El dedo al ojo del Real Madrid
Javier Mar¨ªas, probablemente el mejor escritor madridista del mundo, opin¨® en El Pa¨ªs Semanal hace unos meses que Jos¨¦ Mourinho era "un individuo dictatorial, ensuciador y enredador, nada inteligente, mal ganador y mal perdedor". Me atrev¨ª a pensar en su momento que Mar¨ªas hab¨ªa ido demasiado lejos. Eso de que el entrenador del Real Madrid era "nada inteligente" me pareci¨® un pel¨ªn exagerado.
Ya no. Un comunicado de Mourinho publicado en los medios ayer nos inform¨® de que no se arrepent¨ªa de sus agresiones cobardes y declaraciones infantiles al final del partido de Supercopa que su equipo perdi¨® contra el Barcelona el mi¨¦rcoles pasado; y mantuvo que hizo todo lo que hizo con el noble motivo de defender al Madrid. Imbecilidad se suma a imbecilidad y las pruebas se vuelven irrefutables: no solo es un ensuciador, enredador, mal perdedor y todas las dem¨¢s cosas que ya sab¨ªamos, sino que el tipo es algo peor.
Yo me imagin¨¦ que durante el par¨®n veraniego Mourinho reflexionar¨ªa sobre su papel p¨²blico. O que alguien en el Madrid hubiera tenido las agallas para aconsejarle que bajara un poco el tono. No por cuestiones morales. No para dar un mejor ejemplo a la juventud, o para intentar recuperar el famoso "se?or¨ªo" del club, cuya imagen mundial se ahoga en las cloacas sin que nadie pareciera darle mayor importancia. No, no. Por motivos puramente pragm¨¢ticos.
?Cu¨¢l es el reto m¨¢s grande al que se enfrenta el Madrid de Mourinho? Bajar al Bar?a de su pedestal. ?Cu¨¢l es el principal reto del Barcelona de Pep Guardiola esta temporada? No perder el hambre competitiva de un equipo saciado de gloria.
?Y qu¨¦ hace Mourinho? Pues le da un regalo a Guardiola. El regalo m¨¢s deseado. La motivaci¨®n que necesitaban Messi, Iniesta, Xavi y compa?¨ªa para que siguieran con las ganas, hasta mayo o m¨¢s all¨¢, de meterle el dedo en el ojo al Madrid.
Mourinho deber¨ªa de saber mejor que nadie que no hay motivador m¨¢s poderoso que el rencor, el combustible que lleva a naciones a declarar guerras y a individuos, incluso los mediocres, a triunfar. Sin embargo, fue el propio Mourinho el que le ha inyectado el rencor en las venas a los jugadores del equipo menos mediocre del planeta, alimentando sus ¨¢nimos de venganza.
Mourinho sabr¨¢ mucho de t¨¢ctica, pero no es un estratega. Tendr¨¢ experiencia y t¨ªtulos, pero es un ni?ato. Ser¨¢ listo, pero no es inteligente. Javier Mar¨ªas lo pill¨® antes que nadie.
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