Acuerdo en Estados Unidos para evitar la quiebra
Barack Obama y los l¨ªderes del Congreso anuncian un compromiso que ahora tiene que ser aprobado por el Senado y la C¨¢mara de Representantes
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y los principales l¨ªderes dem¨®cratas y republicanos en el Congreso han anunciado un acuerdo que evita que, por primera vez en su historia, Estados Unidos se declare en suspensi¨®n de pagos. El compromiso alcanzado, que permite al Gobierno elevar el l¨ªmite de deuda a cambio de fuertes recortes del gasto p¨²blico, tiene todav¨ªa que ser aprobado por el Senado y por la C¨¢mara de Representantes, donde los miembros del Tea Party y la izquierda dem¨®crata han anunciado que se opondr¨¢n.
Obama ha afirmado que el acuerdo incluye la reducci¨®n inmediata de un bill¨®n de d¨®lares en gastos y no descarta, en un segunda fase, la posibilidad de algunas subidas de impuestos, aunque esto queda condicionado a posteriores negociaciones en los pr¨®ximos meses. "?Es este el compromiso que yo hubiera preferido? No", ha confesado el presidente. "Pero es un acuerdo que permita afrontar seriamente el problema del d¨¦ficit y termina una crisis que hubiera tenido efectos devastadores".
Minutos antes, ante el pleno del Senado, el l¨ªder dem¨®crata, Harry Reid, se?alaba que este pacto "probablemente no satisface a los republicanos y desde luego no hace felices a los dem¨®cratas, pero el Congreso va a actuar unido ante una situaci¨®n cr¨ªtica". El l¨ªder republicano, Mitch McConnell, aseguraba, por su parte, que "el peligro de una suspensi¨®n de pagos ha desaparecido". El presidente de la C¨¢mara de Representantes, John Boehner, ha participado tambi¨¦n durante todo el d¨ªa en las negociaciones.
Votaci¨®n conjunta
Cada l¨ªder someter¨¢ hoy este acuerdo a sus respectivos grupos parlamentarios con esperanza de que pueda ser aprobado en ambas c¨¢maras el mismo d¨ªa, justo 24 horas antes del plazo establecido para la declaraci¨®n de quiebra.
No se trata, sin embargo, de una tr¨¢mite f¨¢cil, al menos en la C¨¢mara de Representantes. En el Senado, la postura anunciada por Reid y McConnell permite dar casi por seguro que el acuerdo pasar¨¢ con unos pocos votos en contra. Pero en la C¨¢mara, donde el Tea Party es capaz de aglutinar a cerca de un centenar de representantes y la izquierda tiene alrededor de 70 miembros, es necesaria una votaci¨®n conjunta de los moderados de ambos partidos para sacar adelante la votaci¨®n.
Aunque falta a¨²n por conocerse con detalle los t¨¦rminos del acuerdo, el resultado de esta larga y tensa negociaci¨®n se aproxima a las exigencias republicanas: que el levantamiento del l¨ªmite de deuda, imprescindible para evitar la quiebra, se haga de forma escalonada y sea por una cantidad id¨¦ntica al volumen de recortes p¨²blicos que se acepten. En ning¨²n caso, al menos en una primera fase, se aplicar¨¢n subidas de impuestos a las mayores fortunas. Obama consigue a cambio que la extensi¨®n de la deuda no tenga que ser de nuevo votada en el Congreso en enero pr¨®ximo, como quer¨ªan los republicanos, sino que se har¨¢ de forma autom¨¢tica hasta comienzos de 2013, pasadas las elecciones presidenciales del a?o pr¨®ximo.
Reducci¨®n del gasto
La reducci¨®n del gasto ser¨¢ significativamente mayo que la que propon¨ªan los dem¨®cratas: ascender¨¢ a tres billones de d¨®lares en diez a?os y afectar¨¢ a los programas sociales m¨¢s necesarios para los pobres, incluida la asistencia sanitaria y las ayudas a impedidos f¨ªsicos o las familias con escasos recursos.
Todo el proceso est¨¢ dise?ado en dos etapas. De forma inmediata se aplicar¨¢n recortes por un valor de un bill¨®n de d¨®lares -estos, sin afectar a los programas sociales- y se extender¨¢ el l¨ªmite de deuda por una cantidad id¨¦ntica, lo que le permite al Gobierno pagar sus facturas por lo que queda de a?o. Simult¨¢neamente, se pone en marcha una comisi¨®n bipartidista con plenos poderes para decidir recortes suplementarios en torno a los dos billones de d¨®lares. La cifra que finalmente decida esa comisi¨®n tendr¨¢ que ser aceptada sin enmiendas por el Congreso este mismo a?o y, entonces, se elevar¨ªa de nuevo la deuda de forma autom¨¢tica por la misma cantidad que los recortes que se fijen.
De esta manera, los republicanos consiguen imponer su principio de que la deuda, que actualmente asciende a 14,3 billones de d¨®lares, no aumenta ni un d¨®lar por encima de la reducci¨®n del d¨¦ficit. Y Obama obtiene dinero para que la Administraci¨®n siga funcionando normalmente hasta el final de su mandato.
Uno de esos detalles que m¨¢s cost¨® negociar tiene que ver con el intento de los dem¨®cratas de que su idea original de reducir el d¨¦ficit mediante una combinaci¨®n de recortes de gastos y subidas de impuestos sea, de alguna forma, contemplada. Aunque de ninguna manera va a ser directamente incluida en el acuerdo, se puede dejar abierta la posibilidad de que la comisi¨®n bilateral posterior pueda discutir alguna forma de reforma fiscal que, aunque sea simb¨®licamente, elimine algunas ventajas escandalosas que hoy tienen, por ejemplo, las grandes compa?¨ªas petroleras. "En esa segunda fase, todo estar¨¢ sobre la mesa", ha asegurado Obama, quien ha dicho que no ha renunciado a la idea de una reducci¨®n equilibrada del d¨¦ficit, es decir "reclamando tambi¨¦n sacrificios a los m¨¢s ricos".
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