Un 'cacerolazo' por la dignidad

Unas 300 personas se contaron en la tarde de ayer en la plaza de Sant Jaume de Barcelona para defender la dignidad de quienes reciben la Renta M¨ªnima de Inserci¨®n (RMI). La manifestaci¨®n fue convocada, entre otros, por la Asamblea de Parados y el Colectivo de trabajadores de los servicios sociales b¨¢sicos del Ayuntamiento de la capital catalana.

Con cacerolas y pitos, muchos trabajadores de los Servicios Sociales y algunos beneficiarios de la ayuda, pidieron la destituci¨®n de los consejeros Josep Llu¨ªs Cleries, de Bienestar Social, y Francesc Xavier Mena, de Empresa y Ocupaci¨®n. Alguno incluso solicit¨® entre gritos la del presidente de la Generalitat, Artur Mas. "No estamos hablando de un salario de lujo, nos referimos a la subsistencia de 35.000 familias en Catalu?a", asegur¨® Marga Olaya, una portavoz del colectivo. "Ayer fueron los recortes en salud y educaci¨®n, ahora toca el turno a las ayudas sociales", critic¨® un portavoz de la asamblea.

Por su parte, el Consejo de Trabajo Econ¨®mico y Social de Catalu?a, CTESC, alert¨® del impacto social que puede causar el endurecimiento de las condiciones de acceso a la RMI. El CTESC advirti¨® a la Generalitat que el ahorro que se planteen conseguir con la reforma "puede verse superado por unos costes sociales materializados en forma de sufrimiento de las personas, la sobresaturaci¨®n de las entidades e instituciones que prestan atenci¨®n social y desequilibrios" en la sociedad.

En la concentraci¨®n tambi¨¦n participaron representantes de la oposici¨®n en el Parlament. La portavoz de ICV, Laia Ortiz, por ejemplo, asegur¨® que la Generalitat "ha puesto en grave riesgo de exclusi¨®n a personas que tienen dificultades para llegar a final de mes".