando los congresistas pronunciaban su s¨ª en la C¨¢mara de Representantes en la noche del lunes, sonaba como el balido de una oveja en el matadero. El acuerdo fue aprobado por 269 votos, pero con suficientes votos en contra (95 dem¨®cratas y 66 republicanos) como para dejar claro que solo la lealtad partidista y el sentido del deber de la mayor¨ªa permitieron sacarlo adelante. Un gran empuje emocional represent¨® la presencia en la sala de Gabby Giffords, la congresista dem¨®crata de Arizona que en enero recibi¨® un disparo en la cabeza que la tuvo al borde de la muerte. Contribuy¨® al consenso con su voto afirmativo.
Pero tanto ese consenso como ese acuerdo son un espejismo. Las principales preocupaciones econ¨®micas siguen ah¨ª y el enfrentamiento pol¨ªtico continuar¨¢ y, probablemente, se agudizar¨¢. Este acuerdo es un paso para reducir el d¨¦ficit y aligerar una deuda que alcanza los 14,3 billones de d¨®lares, pero a¨²n est¨¢ sujeto a posteriores negociaciones y obst¨¢culos. Adem¨¢s, a cambio, puede encoger la econom¨ªa y agravar el desempleo.
Desde el punto de vista pol¨ªtico, la frustraci¨®n que el pacto ha causado en la derecha y en la izquierda de los dos partidos permite pronosticar que ambas fuerzas van a contraatacar con m¨¢s violencia en la medida en que se aproxime la fecha electoral. El Tea Party es el principal responsable de que la crisis de estos d¨ªas haya ocurrido y es el que ha impuesto el principio de deuda a cambio de reducci¨®n de gasto p¨²blico, pero no est¨¢ satisfecho del resultado final y anuncia nuevas batallas. La izquierda ha roto definitivamente con Obama y ahora aspira a abrirse su propio espacio en el Partido Dem¨®crata. A¨²n no se habla de ello, pero ya no es impensable que surja una candidatura alternativa a la del presidente en las pr¨®ximas primarias.
Ese escenario sit¨²a a Obama en el centro, donde siempre ha querido estar y a donde se ha visto definitivamente empujado por las tensiones de los ¨²ltimos d¨ªas. Distintos portavoces de la izquierda pidieron al presidente que no negociara recortes sociales con los republicanos, que utilizara poderes constitucionales para elevar el techo de deuda sin autorizaci¨®n del Congreso, aun a riesgo de una crisis institucional. Pero Obama no lo hizo. Asumi¨® la necesidad de reducir los gastos y acept¨® no aumentar impuestos a las rentas altas.
Ahora ya no tiene otra alternativa que la de defender ante la naci¨®n su propuesta centrista con la esperanza de ganar votos independientes a riesgo de perder otros en la izquierda. Puede ser una buena apuesta.
Con un Partido Republicano empujado a la derecha por el Tea Party, es poco probable que pueda surgir de sus elecciones primarias un candidato con credenciales como para disputarle al presidente el centro. Los dos favoritos actualmente en los caucus de Iowa de enero, Mitt Romney y Michele Bachmann, se han opuesto al acuerdo sobre la deuda.
Si el protagonismo del Tea Party no cede en los pr¨®ximos meses, ser¨¢ dif¨ªcil que los republicanos no terminen coronando a un candidato que asuste a los independientes y aterrorice a la izquierda, que tendr¨¢ que firmar la paz con Obama como mal menor. Los c¨¢lculos en pol¨ªtica no valen gran cosa y todo este escenario puede verse desfigurado de repente por m¨²ltiples circunstancias. Pero la apuesta de Obama por el centrismo no es solo t¨¢ctica. Esa ha sido su l¨ªnea fundamental de gobierno y as¨ª es su personalidad. Obama est¨¢ c¨®modo en la conciliaci¨®n y el acuerdo. Fuera de la decisi¨®n de atrapar a Bin Laden, no se le recuerda ning¨²n otro pu?etazo sobre la mesa.
?Y ahora qu¨¦?
Los pasos que siguen al acuerdo sobre la deuda son:
- Aumento inmediato del l¨ªmite de la deuda en 400.000 millones de d¨®lares para evitar el impago.
- Aumento adicional de otros 500.000 millones para salvar la situaci¨®n hasta el pr¨®ximo febrero.
- 1 de octubre de 2011: Comienzan los recortes de gasto p¨²blico, que deben reducir el d¨¦ficit en 917.000 millones de d¨®lares durante la pr¨®xima d¨¦cada.
- Antes del 23 de noviembre de 2011: Una comisi¨®n parlamentaria bipartidista propondr¨¢ entre 1,2 y 1,5 billones de d¨®lares en recortes o ingresos adicionales. Las medidas pueden incluir tanto subidas de impuestos como recortes en ayudas sociales y Defensa.
- Antes del 23 de diciembre de 2011: La propuesta de la comisi¨®n se vota en el Congreso sin enmiendas ni retrasos.
Si no se aprueba: Recortes autom¨¢ticos de 1,2 billones de d¨®lares el 15 de enero de 2012. La mitad afectar¨¢ a Defensa y la otra mitad al gasto social (excluyendo la Seguridad Social.).
- Antes del 31 de diciembre: Ambas C¨¢maras votan una enmienda para un presupuesto equilibrado. La consulta puede ser ¨²til para la campa?a electoral de los m¨¢s conservadores, pero podr¨ªa fracasar por la falta de apoyo dem¨®crata.
Si se aprueba: Obama puede solicitar otro aumento del techo de deuda de hasta 1,5 billones de d¨®lares.
Si no se aprueba: Obama solo puede solicitar elevar el l¨ªmite hasta 1,2 billones.
El Congreso vota la nueva petici¨®n del presidente, pero este tiene derecho de veto.
- Se extiende por lo tanto la deuda y quedan cubiertos los pagos del pr¨®ximo a?o.
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