Van Rompuy, un 'mister euro' de circunstancias

El nombramiento de Herman van Rompuy, en enero de 2010, como presidente del Consejo de la Uni¨®n Europea, coron¨® la aplicaci¨®n del Tratado de Lisboa (2007), el ¨²ltimo esfuerzo conjunto por reforzar la gobernanza de la UE. Apenas un a?o despu¨¦s, el acoso de los inversores a la moneda ¨²nica ha evidenciado un agujero en este flamante entramado institucional. A falta de un organismo que aglutine de forma regular a los l¨ªderes de la zona euro, las presiones de los mercados se han tenido que salvar con cumbres extraordinarias.

El eje franco-alem¨¢n, de nuevo, aprovecha la urgencia de una situaci¨®n cr¨ªtica para dar aire a una idea que ya llevaba tiempo circulando. En esta ocasi¨®n, la propuesta de crear un consejo de la zona euro, que se re¨²na al menos dos veces al a?o a los l¨ªderes de los 17 pa¨ªses, es una vieja reivindicaci¨®n de Sarkozy. El presidente franc¨¦s ya plante¨® en 2008 que las convocatorias del eurogrupo (los ministros de Finanzas) eran insuficientes. Entonces, varios pa¨ªses rechazaron la idea y se mantuvo el formato, bajo la direcci¨®n de Jean-Claude Juncker, ministro luxemburgu¨¦s.

El apoyo alem¨¢n a la propuesta de Sarkozy y la h¨¢bil oferta a Van Rompuy para que asuma tambi¨¦n la presidencia de este nuevo Consejo y ser el primer mister euro -se evita as¨ª abrir una contienda por el puesto en medio de la crisis-, allanan esta vez el camino. Solo restan los recelos a que Alemania, a medio plazo, reclame el tim¨®n del Consejo y las dudas sobre el encaje de este nuevo organismo en los Tratados de la Uni¨®n Europea.