El miedo a la reca¨ªda hunde los mercados
La medidas extraordinarias del BCE se quedan cortas y no frenan las tensiones de la deuda soberana - Se extiende el temor a un par¨®n en la recuperaci¨®n
Uno de los problemas para atajar las crisis financieras es que son impredecibles. Cuesta saber d¨®nde y c¨®mo dar¨¢n su pr¨®ximo golpe. Adem¨¢s, cuando todo parece que ha remitido vuelve con una virulencia inesperada. La Gran Depresi¨®n arranc¨® en 1929. Ocho a?os despu¨¦s dio un coletazo tal que arrastr¨® a Estados Unidos a una grave recesi¨®n de la que parec¨ªa haber escapado hac¨ªa ya tiempo. Camino de su cuarto a?o, esta crisis, que tanto se ha comparado con aquella y que comenz¨® por el aumento en los impagos de las hipotecas subprime en Estados Unidos que estall¨® en agosto, se ha transformado en una trampa de alto desempleo -en Estados Unidos y Espa?a- y de deuda soberana -en Europa- que ayer ti?¨® de rojo intenso los ¨ªndices de la renta variable en todo el mundo -en Wall Street las p¨¦rdidas alcanzaron el 4,31%- y dispar¨® las primas de riesgo de los pa¨ªses perif¨¦ricos de la zona euro, sobre todo de Espa?a e Italia, que volvieron a zona de m¨¢ximos (398 y 389 puntos b¨¢sicos respectivamente).
El euro pierde posiciones frente a las dem¨¢s divisas de referencia
"Ni el mensaje ni el volumen de compra son contundentes", explica Barclays
El BCE solo adquiri¨® t¨ªtulos de deuda de Portugal y de Irlanda
Los bonos de Francia y B¨¦lgica tambi¨¦n sufren un severo castigo
Los problemas financieros en Europa se han convertido en la gran amenaza de la recuperaci¨®n econ¨®mica mundial. Cierto que se han recrudecido en agosto, cuando cuesta distinguir una tendencia de fondo de una fiebre veraniega. Pero este prolongado susto se ha sumado a una letan¨ªa de datos (producci¨®n industrial, consumo, empleo) en la econom¨ªa de Estados Unidos que apuntan a un claro frenazo econ¨®mico.
La amenaza oblig¨® ayer al Banco Central Europeo (BCE) a saltar a la arena y tratar de atajar uno de los focos del problema: el asedio a la deuda soberana de Italia y Espa?a, que como afirm¨® el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Barroso, en la carta enviada a los l¨ªderes de la zona euro, ya no afecta solo a los pa¨ªses perif¨¦ricos del euro. Para ello, el BCE trat¨® de echarle un pulso a los mercados. Volvi¨® a comprar deuda p¨²blica (no lo hac¨ªa desde marzo). Reactiv¨® las medidas extraordinarias para inyectar dinero en la banca al menos hasta enero de 2012, y eso que pretend¨ªa enterrarlas definitivamente en septiembre. Y, adem¨¢s, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, dej¨® en el aire una nueva subida de tipos de inter¨¦s, que hasta ayer parec¨ªa segura antes de fin de a?o. El franc¨¦s apunt¨® que se ve "una alta incertidumbre" en la evoluci¨®n de la econom¨ªa europea en la segunda mitad de este a?o.
El arsenal al que recurri¨® Trichet es conocido. Ya lo ha usado en otras ocasiones. Y, de momento, solo ha servido de alivio moment¨¢neo que no ha atajado definitivamente la crisis de deuda soberana europea. Pero ayer esas medidas no fueron ni un remedio con fecha de caducidad. El presidente de la autoridad monetaria europea quiso ser p¨ªcaro en su anuncio. "No me sorprender¨ªa que antes del final de esta rueda de prensa, vieran ustedes algo en el mercado", respondi¨® tras el Consejo de Gobierno, insinuando que el BCE ya hab¨ªa comenzado a comprar deuda para calmar a los mercados.
La aclaraci¨®n a estas palabras lleg¨® poco despu¨¦s por la v¨ªa habitual. La agencia Bloomberg inform¨® de que el BCE estaba comprando deuda de Portugal e Irlanda, no de Espa?a e Italia, los pa¨ªses m¨¢s acosados en los ¨²ltimos d¨ªas. La acci¨®n selectiva no calm¨® a los mercados. Los enfureci¨®.
Las primas de riesgo de Espa?a e Italia llegaron a nuevos m¨¢ximos, pese a que hab¨ªan bajado mucho al comienzo del d¨ªa. La de B¨¦lgica subi¨® hasta los 218 puntos b¨¢sicos y la de Francia, a los 87, otros dos r¨¦cord en la era euro. Hac¨ªan as¨ª buenas las palabras de la carta de Barroso enviada el mi¨¦rcoles y divulgada ayer.
La pesadilla se extendi¨® a los mercados de renta variable, de materias primas y de divisas. Las p¨¦rdidas superaron con holgura el 3% en toda Europa y el 4% en Wall Street. En Italia, el ¨ªndice selectivo cay¨® el 5,16%. Y el Ibex 35 cay¨® por debajo de los 9.000 puntos, al descender el 3,89%.
El petr¨®leo, por su parte, perdi¨® bastante terreno. El barril brent, referencia en el mercado europeo, se lleg¨® a pagar a 107 d¨®lares, seis menos que el d¨ªa anterior. Este descenso del precio de crudo es uno de los s¨ªntomas m¨¢s claros del temor a que la recuperaci¨®n econ¨®mica se frene. Y en los mercados de divisas, el euro cedi¨® ante el resto de monedas de referencia (d¨®lar, libra o franco suizo).
"Con su acci¨®n, el Banco Central ha tratado de meter miedo a los mercados, pero le ha salido mal", explica Alfonso Garc¨ªa Mora, de Analistas Financieros Internacionales.
Desde Londres, el economista jefe de Barclays Capital para el sur de Europa, Antonio Garc¨ªa Pascual, analiza: "El BCE tampoco pod¨ªa hacer demasiado. Pero ni el mensaje ni el volumen de compra han sido contundentes. Por lo que se ve en los precios de mercado, la intervenci¨®n no ha sido significativa".
Desde luego, la v¨ªa por la que opt¨® el BCE para retomar la compra de bonos es la que requiere un menor esfuerzo financiero. El tama?o del mercado de deuda de Portugal o Irlanda es mucho m¨¢s peque?o que el de Espa?a o Italia, que en conjunto suman 2,2 billones de euros. Apunta Garc¨ªa Pascual que para que las acciones del BCE tuvieran efecto, este organismo tendr¨ªa que estar dispuesto a movilizar unos 220.000 millones. Y eso suponen palabras mayores, aunque este analista no lo ve imposible. "No hay que descartar que el BCE compre bonos de Italia y Espa?a si al final los mercados se colapsan. Sin querer ser alarmista, no es algo tan remoto".
Junto a la autoridad bancaria europea, el miedo al frenazo econ¨®mico tambi¨¦n oblig¨® ayer al Banco de Jap¨®n a entrar en escena. Intervino en el mercado de divisas para evitar que el yen se apreciara m¨¢s y amenace las exportaciones niponas, el gran motor de la econom¨ªa japonesa.
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