Pan para hoy...
Que un Gobierno tome medidas econ¨®micas un 20 de agosto en pleno recrudecimiento de la crisis y a unos meses de unas elecciones en las que no se presenta su actual presidente, es una excelente noticia. Muestra capacidad de liderazgo, disposici¨®n a trabajar hasta el ¨²ltimo d¨ªa y estabilidad institucional. ?Y su contenido? Pues la verdad es que deja mucho que desear. O son medidas para anticipar ingresos a costa del que gane las pr¨®ximas elecciones, lo que sonroja un poco dado el cambio seguro en la jefatura del Gobierno; o son medidas en farmacia de eficacia discutible.
Comencemos por las fiscales. En este caso, el Gobierno anticipa la recaudaci¨®n del impuesto de sociedades del a?o que viene mediante la elevaci¨®n del porcentaje de c¨¢lculo de los pagos fraccionados que deben realizar las grandes empresas. Es cierto que el Gobierno, por circunstancias que probablemente tienen m¨¢s que ver con la coyuntura internacional, va a tener problemas para cumplir sus objetivos de d¨¦ficit. Pero hacerlo a costa de la recaudaci¨®n del a?o que viene no parece muy ortodoxo teniendo en cuenta que el ganador de los comicios va a tener que cumplir -si se mantiene el calendario pactado con Bruselas- unos compromisos de d¨¦ficit todav¨ªa m¨¢s exigentes. A Rajoy o a Rubalcaba le han dejado un bonito regalo.
Por la misma l¨ªnea parece ir la segunda medida, la de reducci¨®n del IVA sobre la vivienda de manera temporal. Reducir la fiscalidad en las transacciones vinculadas con la vivienda, como suger¨ªan hace un par de a?os algunos expertos de Fedea, es una excelente idea porque es necesario dinamizar un sector que no puede continuar muerto. Y mucho mejor por cierto que restaurar la deducci¨®n por vivienda a secas. Pero aprobar una medida fiscal que dura... ?algo m¨¢s de cuatro meses! Solo puede buscar que la gente anticipe sus decisiones de compra este a?o unas semanas para beneficiarse de la deducci¨®n, a costa del siguiente recaudador. En el fondo, lo que subyace es esta filosof¨ªa, tan mediterr¨¢nea, del pan para hoy y hambre para ma?ana. O en t¨¦rminos m¨¢s coloquiales, el que venga...
Hace pocos d¨ªas, publicaba EL PA?S la deuda de 26.000 millones de Defensa. Con independencia de si la culpa es de populares o socialistas, el gr¨¢fico de los calendarios de pago era escalofriante: entre los a?os 2002 y 2010 los pagos anuales se situaban alrededor de 500 millones. Y a partir de ese a?o, 500 es precisamente lo que sube hasta alcanzar los 26.000 millones. Hemos estado comprando tanques y fragatas con tarjeta de cr¨¦dito, suspirando que los tiempos mejoraran... o que fuera otro el que estuviera por aqu¨ª.
Nuestro pa¨ªs tiene problemas estructurales, que son los que nos penalizan de verdad a escala internacional. Medidas coyunturales mejorar¨¢n la imagen pero no mucho m¨¢s. Esta es la percepci¨®n que te queda leyendo la referencia del Consejo de Ministros sobre las medidas aprobadas ayer, las de fiscalidad y tambi¨¦n las de farmacia. Estas ¨²ltimas contin¨²an apretando en precios, que es coyunturalmente m¨¢s sencillo, cuando el problema de verdad son las cantidades, el recurso obsesivo a la receta que hay en nuestro pa¨ªs. En definitiva, necesitamos -y la precampa?a de este oto?o confiemos en que ayude-, construir un pa¨ªs para el largo plazo.
Pablo V¨¢zquez es director del centro de investigaci¨®n econ¨®mica Fedea.
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