La Liga, a todas horas

Un jerogl¨ªfico de horarios, hasta nueve, para cada una de las dos primeras jornadas de Liga, despert¨® ayer una ola de indignaci¨®n entre aficionados y jugadores. La Liga comienza el s¨¢bado d¨ªa 20 a las 18.00, sigue a las 20.00 y las 22.00, se prolonga el domingo a las 12.00, a las 16.00, a las 18.00, a las 20.00 y a las 22.00, con el remate de lunes a las 21.00. Lo mismo en la segunda jornada, del s¨¢bado 27 al lunes 29. El secretario general de la Liga, Carlos del Campo, entiende que la ¨²nica novedad respecto a a?os anteriores es el "horario asi¨¢tico" del partido del domingo a las 12.00. Los jugadores del Rayo-Mallorca sufrir¨¢n el presumible calor de un 21 de agosto en Madrid, pero, a cambio, ser¨¢n seguidos por la hinchada china.

La patronal esgrime su idea de abrirse al mercado asi¨¢tico

Hay otras dos novedades: el choque del domingo a las 16.00, en lo que supone una ruptura con la tradicional sobremesa dominical; y el retraso del encuentro del domingo de las 21.00 a las 22.00, una hora m¨¢s tarde, en perjuicio a los aficionados desplazados al estadio desde otras localidades. En el derbi sevillano, por ejemplo, los directivos b¨¦ticos temen una merma de los seguidores procedentes de los pueblos.

El representante de la Liga admite "la incomodidad" de estos horarios fijados por los "encajes" de los operadores televisivos propietarios de los derechos de transmisi¨®n, Mediapro y Canal +, para "maximizar el producto". Esta ¨²ltima cadena adelanta su partido de las 21.00 a las 20.00 la noche del domingo.

Otra de las quejas m¨¢s repetidas por los aficionados es la de la escasa antelaci¨®n en el anuncio de los horarios. "Ya nos gustar¨ªa 20 d¨ªas de antelaci¨®n", replica Del Campo, "pero no depende de nosotros: hay una cl¨¢usula entre los clubes y los operadores por la que se fijan con 10 d¨ªas".

"Jugamos cuando nos dicen", se resigna Soldado, delantero del Valencia. "No nos queda otra. Preferimos el horario de tarde, como se lleva jugando todos estos a?os, pero habr¨¢ que asimilarlo".

El presidente de la Asociaci¨®n de Futbolistas (AFE), Luis Rubiales fue m¨¢s all¨¢: "Jugar a las 12.00 o a las 16.00 en verano va contra la salud de los jugadores y el espect¨¢culo. Los clubes act¨²an contra sus futbolistas porque hay riesgo de lesiones. La Liga nos deber¨ªa tener m¨¢s en cuenta".

El Atl¨¦tico es el m¨¢s perjudicado: jugar¨¢ en Anoeta ante la Real Sociedad el lunes, un d¨ªa odiado por los futbolistas, y a la jornada siguiente, el domingo 28 a las 12.00, en casa frente a Osasuna.

En Inglaterra, la Premier se distingue por anunciar los horarios de toda la temporada con mucha antelaci¨®n. Despu¨¦s se pueden producir algunas modificaciones, pero siempre sobre un calendario preestablecido. Pionera en su expansi¨®n a Asia, la Liga inglesa arranca el s¨¢bado a las 12.45 y esa tarde se disputan casi todos los partidos de la jornada. En la tarde del domingo, los dos o tres encuentros restantes.

La Bundesliga alemana, con la mayor afluencia de espectadores a los estadios de Europa, no se ha atrevido a poner un partido por la ma?ana por considerarlo contracultural. Mantiene su tradici¨®n de las 15.30, los s¨¢bados, pero ha ido atomizando la jornada desde la noche del viernes y la tarde del s¨¢bado y el domingo.

En Italia, el partido de los s¨¢bados a las 15.00, ha superado las reticencias de muchos sectores, entre ellos los que pensaban que atentaba contra la vida de las familias cat¨®licas. En su intento por llegar al aficionado asi¨¢tico, el Milan y el Inter disputaron la Supercopa italiana, el pasado s¨¢bado, en Pek¨ªn, ante 70.000 espectadores.

El Chievo, uno de los m¨¢s televisados a las 15.00 la pasada campa?a, ha adquirido una popularidad insospechada en China, seg¨²n constat¨® Enrico Curr¨°, periodista de La Repubblica, en su reciente estancia en Pek¨ªn. El calcio se ha ido trasladando del domingo al s¨¢bado, que suele reservar el choque m¨¢s atractivo para las 20.45. Muchos barrios se han quejado de ser "secuestrados por el f¨²tbol" al tratarse de estadios viejos y sin aparcamientos, lo que propicia la invasi¨®n en los aleda?os.