Los refugios de Picasso
Cinco visitas en tren por el hedonista litoral del sur de Francia tras los pasos del autor del 'Guernica'. Chagall o Renoir tambi¨¦n eligieron vivir aqu¨ª
"Estoy pintando una ciudad fortificada, dorada por el sol, al frente de unas bellas monta?as rosadas". Monet hablaba de Antibes, donde vivi¨® en 1888, pero podr¨ªa aludir a una docena de peque?os pueblos medievales en la Riviera que, ajenos al lujo de Cannes o St. Tropez, desbordan arte (galer¨ªas, talleres) y alta cocina. Aqu¨ª, no por casualidad, se refugiaron en su madurez Modigliani o Picasso. Aproveche los abonos de tren, el transporte m¨¢s barato. Y si tiene tiempo, no olvide la espectacular Eze y la cuna del perfume de jazm¨ªn, Grasse.
01 Antibes
El ritmo de esta ciudad pesquera lo define su club m¨¢s concurrido: el de petanca, junto al puerto. Dir¨ªjase con calma (y hambre) a las boutiques de la Rue Sade. La Fromagerie l'?table ofrece cientos de quesos (jugosa burrata, sabroso Marotte); Balade en Provence, aceites para untar en el pan de Veziano, y La Bo?te ¨¤ P?tes, ?oquis con pesto casero. El mercado contiguo se transforma los viernes en una feria de pintores, como el cubano Alejandro Rodr¨ªguez, que sonr¨ªe: "Este puesto no tiene el prestigio de una galer¨ªa, pero la gente se para, charla... y compra". Para la digesti¨®n,el Museo Picasso (Ch?teau Grimaldi; 0033 04 92 90 54 20), que fue taller del malague?o en oto?o de 1946. A su marcha, don¨® 23 cuadros y 44 dibujos, como el formidable tr¨ªptico Ulises y las sirenas, que solo le llev¨® tres d¨ªas. El baile de la voluptuosa ninfa en La alegr¨ªa de vivir refleja su pasi¨®n por la nueva musa: Fran?oise Gilot, 40 a?os m¨¢s joven.
02 Cagnes-sur-Mer
Al peque?o estadounidense Doug, aletas en mano, le chifla el buceo (www.clubmoana.fr) y piensa apuntarse a la escuela municipal de vela. Su madre, Kelly, alaba estas aguas tranquilas y azuladas; pero nunca se ha fijado en el castillo Grimaldi, del siglo XIV, solo unas cuestas (y escaleras) m¨¢s arriba. Deslumbra su armonioso patio de m¨¢rmol, y su colecci¨®n de ¨²tiles del aceite (jarras, una gigantesca prensa) y hasta cuadros hipn¨®ticos de Vasarely. En la preciosa plaza, los domingos, a las 21.00, tocan grupos de jazz. De postre, las inolvidables milhojas de albaricoque de Josy Bandecchi, amiga del chef Joel Robuchon (www.restaurant-josyjo.com; unos 30 euros).
M¨¢s alejada, en la Casa Renoir pas¨® sus ¨²ltimos a?os el pintor impresionista (Chemin des Collettes, 19; visitas: 0033 493 20 03 04). De su taller, m¨¢s que los caballetes y lienzos, llama la atenci¨®n su silla de ruedas, de madera: aquejado de re¨²ma y artritis, lleg¨® a atarse los pinceles a las manos. El dolor no le impidi¨® esculpir sus primeras estatuas, como la Venus Victrix, en bronce y a tama?o natural.
03 St. Paul-de-Vence
Dos millones de turistas visitan al a?o este conjunto de casitas de piedra como de cuento, con empedrado en forma de flores. Algunos de sus 500 habitantes venden baratijas; otros se recluyen, como el expresionista Jean-Claude Tron (www.art-tron.com), que a veces se asoma a conversar. Cuenta que Cary Grant rebuscaba gangas en las galer¨ªas del Chemin des Trious. Hoy se pueden encontrar originales de Yves Klein en la galer¨ªa Guy Pieters, o litograf¨ªas de Chagall, que vivi¨® aqu¨ª 20 a?os y est¨¢ enterrado en el cementerio local. Entre las iglesias, la Chapelle des P¨¦nitents Blancs, con los colores viv¨ªsimos del belga Folon, famoso cartelista. El pasado revive en el lujoso hotel La Colombe d'Or (www.la-colombe-dor.com): algunos de sus clientes habituales sol¨ªan pagar con creaciones ad hoc: Matisse dej¨® un fresco en el comedor; L¨¦ger, otro en la terraza...
A un kil¨®metro cuesta arriba, un bosque de pinos rodea la Fondation Maeght (www.fondation-maeght.com; 14 euros). Excepcional por su arquitectura (del catal¨¢n Josep Llu¨ªs Sert) y por su contenido: figuras de Giacometti, un laberinto de esculturas de Mir¨®, una fuente de Braque...
04 Mougins
"Un gran vino es el reflejo del hombre y el esfuerzo de sus generaciones pasadas", reflexiona el veterano sumiller Boris Sarazino. Coleccionista de sacacorchos y decantadores, imparte sabidur¨ªa sobre el rosado ("?Naci¨® aqu¨ª, en la Provenza!") e insiste en la tradici¨®n culinaria de la villa donde se formaron nombres de referencia como Roger Verg¨¦ y Alain Ducasse. En septiembre celebra el festival internacional de gastronom¨ªa (www.lesetoilesdemougins.com).
Mougins est¨¢ de moda por dos inauguraciones: la del Museo de Arte Cl¨¢sico (www.mouginsmusee.com), empe?o personal de Christian Levett, un amante de las monedas romanas, las estatuas egipcias o los cascos corintios, y la reapertura del restaurante L'Amandier (www.amandier.fr). Ha renovado el interiorismo y la carta, con tres men¨²s de 25 a 35 euros. "Ajustada a los tiempos y centrada en 20 especialidades locales", explica su nuevo chef, Denis F¨¦tisson (dos estrellas Michelin en su antiguo restaurante, en Courchevel). El pan y la suprema de ave son de otro mundo, pero hay guerra para reservar en su terraza.
Tras la refrescante Rue du Courant d'Air, las acequias conducen a la bella Place du Commandant Lamy. Como en St. Paul-de-Vence, da la sensaci¨®n de que hay m¨¢s galer¨ªas que viviendas: entre otras, Le Lavoir, los antiguos ba?os populares, con techo abovedado y piscina. En honor a Picasso, que vivi¨® de 1961 hasta su muerte, en 1973, en la Rue de l'?glise, est¨¢ el Museo de la Fotograf¨ªa (0033 04 93 75 85 67), con una fant¨¢stica colecci¨®n. Incluye la m¨ªtica imagen que le tom¨® David Douglas Duncan cuando el artista le recibi¨® en la ba?era.
05 Villefranche-sur-Mer
A la Rue Obscure nunca le da el sol. Recorrer sus 130 metros de arcos y portones a la luz de las farolas evoca los tiempos medievales en que se defend¨ªan de bombardeos. Hasta aqu¨ª se llega desde la alta ciudadela de San Elmo, por cuestas escarpadas, casas coloridas y descascarilladas con enrejados de orfebrer¨ªa. El perfil caracter¨ªstico del pueblo se lo da la iglesia ocre de St. Michel, barroca; pero m¨¢s impactante resulta la peque?a capilla rom¨¢nica de St. Pierre, decorada en 1956 por el polifac¨¦tico Jean Cocteau. Sus murales de tiza y parafina impresionan por el contraste de las escenas de la vida de San Pedro y los motivos paganos: redes, peces voladores, cangrejos, caballitos de mar, figuras geom¨¦tricas, incluso un cameo del guitarrista Django Reinhart.
A la salida, en las elegantes terrazas del puerto puede picar unos mejillones. Por mucho nombre que tenga La M¨¨re Germaine, de 1936, sus precios le recordar¨¢n que sigue en la Costa Azul... Impresi¨®n que se confirma a pocos kil¨®metros, en Beaulieu, con sus mansiones neocl¨¢sicas de tiempos de Cole Porter y Scott Fitzgerald. Los protagonistas de Suave es la noche se ba?aban aqu¨ª "a la luz de la luna en un c¨ªrculo de rocas p¨¢lidas (...) y agua fosforescente". Solo se puede visitar la rosada Villa Ephrussi (www.villa-ephrussi.com), con interior versallesco y nueve jardines con orqu¨ªdeas y hasta plantas carn¨ªvoras.
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