Cameron aboga por recuperar los "valores" de la sociedad brit¨¢nica
El primer ministro conservador anuncia una revisi¨®n de las pol¨ªticas sobre la familia, la educaci¨®n, las drogas y las prestaciones sociales tras los disturbios
La oleada de violencia, pillajes, asaltos y desmanes que la semana pasada asol¨® Londres y otras ciudades inglesas -con el negro balance de cinco muertos y cuantiosos da?os materiales- ha proyectado "a c¨¢mara lenta el colapso moral" que sufre Reino Unido, en palabras de su primer ministro, David Cameron. Consciente de que la opini¨®n p¨²blica le reprocha la falta de reflejos y sigue demandando respuestas, tras el tard¨ªo "contraataque de seguridad" que ataj¨® cuatro noches consecutivas de caos, el l¨ªder conservador prometi¨® ayer una ofensiva de mayor calado para reparar "nuestra sociedad quebrada".
"Los problemas sociales enquistados durante d¨¦cadas nos han estallado en la cara", subray¨® Cameron durante un discurso en su circunscripci¨®n electoral en el condado de Oxford, al anunciar una revisi¨®n general de las pol¨ªticas sociales del Gobierno que afectan a la educaci¨®n, la familia, las adicciones y las prestaciones sociales que, en su opini¨®n, pueden alentar "la recompensa sin esfuerzo". La mayor¨ªa de brit¨¢nicos puede estar de acuerdo con el primer ministro cuando sostiene que los disturbios m¨¢s graves que vive Reino Unido en los ¨²ltimos 30 a?os son "una llamada de alerta al pa¨ªs" sobre la realidad de "unos ni?os sin una autoridad paterna, la falta de disciplina en las escuelas" o "las comunidades sin control" donde las pandillas callejeras s¨®lo se rigen por su propia ley.
"Los problemas sociales enquistados nos han estallado en la cara", dice
Miliband exige una reflexi¨®n profunda, y no "malabarismos impulsivos"
El Gobierno promete centrarse en los 120.000 hogares m¨¢s problem¨¢ticos
Los 'tories' quieren evitar que las ayudas desalienten el esfuerzo personal
Pero el jefe de Gobierno result¨® m¨¢s convincente en el diagn¨®stico, aunque solo fuera parcial, que a la hora de desgranar su paquete de recetas para conjurar la fractura social, tal como denunci¨® el laborista Ed Miliband durante un acto en su vieja escuela del norte de Londres.
"El Gobierno adopta una actitud simplista retratando los disturbios ¨²nicamente como un problema de criminalidad y de la cultura de las bandas, pero sin considerar el impacto que las privaciones y la falta de oportunidades tiene en el comportamiento antisocial", subray¨® el l¨ªder de la oposici¨®n.
Miliband, quien solo en los ¨²ltimos d¨ªas ha te?ido su discurso de ribetes sociales despu¨¦s de su inicial posici¨®n de mano dura en l¨ªnea con Cameron, reclam¨® al Gobierno "una reflexi¨®n en profundidad" en lugar de lanzarse hacia "malabarismos impulsivos" que se traducen en "una pol¨ªtica nueva cada d¨ªa". En un an¨¢lisis que comparten voces procedentes de todo el abanico pol¨ªtico, y no solo exclusivamente desde la izquierda, el jefe de las filas laboristas asoci¨® el comportamiento de los saqueadores en las calles de Londres, Manchester, Birmingham y tantas otras con el reciente esc¨¢ndalo de corrupci¨®n en los gastos de los diputados de Westminster, con "la avaricia de los banqueros que pulverizaron los ahorros de mucha gente", incluso con el esc¨¢ndalo de las escuchas ilegales que finiquit¨® al dominical News of The World. "Porque la avaricia, el ego¨ªsmo y la inmoralidad se han convertido en la norma", apostill¨®.
Si el discurso de Miliband apuntaba impl¨ªcitamente a los recortes de gasto acometidos por el Gobierno como una de las causas de los disturbios, Cameron se mostr¨® por el contrario muy contundente en su rechazo a una pol¨ªtica generosa de subsidios. "Algunos de los peores aspectos de la naturaleza humana han sido tolerados por un Estado y sus organismos que, en alg¨²n sentido, se han vuelto desmoralizadores. La soluci¨®n no es inyectar m¨¢s y m¨¢s dinero".
Por eso recalc¨® su objetivo de endurecer las condiciones para el acceso a las prestaciones sociales, que incluso estudia negar a los alborotadores que sean condenados, y puso el acento en la ayuda a los parados para reintegrarse en el mercado laboral. Tambi¨¦n prometi¨® un esfuerzo del Gobierno en mejorar las escuelas y la situaci¨®n de los 120.000 hogares m¨¢s problem¨¢ticos del pa¨ªs, de los que proced¨ªan muchos de los participantes en los disturbios, que acabaron traduci¨¦ndose en la detenci¨®n de m¨¢s de dos millares de personas, la mayor¨ªa j¨®venes. Una declaraci¨®n de buenas intenciones que choca con la realidad de los dr¨¢sticos ajustes presupuestarios, aunque el primer ministro sostenga que no hay que gastar m¨¢s, sino hacerlo de forma m¨¢s racional.
"En mi primer acto como l¨ªder de este partido (tory) ya dije que mi prioridad personal era reparar nuestra sociedad fracturada. Esa pasi¨®n es hoy m¨¢s fuerte que nunca", declar¨® Cameron en un mensaje que en realidad tuvo su eje principal en la lucha contra la criminalidad y la "tolerancia cero" frente a las bandas de los barrios, a su entender uno de los principales factores de los disturbios.
Anunci¨® la creaci¨®n de centros de acogida para j¨®venes delincuentes que pululen de noche por las calles, junto al establecimiento de un servicio civil no obligatorio que permita a los menores de 16 a?os realizar servicios comunitarios. Y, a pesar de que los recortes han afectado sensiblemente a los cuerpos policiales y de la cuantiosa factura que supondr¨¢ para las arcas p¨²blicas el despliegue de 16.000 agentes durante la ¨²ltima semana, prometi¨® que los agentes acosar¨¢n a los l¨ªderes de las pandillas, llamaran cada d¨ªa a la puerta de los elementos antisociales y les amenazar¨¢n con retirarles todo tipo de beneficios sociales. A¨²n a riesgo de que las calles vuelvan a incendiarse.
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